viernes, 19 de julio de 2013

La gran mancha

El buzo ha estado una semana en la playa; en Cádiz más concretamente. En esa semana se produjo el revuelo de las declaraciones de Bárcenas a Pedro J. en El Mundo y toda la barahúnda posterior. Todo esto en un lugar y circunstancias inhabituales, con la prensa a medio leer, los telediarios a la vuelta de la playa cargado con los papelones de pescado frito. De forma que todo ello lo veía en una cierta distancia brumosa, sin entender muy bien las cosas  y viéndolo más bien como algo lejano o como una mala obra de teatro, de esas en las que no sabes si hay que reír, pasar miedo o llorar.

(Del diario ABC)

En todo caso me venía recurrentemente a la cabeza una noticia de hace más de un año; de esas noticias que el buzo guarda con la intención de comentarla, pero que - de forma incomprensible - finalmente pasó sin pena ni gloria y no tuvo tirón informativo. Me refiero a la noticia del remolino de basura del Pacífico, ese inmenso vórtice de porquería, situado por encima de las islas Hawai, de tamaño tres veces el de España y que no deja de crecer. A la vuelta, me ratifico y pienso que es una buena imagen o metáfora de los que le está pasando a este país en el que a cualquier punto cardinal que mires te encuentras con la inmensa basura de la corrupción: los Eres de Andalucía, lo del Palau, Gurtel….

La gran mancha del Pacífico

Hace poco me comentó un amigo arquitecto, que ante el panorama de aquí, se ha ido a hacer – con éxito – las américas, cómo al llegar aquí, al referir que estaba trabajando en México, le solían decir: “Pero allí, hay mucha corrupción, ¿no?”. A lo que a él no le quedaba más que contestar: “¡Oye, oye! y aquí, ¿Qué tenemos?”.

Desgraciadamente, no parece que esta sociedad - que segrega los políticos que tenemos – tenga ningún plan regenerador y claro de futuro. A este respecto y centrado en las políticas que se están haciendo en I+D y en Educación, Cesar Molinas, vuelve a escribir un gran artículo, El “caso” CSIC o la banalidad del mal,  en que manifiesta esta grave carencia de planes de futuro de una clase política extractiva y/o paralizada dentro de la mecánica interna de los partidos. (Quédense con la dramática frase de Jorge Wasenberg que cita: “los países ricos hacen ciencia para ser ricos, mientras que los países pobres creen que los países ricos hacen ciencia porque son ricos”). 

                                   (Del Blog Qué verde era mi valle)

Volviendo a ese séptimo continente de basura y tomándolo como metáfora de nuestra triste situación actual, en los próximos tiempos habrá que observar la deriva que coge. O sigue el modelo del Pacífico de inmenso remolino que, quizás, acabe tragándonos y arrastrándonos a quien sabe qué; o seguirá el otro que parece producirse en el Mar de los Sargazos – entre Cuba y Florida – y que se caracteriza por no haber remolinos y estar la basura tranquila aumentando y acumulándose sin más. Veremos.

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