viernes, 29 de noviembre de 2013

Continente salvaje. Keith Lowe

Para leer ciertos libros hay que vacunarse primero. Continente salvaje. Europa después de la Segunda Guerra Mundial del historiador británico Keith Lowe editado por Galaxia Gutemberg es uno de esos libros. Hace unos meses comencé con el y no pude pasar de la Introducción y de Destrucción física, su primer capítulo. Tal era la desazón que me produjo vislumbrar las atrocidades desmenuzadas que seguirían en los capítulos siguientes.


Unos meses después, ya digo que como vacunado por la aproximación inicial, he vuelto al libro y estoy poco a poco adentrándome en esa sucesión de horrores y de venganzas y maldad en esa oscura época de los años que sucedieron a la Segunda Guerra Mundial, en los que murieron también millones de europeos y más millones aún sufrieron los horrores de la posguerra. Ciudades destruidas, miles de niños sin familia abandonados a su suerte, violaciones y saqueos masivos, campos de trabajo y campos de exterminio… y muchas más maldades.  Eso fue nuestra  querida Europa de 1945 a 1950, (o más; que de los campos soviéticos, aun soltaron prisioneros en 1957). Se dice en la contraportada:

En la mayor parte del continente, las instituciones como la policía, los medios de comunicación, el transporte, los gobiernos locales y nacionales, habían dejado de existir. Los índices de criminalidad aumentaron, las economías colapsaron y los ciudadanos europeos estaban al límite de la extenuación.

En este apasionante estudio de los años posteriores a la guerra, Keith Lowe describe un continente todavía sacudido por la violencia, donde una gran parte de la población no había aceptado aún que la guerra hubiera terminado. El libro subraya la ausencia de moralidad y la insaciable sed de venganza consecuencia del conflicto. Describe los choques étnicos y los enfrentamientos civiles que azotaron las vidas de la gente común desde el mar Báltico al Mediterráneo y el establecimiento de un nuevo orden que finalmente trajo una difícil estabilidad a un continente devastado.

El buzo, a veces, da gracias a Dios, y así lo comenta a sus hijos, por la suerte de haber podido vivir en una época en que llevamos casi setenta años sin guerras masivas en este continente europeo con un pasado tan bestia. Y le parece instructivo y de lectura obligatoria este libro para conocer y para no olvidar. Para que historias como las que relata Continente salvaje no vuelvan a repetirse nunca.
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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los labradores

Oficio (DRAE): 1. Ocupación habitual… 3. Profesión de algún arte mecánica.. (Ver Nota)

Labrador, ra: 1. adj. Que labra la tierra… 3. m. y f. Persona que posee hacienda de campo y la cultiva por su cuenta.

Hace tiempo que quería dedicar este apartado de Oficios a los del campo, ya que son los más antiguos que conoce el hombre. Al ponerse a ello, le asaltaron dos problemas. El primero es, al igual que le ocurrió con los ferroviarios, la gran variedad de  ocupaciones y oficios que hay en el campo. Superado éste, por la vía de proponerse firmemente ir trayéndolos, en su caso, de uno en uno: tractoristas, segadores, sembradores, …etc., se planteó el  segundo problema de cuál elegir como oficio genérico inicial.


Cuadro de Ford Maddox Brown. (Wikipedia Commons)

Después de varias vueltas, he decidido comenzar con labrador frente a otros términos, también genéricos, como campesino, agricultor o labriego. Labrador tiene dos connotaciones claras que le gustan al buzo. La primera es la de pequeño propietario libre y la segunda hace alusión a formas de trabajar que pueden continuar siendo, de alguna manera, tradicionales. Además al término labrador se le han dedicado dos jotas estupendas, con lo cual la elección estuvo, nunca mejor dicho, cantada.

Vamos con la primera. Es la que se conoce como Jota de los labradores, que canta una copla sencilla y sentida, con una imagen muy potente, las espigas de oro, que expresa la sana alegría del labrador en el momento en que se seca y madura el cereal.

Que cuando vuelven del campo vienen cantando,
por qué vienen tan contentos los labradores,
que cuando vuelven del campo vienen cantando
que ya  va cercano el fruto de sus sudores
porque las espigas de oro ya van granando
porque las espigas de oro  ya van granando
porque vienen tan contentos los labradores

Es muy popular en Aragón pero el buzo la prefiere al estilo de Navarra en que se canta la jota con tonos más altos, con más viveza y estirando y modulando más la entonación de la melodía en el cambio de verso. Hay que decir que La Jota de los Labradores tiene cuatro malentendidos.

Primero, no es “popular”, frente a lo que mucha gente cree, sino que tiene autor: Manuel Turrillas, lo que dice mucho en su favor;  pues no hay nada mejor para un autor de música popular que ver como una canción de autor se  hace del pueblo. Segundo, no es antigua – y, por tanto, no la cantaban nuestros abuelos y bisabuelos-  ya que se compuso en 1961 y se popularizó, de forma muy rápida, sobre todo a partir de la versión  realizada por Faico y Josefina.

Manuel Turrillas. 1976. De www.bmve.es

Tercero, no es aragonesa sino navarra, ya que el Maestro Turrillas, que nació en el pueblo de Barásoain, se puede considerar uno de los músicos y compositores navarros más importantes de la música popular con multitud de composiciones: jotas, himnos, pasodobles que forman parte indisoluble de las fiestas y el folklore navarro y pamplonés. Finalmente, por más que se la nombre y se la conozca más como Los labradores o La jota de los labradores, su verdadero título es Las espigas de oro. (Ver nota).

Y con estas alegrías que da el oficio de labrador, no es extraño que la tradición tire y muchos quieran seguir, a pesar de todo, el oficio de padres y abuelos. Recia jota, Labrador era mi abuelo, que es su primer verso, y aquí la tienen cantada – plantados en jarras y vestidos de blanco, con pañuelos rojos - por Vanesa Garbayo y Josu Hernández Isasmendi. ¡Rediós, qué energía!

Nota.
La televisión autonómica de Aragón tiene un programa titulado Te suena que emitió el 16 de octubre, creo, un documental dedicado a La jota de los labradores. Se lo recomiendo. Entre otras cosas, alrededor del minuto 20, hay una interpretación de Las Espigas de oro extraordinaria  a cargo de Lucía y José Luis Izuriaga. Y muchas cosas más.
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martes, 19 de noviembre de 2013

Let it rain. Diana Krall

Con dos semanas de retraso sobre el refrán y casi dos semanas antes de San Andrés, (1), ha llegado la nieve a las montañas de Castilla y a toda España lluvia. Como en Madrid el pasado domingo, en que llovió mansamente, con cierta pereza pero sin parar todo el día, viniendo a templar algo las frías temperaturas de los dos días anteriores.

¡Deja que llueva!, ¡deja que llueva!, sentía el buzo que susurraba el día, como Let it Rain, la vieja canción rescatada por Diana Krall en su último disco, Glad Rag Roll, editado a finales del año pasado.


En él, Diana Krall se aleja de lo que ha sido su pauta habitual de rehacer, interpretar y poner su inconfundible estilo en los stándares más conocidos de la música popular americana, para adentrarse en un mundo personal e intransferible: vérselas con los viejos discos y partituras del desván familiar, temas y artistas que escucharon sus padres y sus abuelos y, también, ella misma de pequeña. Viejas canciones de los años veinte y treinta: blues blanco, country, música de variedades… que Diana Krall recupera y nos ofrece, en su peculiar estilo de jazz, en el siglo XXI.(2).

Hay que reconocer que hace falta valor para atreverse en 2012 con una canción como Let it Rain, compuesta por unos desconocidos Dyson y Kendis, que interpretó Gene Austin, (compositor y cantante de grandísimo éxito en los años veinte y treinta y calificado por muchos como el primer crooner de la historia), en un estilo propio de música de variedades  y con una letra, en principio, bastante cursi.

Pues Diana Krall lo hace y se produce el milagro. La canción se convierte en una especie de country-jazz lento y contenido, muy piano y sin estridencias, dejando que surja de forma natural la magia de la música y que los versos pasen a volver a tener justo el significado exacto y desnudo que tienen las palabras, quedando ahuyentados los prejuicios y la cursilería con que se entiende la canción, en su versión vaudeville, que es como sonaba en la voz de Gene Austin.

Así comienza la canción y suenan los versos:

The angels are crying, they are shedding their tears,
that's why the rain falls from the sky.

Se hace el milagro, la música de Let it Rain comienza a fluir con piano, guitarras y la voz, la sabia voz de Diana Krall. Y el estribillo

Let it rain, let it rain, let it rain,

se va a quedar con nosotros para identificar a una nueva y mítica canción de lluvia para el futuro. Desde el pasado - hace más de ochenta años hasta hoy - para el futuro.

(1) El refrán "Por Los Santos, la nieve en los altos y por San Andrés, en los pies", hace alusión a las primeras nieves del año.
(2) Ver por ejemplo el artículo sobre Glad Rag Doll en Allaboutjazz.com.


lunes, 18 de noviembre de 2013

Cómo cambian los tiempos

Lo que el sábado fue, en un principio, pasmo y una auténtica sorpresa para el buzo,  una vez reposado el asunto y pensado con cierta calma, le pareció normal, el signo de los tiempos.

Había entrado en Carrefour por hacer tiempo, y estaba paseando un rato por la sección de librería que, por cierto y salvando el hecho de que los libros están colocados como botes de tomate, está muy apañada: sus colecciones de bolsillo, sus bestsellers para navidad..; y de pronto en la esquina de los libros de informática los vi.

Este fue el descubrimiento que hice. Por si no lo saben, les comento que ya hay libros editados, de tipo “manuales” para teléfonos inteligentes; o sea para los smartphones de última generación: los iPhone 5 y el Galaxy S4, por ejemplo.


No son fruslerías. El del Galaxy S4 tiene 432 páginas, nada menos. Claro que, como se dice,  entre otras cosas, en la ficha del libro – que vi en internet unas horas más tarde:

Hoy en día, los Smartphones se presentan como auténticos pequeños ordenadores de bolsillo que pueden utilizarse no sólo para realizar llamadas, sino para navegar, ver el tiempo que hará mañana, leer el correo electrónico, hacer fotografías, manejar redes sociales y mucho más. 

Lo que me trajo a la memoria un comic de Paco Roca, de hace algunos domingos de El País Semanal, en que se contaba la historia de alguien que, en la primera viñeta, se acercaba a un mostrador para comprar un teléfono móvil. El vendedor se tiraba en siguientes viñetas, hablando largo y tendido de la cámara de porrecientos pixels, de la música y de la radio, del GPS, de la memoria y del sistema operativo, de los juegos, mareando al comprador que, en la última viñeta, decía: “De acuerdo, me lo compro. Ahora deme un teléfono móvil”.

Y salí descreído, tarareando por lo bajinis la guaracha de Los Compadres de Cuba:

Cómo cambian los tiempos Venancio, qué te parece
Qué te parece Venancio, cómo cambian los tiempos

Luego, como he comentado al principio, en casa, una vez reposado el asunto y pensado con cierta calma, al buzo le pareció normal: el signo de los tiempos. Y echó un vistazo a la librería pensando en el sitio que habrá que hacer al tocho que se tendrá que comprar cuando decida pasarse a un smartphone.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Mr Moonlight

Terminé la entrada anterior con una canción de los Beatles, And I love her, interpretada por Brad Mehldau. Así que hoy voy a seguir con otra canción interpretada por los Beatles, Mr Moonlight, de su álbum Beatles for Sale de 1964.


Mr Moonlight no es composición de Lennon y McCartney. En los primeros LP de los Beatles, era corriente que, además de las propias, interpretaran temas de otros compositores. Más adelante, ya se impuso, del todo, el "modo" autor; desapareciendo casi por completo o compuestos por ellos.

(En paralelo, también en el principio de su carrera, no fue raro que pasaran canciones propias a otros intérpretes, como fue el caso, por ejemplo; de Bad to me, que en 1963 fue un gran éxito, primero en el reino Unido y después en USA, de la mano de Bill Kramer y los Dakotas).

En foros de aficionados no se valora mucho esta canción, poniéndola mucha gente entre lo menos bueno de los Beatles. Sin embargo, piensa el buzo que algo tendrá la canción para que al poco de aparecer en USA, se versionara sucesivamente por dos grupos británicos, de tronío: The Hollies y The Mersybeats; y después por los Beatles.


Mr Moonlight fue escrita, cuando no había aún acabado el bachillerato, por Roy Lee Johnson – al que dios le vino a ver cuándo los Beatles interpretaron la canción, pues fue una y no más. La primera grabación la hizo el pianista de blues Piano Red, bajo el nombre de Dr Feelgood and the Interns y consiguió un éxito discreto en el campo del Rythm & Blues en 1962.

Cómo llegó a Gran Bretaña y las razones de su éxito - si atendemos a las versiones que hemos mencionado - es terreno ignoto. La versión de los Beatles, no la dulcifica, como sí hacen los Hollies y los Merseybeats, y se aproxima a la inicial de Dr Feelgood con el grito huracanado inicial de John Lennon y el estilo de los coros, (más finos, eso si, que los de la versión original, que son únicos: modorros y chirriantes a la vez).

Mr Moonlight es una "canción Lennon", que la hace suya, le da el tono y la hace grande. Además, está el extraño, por sombrío y deseuforizante, solo de órgano Hammond de Paul McCartney.

La letra es una especie de remedo de Blue Moon. Está el tal Mr Moonlight que no sabemos si es un ser real – o un metáfora de la luz de la luna – que le trae el amor y la chica al cantante.

You come to me
One summer night
And from your beam you made my dream
And from the world you sent my girl

Y por esa razón quieren mucho a Mr Moonlight. Luego las cosas se tuercen, la chica desaparece y el cantante, de rodillas, pide Mr Moonlight que vuelva y le traiga el amor otra vez. En fin, un auténtico drama con la voz desgarrada de John Lennon, que se cree la letra y música, y los coros de McCartney y Harrison que – como ya dije - son más finos que los de la versión original.
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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Brad Mehldau pasó por Madrid

El día 10 de noviembre, Brad Mehldau pasó por Madrid. Dio un concierto – en solitario -en el Auditorio Nacional dentro del Ciclo de Jazz del Centro Nacional de Difusión Musical del presente curso.


Brad Mehldau 
(Fotografía en www.cndm.mcu.es)

Que el buzo sepa no era una actuación secreta para iniciados, (enlace al programa de la actuación). Sin embargo, al parecer, ningún medio de comunicación se enteró ni, por tanto, reseñó. Lo que no deja de ser chocante, ya que estamos ante una de las figuras más señeras del actual piano en jazz; el número 1 en el año 2012 si hacemos caso a la revista Down Beat.

Curiosamente sí hubo, digamos, una pre-crítica o pre-reseña de la actuación el día 9 en el diario El País, de título El intérprete de la emoción del Jazz, en que creo se describe convenientemente lo que este artista supone en la actualidad para el jazz contemporáneo.

El buzo estuvo allí, en las butacas de la parte de atrás del escenario, muy cerca de Mehldau.  No voy a extenderme en contar lo que fue la actuación. No soy crítico profesional y guardo para mi la belleza  y emoción que me produjo lo que vi en el escenario. Creatividad, potencia, contención, elegancia.

Solo quiero llamar la atención ante la clase de información cultural que nos “echan” los medios: lo de siempre y los de siempre más las operaciones triunfo (alfalfas) nuestras de cada día. Una pena.

Por cierto, Brad Mehldau acabo el concierto – fue el bis final - con una dramática versión del melancólico tema And I love her de Los Beatles. No es lo que escuchamos el domingo, pero la versión en trío,  a la que les enlazo, con Larry Grenadier al contrabajo y Jeff Ballard a la batería, les puede dar una idea.

martes, 12 de noviembre de 2013

Cierre de canal nou y otras perplejidades

Anda el buzo algo descolocado con las reacciones a la decisión del cierre, después de la sentencia judicial habida, de la radiotelevisión autonómica valenciana por parte de su gobierno regional. Los mismos que hace no mucho clamaban repetidamente por el cierre presto de una televisión deficitaria y partidista; ahora ven, en la decisión del cierre, un atentado contra la libertad de información. El tiempo ha debido cambiar el color del cristal con que se mira la cosa.


Por otra parte, la decisión judicial es de esas que parecen tener como lema: “Hágase justicia y húndase el mundo”. No es la primera vez, ni será la última, que las indemnizaciones laborales, surgidas de sentencias, se han llevado por delante lo que quedaba de maltrechas empresas privadas y públicas, también.


¡Ah la justicia en España! Arrancada de caballo brioso y parada de burro manso. Ahora hace un año ya del inicio del caso Emperador contra el malvado Gao Ping  y sus secuaces;  ¿recuerdan? Andará ya, a poco, por los 14.000 folios. Y lo que te rondaré. Seguramente. A ver de hoy en un año lo que nos habrá de crecer.

Como veo que me estoy yendo del coro al caño, paso a dales cuenta de una perplejidad que he tenido hoy. Es acerca de una empresa de cría de langostinos, instalada mar adentro, según relata José Carlos Capel en su blog Gastronotas La empresa se llama Gamba Natural , está en Medina del Campo y utiliza agua del grifo filtrada y sales del Mar de Arabia. 

Sumamente aperplejado al principio; lo asumo al instante con naturalidad; ya no me extraño de nada. Y no doy por imposible un comentario, que surge en el blog, acerca de si llegaremos a ver cerdos criados en bateas de mejillones. Aunque los langostinos de Medina del Campo, algo caros ¡eh!; por encima de las posibilidades de buzo, la verdad.


Torre del Reloj en Alcañices
(Autor: Antramir. En Wikipedia)

Sobre lo de no extrañarse de nada, le viene a la memoria al buzo la frase aquella de Narciso García, “Minuto”, personaje - al parecer memorable - mencionado en el libro “Di tú que has sido. Estampas alistanas” de Jesús Barros Martín, que decía, allá por los mediados del pasado siglo en la ciudad de Alcañices, Zamora:

“Desde que la Cagacha se casó, el que apareció en el cesto llegó a Capitán y las anginas se curan por el culo, es que ya creo todo”.

O sea, que hemos perdido la capacidad de sorpresa. Y con el internet, más.

martes, 5 de noviembre de 2013

Topónimos del castellano

En el fin de semana repaso la añeja Antología poética de Miguel de Unamuno,  de la colección Austral con prólogo de José María de Cossío. Está anotada y subrayada de antiguas lecturas anteriores a las mías; sobre todo en aquellos poemas más existenciales sobre el ansia de creer, la muerte, la transcendencia… ; sobre aquellos, en definitiva, más unamunianos.


Unamuno visto por Ramón Casas
Museo Nacional de Arte de Cataluña

Casi al final me encuentro con un bello poema sin título en que Unamuno se asombra de la belleza del idioma castellano a través de la sonoridad de sus topónimos.

Ávila, Málaga, Cáceres,
Játiva, Mérida, Córdoba,
Ciudad Rodrigo, Sepúlveda,
Úbeda, Arévalo, Frómista.
Zumárraga, Salamanca,
Turégano, Zaragoza,
Lérida, Zamarramala,
Arramendiaga, Zamora.

Sois nombres de cuerpo entero,
libres, propios, los de la nómina,
el tuétano intraducible
de nuestra lengua española.


Lo que me retrotrae a mi adolescencia, cuando con mi amigo Fernando, en Zamora, hablábamos frecuentemente de nuestros nombres favoritos de pueblos.  Sentíamos debilidad por los modestos y castizos Molacillos y Alija de los Melones, (este último, cambiado después por el más pomposo de Alija del Infantado). También nos gustaban aquellos de nombre con regusto antiguo, como Peñausende, o evocador, como Montamarta o Villardeciervos. Y tantos otros; Ayoó de Vidriales, Camarzana de Tera, Algodre

Y teníamos también campeones. Los de Fernando eran Castrocontrigo de la provincia de Leon y Calzada de Valdunciel en Salamanca. Los míos eran Faramontanos de Tábara y Doney de la Requejada, ambos de Zamora.

La curiosidad e internet me llevan al artículo, Una nota a Poesía y Estilo de Pablo Neruda de Amado Alonso,  del filólogo Francisco Ynduráin, en que se muestran más ejemplos de topónimos como objetos poéticos. Y ahí aparece ese pasaje de título Como era España, trozo aparte y separado de España en el corazón de Pablo Neruda, en que se interrumpe el discurso bélico principal de la obra, para pasara a citar los sonoros nombres de pueblos de España. 


Dice Ynduráin:

“La lista de nombres se agrupa, como se ve, en estrofas de cuatro versos, heptasílabos al principio, de fluctuante medida y ritmo, después, sin disciplina de rima siquiera. Los nombres, por parejas o por tríos, operan por su mero valor fonético y evocador”.

Y aparecen más ejemplos, por ejemplo,  de Azorín y de Antonio Machado. Mas adelante afirma:

“Cada país se supone que siente sus nombres propios con una especial resonancia que no será perceptible para el oído ni para la sensibilidad del extraño, pues apelan no sólo a la común conciencia lingüística, sino al conjunto del espíritu nacional en toda su complejidad”.

O, como resumen, los versos finales de Unamuno: Nombres de cuerpo entero,…, el tuétano intraducible de nuestra lengua española.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Monster mash. ¡Qué monstruos son!

Se han pasado estos días festivos de Todos los Santos y de Difuntos. Hemos ido a los cementerios y recordado  a los nuestros. Hemos, tal vez también, rezado por ellos. Han vuelto, también, las noticias y reportajes: cementerios, flores, entrevistas… y las caravanas de coches y el tráfico producto del puente que provoca esta celebración.

En paralelo uno ha podido comprobar como Halloween, se ha hecho costumbre en nuestra sociedad española; se ha incorporado a nuestra vida y, por tanto, instalado informativamente entre nosotros como un tópico más. Como el inicio de curso y la vuelta al colegio y los costes de los libros y uniformes. Como el trauma postvacacional de los primeros días de septiembre. Por poner dos ejemplos.


Elementos clásicos de Halloween
(de Wikipedia)

Así hemos visto reportajes en prensa y TV de los niños con caramelos, con la frase truco o trato, (o como se diga y signifique lo que signifique); otras relatando la cifra de negocio de los disfraces, las fiestas en y otras por el estilo. También en las radios se han programado canciones propias de Halloween; o sea: de monstruos, fantasmas y similares.

Son o fueron todo un género en la música popular. Hay que decir, que la música de terror propiamente dicha  es instrumental y acompañaría a imágenes impactantes: o sea, sería la banda sonora de las películas de miedo, misterio y horror.  En la música popular, por el contrario, la cosa consiste en tomarse el terror a cachondeo: gansadas para unas risas.


El paradigma de estas canciones Halloween sería Monster Mash de 1962, compuesta e interpretada por el “especialista” Bobby “Boris” Pickett  que, imitando la voz del actor Boris Karloff famoso por sus interpretaciones en películas de terror - fue el monstruo de frankestein perfecto-  podemos decir que inventó el género. También, podemos añadir que Monster Mash  llegó al nº1 de las listas americanas en octubre de ese año 62, justo en Halloween


De la canción hubo versión en castellano, mexicana en concreto. Su título ¡Qué monstruos son! En ella, se echa en falta la retranca de la voz cavernosa pero, a cambio, tiene más ritmo y es más ye-ye. La realizó Luís "Viví" Hernández, que fue cantante de los Crazy Boys, conjunto de rock de principio de los sesenta que alcanzó la fama con temas como La pulga, Leroy o Corina, Corina

Lo dicho, Halloween ha venido para quedarse y, de paso, nos deja perlas como Monster Mash o, en castellano, ¡Qué monstruos son!