miércoles, 30 de julio de 2014

Hexacorde en Madrona

El 19 de julio último fue un día especial en Madrona. No sólo por el hecho de ser sábado de julio, día de ocio, amigos y paseos, sino porque iba a actuar el grupo Hexacorde - con la cantante Vanesa Muela – que, aparte de ser uno de los más principales y modernos grupos de folk de Castilla León y centro de España en general, cuenta entre sus miembros con dos chicos del pueblo: Héctor y Sergio López, (hijos a su vez del querido José Luis, dulzainero, zanfonista,  animador continuo y, sobre todo, buen amigo).


En el último CD. Agarraos

Creo yo que fue una actuación muy especial, porque el grupo Hexacorde vino a Madrona a echar el día y a convivir con todos nosotros, apareciendo por el pueblo a media mañana con sus familias, niños incluidos. 

Nos regalaron un coloquio celebrado en el salón a las 12.30, en el que, después de romper el hielo Héctor, se fueron presentando cada uno de ellos y los diferentes instrumentos que iban a sonar por la noche en la actuación. Fue una clase – además de magistral - amigable y entretenida  en que vimos de cerca y escuchamos los sonidos de flauta, dulzainas y pito castellano; la gaita, el safón y clarinete, la guitarra y el cistro y las percusiones: de la pandereta a la batería, pasando por las exóticas djembé y darbuka, y por otras tan de aquí como panderos, castañuelas y cucharas de cocina, estas últimas sonadas con salero y maestría por Vanesa Muela.


Madrona con la mujer muerta al fondo

También explicaron, a los que allí estuvimos, los orígenes y el sentido de su música: la recuperación y re-interpretación de la música popular. Música popular que empieza en el ritmo y en el canto; música popular para el trabajo y para la fiesta y el baile, que va añadiendo instrumentos; y que por estos pagos cristaliza, fundamentalmente, en las formaciones de dulzainas que amenizaron hasta mediados del siglo XX estas tierras. Y es esa música popular la que Hexacorde descubre, recoge y reinterpreta electrificando, añadiendo armonías  y haciéndola posible en el siglo XXI.

Por la tarde, vino a tocar en suerte – y no es exageración - el único día todo el mes de lluvia del mes de julio y la actuación, después de dos intentos fallidos, no pudo realizarse en la plaza de San Antonio y hubo de llevarse al salón, dónde hubo calor y apreturas pero, también, cercanía y un sonido menos amplificado y más natural. Hubo división de opiniones: que si habría sido mejor fuera, que vaya lástima... A quien esto les cuenta le pareció de perlas. ¡A ver en que otra ocasión voy a estar a dos metros de Vanesa Muela cantando y dándole a la pandereta o de Fernando Llorente soplando la dulzaina, que casi sentía que soplaba yo y que ponía los dedos en las llaves!


Hexacorde. Abbey Road "agro"

La actuación, de  dos horas largas, fue extraordinaria porque lo es el repertorio y porque todos los componentes de Hexacorde son unos intérpretes formidables, virtuosos que suenan como en sus discos o incluso mejor. Destacaría personalmente una apreciación general y dos momentos.

Algo que me encanta en muchos temas de Hexacorde como, por ejemplo, Las seguidillas de Ávila y del Tío Tocino o La jota del Henar, es el modo en que se va preparando poco a poco, pasando de un instrumento a otro, metiendo poco a poco más percusión o cambiando armonías, un climax creciente hasta que, al final, acaba llegando inevitablemente el potente y bestial sonido de la dulzaina que estalla en el aire y nos transporta a esas mañanas de alboradas y pasacalles. 

Un primer momento especial ocurrió cuando al oír la canción que dice lo de “Solo de cuatro colores tengo de pintar el ramo…”, dije de pronto: "¡Coño, si esto es de Aliste!" Y así era: La muerte y el casamiento enfrentados procedía de San Vitero, en la comarca de Aliste en Zamora, (el pueblo en que nació mi padre y en el que yo viví mis primeros 5 años).  El ritmo incesante de pandero y la gaita ancestral que yo oí de niño en aquellos pueblos. 

El segundo momento es el de la joya escondida: La casa delos locos, en la que lloré. Difícil encontrar un verso de amor más sencillo, más duro y más tierno:

Si tú te mueres mi vida, si tú te mueres salero
La casita de los locos ha de ser mi paradero

La melodía inesperada y reposada, que se va espesando y a la que se va añadiendo intensidad hasta un exaltado y desesperado final que estremece y deja al personal sin aire.

Gracias Hexacorde. Una actuación memorable.

Nota
Los enlaces de las canciones proceden del concierto en radio 3 celebrado el 4 de diciembre de 2012

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