lunes, 17 de diciembre de 2012

Palos y mochos: litigios sobre fregonas


Vuelve a aparecer, en el periódico del domingo, la noticia de hace algunos días sobre la reciente sentencia del Tribunal Supremo favorable a la firma Vileda en su pleito contra Spontex en relación al mecanismo de enganche de los palos a los mochos de las fregonas. Aparece en EL PAÍS, con cierto tono folclórico, aludiendo, sin entrar en detalles, a otras guerras de patentes entre empresas - que el periodista parece como si diera a entender que son  de más tronío - y con el titular oportunista de "Alemania también gana la guerra de las fregonas".

No se muestran los planos y detalles del modelo de utilidad de Vileda, ni tampoco los mochos y palos de Spontex; por lo que no puede deducirse del artículo, hasta qué punto los productos de Spontex copiaban los de Vileda. De otros artículos sobre el tema aparecidos anteriormente, parece deducirse que de las dos piezas en litigio: el macho y la hembra; sólo una de las dos era copia. No debían ser "exactamente" iguales porque la demanda inicial de Vileda a Spontex era por una infracción indirecta del modelo de utilidad.



Dos conclusiones fundamentales tiene la noticia para el buzo. La primera es la muestra, una vez más, de la clase de justicia que tenemos en este país. Lenta: demanda de 2006, solución en 2012. Con cierto regusto, además, de que las instancias sucesivas parece como si se dedicaran, más que otra cosa, a leer la cartilla a la instancia anterior. Además de la tardanza, en este caso, se condena por lo que no fue acusada la demandada por la demandante en el inicio; sino por otro delito. Se demandó por una infracción indirecta del modelo de utilidad y, finalmente, se condena por una infracción directa: o sea, que te acusan de robar una gallina y te acaban condenando por la muerte por infarto del vigilante del gallinero: Spontex alega, con razón, indefensión. Finalmente se redondea la faena sin fijar las indemnizaciones en la sentencia. ¿Otros tres o cuatro años para finalizar? Veremos.

En segundo lugar, uno se pregunta por el valor del consumidor para las empresas y para la justicia. La respuesta es cero. El consumidor estaría mejor atendido si, desde el principio, las  empresas de fregonas, las fabricaran con elementos intercambiables (palos o mochos) desde el principio. ¡Pero no! Ahí tenemos a cada cual queriéndose comer todo el mercado y  haciendo la cuenta de que "en cuanto me compren un mocho, ahí los tengo cogidos porque me tendrán que comprar mi palo sí, o sí"

Imagínense que en los principios de la electricidad a cada fabricante de enchufes y clavijas se le hubiera ocurrido diseñar y fabricar uno distinto. No lo hicieron, se avinieron a "normalizar" voluntaria y conjuntamente las dimensiones y la seguridad de los enchufes y clavijas. ... Y muchos otros fabricantes de otras muchas cosas también normalizaban. Eran, ¡ay!, unos antiguos, unos románticos que, también, pensaban en el cliente.



Ahora no; ahora no normaliza ni dios. Y ahí nos tienen saliendo del hiper con dos palos de escoba diferentes porque no tenemos ni idea de cual es el que valdrá para el mocho solitario  que hemos dejado sin palo en casa o, como me contaba un amigo el otro día a cuenta de este tema, su paseo por la ciudad francesa en que residía, mocho en mano, entrando en varias tiendas sucesivas hasta que encontró el palo de sus sueños.  

Por último, parece darse por supuesto que Spontex es española frente a la alemanidad de Vileda. Falso; Spontex no es de capital español. Lo que no es extraño, habida cuenta de que en este país apenas hay ya industria nacional. Ni siquiera de fregonas.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario