jueves, 24 de octubre de 2013

Como librarse...

Al buzo no le ha gustado el tratamiento periodístico - sobre todo en los titulares - del triste episodio del criminal nazi Erich Priebke, muerto en Roma a los 100 años de edad, al que nadie quiere dar tierra. La triste historia de Erich Priebke de cuyo cadáver nadie quiere hacerse cargo. La evolución de los titulares es la siguiente:
  •         Este muerto no es mío, (20 de octubre). Casi el título de una película de Mariano Ozores, con el agravante de que es un espacio de Opinión del periódico.
  •        Cómo librarse de un nazi muerto. De Hess a Priebke, los restos de los criminales pardos son un grave problema, (21 de octubre). La cosa va a peor.
Y ello, porque no cree que deba hacerse broma alguna cuando se están contraponiendo de forma dramática dos cuestiones muy importantes. Está, en primer lugar, la lógica actuación de los regímenes democráticos en lo que se refiere a la defensa de sus valores y a no dar la más mínima oportunidad de difusión – y de culto funerario – a la nefasta y criminal ideología nacionalsocialista.

Pero es que, por el otro lado, está la obligación moral de honrar a los muertos. Al fin y al cabo parece ser que el género humano, de alguna forma, comenzó a serlo de verdad, entre otras cosas, desde que se le ocurrió algo más que dejar a los cadáveres tirados en el campo.  Desde entonces, el respeto a los cadáveres es algo universal y consustancial al derecho natural. De hecho, en el cristianismo es algo consustancial a la virtud de la caridad y es una de las obras de misericordia: enterrar a los muertos.


Fachada del Hospital de la Caridad
Sevilla (de wikipedia)

En Sevilla aún subsiste el Hospital de la Caridad, sede de la Hermandad del mismo nombre fundada a mediados del siglo XV que  tenía entre sus cometidos la asistencia a enfermos abandonados y el enterramiento de ajusticiados y ahogados así como elevar sufragios por sus almas.

No estaría de mas, para casos como el presente, que hubiera a nivel global una especie de hermandad de la caridad internacional que se ocupara calladamente de compaginar ambas posturas.
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