miércoles, 18 de mayo de 2011

En resumen

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Tras las pavadas de Guardiola y los exabruptos de Mouriño en el tute furbolístico al que hemos estado sometidos más tres semanas, nos encontramos, por decisión judicial del TC, de nuevo con los primos, amigos y demás familia, (incluido un entrañable exlehendakari), de Eta a la apetitosa mesa de las elecciones y sus rebatiñas. Además dizque el TC tirará, probablemente, por tierra la llamada doctrina Parot; con lo que, si es así, se nos helará la sangre. Y en pleno marasmo electoral tenemos de todo: un "invictus" en Madrid emperrado en derrocar condesas ¡toma programazo electoral!, los señores de los eres en Andalucía, José Blanco en todas partes.....y Cascos en Asturias y, en Cantabria, ese señor tan campechano de los últimos años, que va por el mundo orgulloso de ir en taxi ¡mira tú!, y regalando anchoas ¡mira tú! 


- "Y el paro; ¿Cómo va el paro?", me pregunta el señor Colón.
- "En su sitio", le digo. "En su ser y tendencia natural: veinte y pico por ciento y subiendo".

A más a más, con el director general del FMI detenido en los calabozos de Manhatan acusado de varios y feos delitos sexuales y los runrunes de "ya te lo decía yo si se veía venir" o los de "es un complot, sin duda, es un complot"; a ver quién va a vigilar la ortodoxia financiera.

O sea que estamos inmersos, casi ahogados, en una espesa sopa de menudillos en la que no sólo se le ha ido la mano al chef en la cantidad de fideo cabellín que le ha puesto, sino que ha añadido su porción de harina de maíz, logrando una espesura consistente, casi una mezcla viscoelástica a punto de polimerización, que nos van a servir como paella mixta.


Una pesadilla, en suma, que , musicalmente hablando, bien podría representarse por el espeso sonido de Vanilla Fudge, grupo psicodélico americano de finales de los sesenta que, aprovechando que los órganos  Hammond sonaban hasta el infinito y más allá si no levantabas el dedo y moviendo de modo exagerado las melenas con sus cabezas, nos arreaban versiones de canciones como por ejemplo:  "You Keep me Hanging on" - más conocida por su versión de Diana Ross y las Supremes-; o "¡Bang , Bang! My baby shot me down" - que hicieron famosa Cher o Nancy Sinatra - que, si te pillaban descuidado, podían llevarte directo al frenopático.

Para remate, nos riñe Zapatero"Miente como un bellaco quien diga que hemos hecho recortes....". Y que lo sepáis todos: todo el país estamos convertidos, según se dice en los mítines, en derecha extrema o en izquierda radical ..... ¡tócate el níspero! Lo que les digo: una pesadilla. Pero, no lo duden, vamos a salir  de ella. Aunque sea, mayormente, por aquello de que no hay mal que cien años dure.

- "Ni cristiano que lo resista". Me advierte el señor Colón. Amén.
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1 comentario:

  1. Una nueva píldora para perplejos:

    7.- La falacia racionalista

    Parece ser que desde Aristóteles se define al ser humano como animal racional (definición por género próximo y diferencia específica). No obstante esto es esencialmente falso. Somos un combinado de racionalidad y sentimentalidad (emocionalidad, pasionalidad, etc.).

    Algunos extranjeros quedan perplejos cuando un carpetobetónico afirma no ser pesimista, sino realista cuando ve la botella medio vacía….

    Ver la botella medio llena o medio vacía, nos sitúa en la dimensión 100 % emocional (no racional). En la dimensión racional (no emocional), lo único que se podría decir es que el nivel de líquido en la botella es del 50 %.

    Otro caso paradigmático es el de la sensación térmica, con 15 grados centígrados hay quien siente frío, mientras otro se encuentra acalorado. Sin embargo el termómetro solo dice que el nivel de mercurio se ha parado en la marca que señala 15 grados.

    Por tanto el problema del cambio climático no debe aperplejarnos. Aunque la tierra tuviera un termostato y pudiéramos regular la temperatura, seguro que habría pleito. En todo caso, siempre existirían ganadores y perdedores netos. Imaginemos que la temperatura media del planeta subiera 15 grados, pues nada, a emigrar a Siberia o al Canadá.

    Un saludo del Observador Perezoso

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