lunes, 4 de marzo de 2013

Indemnización en Telefónica: ¿por qué?

El pasado 28 de febrero, Telefónica adelantó sus resultados de 2012. Obtuvo un beneficio neto de 3.928 millones de euros, un 27,3 % menos que un año antes, tras realizar saneamientos por 2.536 millones. Recordemos aquí, que Telefónica a mediados del año pasado, después de haberlo negado dos veces, anunció que suprimía el dividendo a los accionistas en 2012. Es la crisis, señores. Hay que apretarse el cinturón.
A la vez que los resultado, el mismo día Telefónica informaba de que el anterior consejero delegado, Julio Linares, había sido indemnizado tras su cese - se supone que voluntario - con 24,5 millones de euros, a los que si se añaden las retribuciones "normales", el importe total recibido en 2012 por este afortunado mortal habría ascendido a unos 30 millones de euros, lo que si se fijan, se aproxima al 1% del beneficio anual.

La noticia que entre tanto alboroto, pareció pasar como de puntillas, me ha tenido trastornado todo el fin de semana. Indemnización, ¿por qué? ¿No es una auténtica inmoralidad en estos tiempos de fuerte devaluación interior - que es cómo se está comenzando a denominar en la jerga financiera,  a estas bajas indiscriminada de sueldos y de pérdida del poder adquisitivo de los asalariados - se estén produciendo estas remuneraciones de los directivos que ellos mismos - Juan Palomo - se ponen? No necesitamos buscar piratas: están en los consejos de administración.

Veo que este tema, no ha pasado desapercibido y está suscitando reacciones. EL PAIS, hoy mismo, publica un artículo desgranando la "pasada" de sueldos y pagos a los consejos de administración de las empresas españolas: pasen y vean. También un viejo dinosaurio, (¡gracias, profesor Tamames!), alza su voz, en las páginas de la web de la Fundación Ananta clamando ante la obscenidad de tamañas indemnizaciones.

Por cierto, hoy mismo, los suizos han aprobado en referendum, (67,9 % a favor), que los accionistas de las empresas de las compañías cotizadas puedan forzar una votación y vetar las retribuciones que se asignen a sí mismos los directivos de la empresa. A ver si tomamos nota.

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