En este 2015 vamos a centrarnos, en un ejercicio
de arqueología recreativa, en las Chicas
Ye-Ye. Arqueología nostálgica y un cierto ejercicio de: ¿qué habría sido … si?
Porque hubo buenos mimbres y uno se pregunta, si hubiera habido una industria
musical más potente y un mayor nivel de consumo, adónde habría llegado el pop
español que nacía allá por 1960, más o menos . Pero dejémonos de filosofías y
vayamos al turrón. Empezamos con Pelucón de Soledad Miranda.
Soledad Miranda es más conocida, sobre todo fuera
de España, por su faceta de actriz. Es, de hecho, una imagen de culto dentro del
cine de terror internacional… hecho en España. (Ver la web www.soledadmiranda.com). Su corta carrera musical
propiamente dicha, con grabación de discos, fue sólo un paréntesis.
En su primer EP de 1964 había tres
versiones de temas foráneos y sólo una canción original, la divertida Pelucón,
de la que se comenta en lafonoteca.net, lo siguiente:
“Pelucón”
es el arquetipo de las piezas ye yé de la primera hornada con mucho ritmo en
tiempo de twist, solo de saxo, coro masculino en plan maromo berreante y cuitas
ilimitadas entre una chica atacada por su peinado que se defiende de su agresor
con uñas, dientes e invitándole a mejorar su aseo personal.
La canción tiene chispa, es muy resultona, los
coros no son tan berreantes y se juega en la letra con la comparación y choque
entre las “despeinadas” de la canción de igual título, con el pelo tipo media
melena liso o pelucón de los primeros ye-yes, apareciendo en el estribillo,
también parte de la melodía de la famosa canción Despeinada.
Tras este disco grabó únicamente otro EP el año siguiente, esta vez
sólo con versiones. Destacaría en él la
canción No lo quiero, (versión de I Can
Have her de Roy Hamilton), sobre todo por los bailes con el que han montado el
vídeo de Youtube.
Cartel de Vampyros Lesbos (En Wikipedia)
En 1969 retoma su carrera cinematográfica de la
mano del director Jesús -Jess- Franco
con la que comenzó a rodar las que hoy son míticas películas de terror
realizadas en España, con títulos como “El Conde Drácula”, “Eugenie de Sade”,
“Vampyros Lesbos” o “El Diablo Vino de Akasawa”; con versión doble, una
recatada para España y otra más erótica para el exterior. En estas últimas aparecía en los créditos como
Susan Korda, y es la que ha llevó a Soledad Miranda a convertirse en una
leyenda como pionera mundial del sexo terrorífico.
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