miércoles, 13 de mayo de 2015

Esto es un erial

Ayer en el descanso del concierto de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, conversábamos sobre las razones de por qué no había más tradición musical y más compositores célebres en España. Cada cual, exponía sus razones. Luego volvimos a la sala. Nos esperaba el Concierto para piano y orquesta de Schumann, que finalizaba un gran programa.



Retrato del maestro Padilla

En primer lugar, se había rescatado Morga. Tres fragmentos sinfónicos, la última obra escrita por José Padilla Sánchez, el maestro Padilla. El que fue el incomparable compositor de las inolvidables melodías de Valencia, La violetera y El relicario; con un éxito internacional extraordinario y que, además, fue un notable compositor de zarzuelas y de música sinfónica. Terminó de componer Norga, que iba a ser estrenada en París, tres días antes de su repentina muerte en 1960. Una oportunidad para conocer la vertiente clásica del gran maestro, con una obra de la escuela española plenamente, de melodía fácil y agradable con unas armonías fantásticas.

Después un estreno absoluto, obra encargada a E. Rautaavara, el mayor compositor finlandés vivo. Un gran maestro. De título Balada, utilizaba textos del Romancero Gitano de García Lorca; y el coro cantaba los versos de forma continua, sin tregua en una especie de gregoriano del siglo XXI. Sensacional; será un gran éxito que veremos bastantes veces en los escenarios.



Ivo Pogorelich en la actualidad

Por último, el Concierto para piano y orquesta de Shumann, lo interpretó Ivo Pogorelich, un gran, gran, gran pianista que, artista exclusivo de la Deutsche Gramophon fue la estrella máxima del panorama pianístico en los años 80 y 90, que volvía a España desde su anterior actuación de 2014. El concierto fue extraordinario e inolvidable por su fuerza y, a la vez, tensión y sensibilidad a flor de piel.

Pues bien, hoy, en el día siguiente he buscado reseñas del concierto en algunos de los periódicos de Madrid. Ni rastro. Incomprensible, con el programa que se ofreció. Nulo interés en la información musical. Se llenan bocas y páginas por lo del 21% del IVA cultural y no se reseñan conciertos como el del lunes por la noche. Bueno, ni ese, ni ninguno. Esto es un erial.

¡Qué país!. Y aun nos preguntábamos, en el descanso, que por que había tan poca tradición musical en España.

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