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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Octogenarios

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A principio de agosto nos llegó la noticia de que el cantante americano Tony Bennett iba a celebrar su 85 cumpleaños cantando; sacando al mercado un CD de dúos con varios cantantes. Me quedo con los nombres de Alejandro Sanz por nacional y de Amy Withouse recientemente fallecida, (con quien parece que grabó Body and Soul). No es la idea que yo tengo de grabación estupenda pero vale. A Anthony Benedetto, a estas alturas,  con 85 años y con una vida larga, ejemplar, dura y generosa, se le puede perdonar todo.



Asignado en enero de 1945 al 255 Regimiento de Infantería de Estados Unidos, atravesó Francia y Alemania en duros combates, muchos de ellos cara a cara, a tiro próximo y bayoneta, llegando hasta el Danubio. Al final de la guerra participó en la liberación del campo de concentración de Landsberg. Su opinión sobre la guerra se resume en la frase siguiente: 

“Anybody who thinks that war is romantic obviously hasn’t gone through one”.

Su primera grabación, Because of You de finales de 1950, alcanzó el número uno y constituyó el inicio de una carrera meteórica y brillante a lo largo de dos décadas, comenzando a declinar fuertemente en los años setenta con el triunfo del rock and roll. Su decadencia artística fue paralela a la personal  por su adicción a la cocaína. Con la ayuda de su familia, desde cero y con mucha humildad y trabajo, volvió a levantar su carrera desde los años ochenta hasta hoy en que es querido y respetado: el último crooner de su generación.

Sólo él y Dean Martin pudieron hacerle algo de sombra al tremendo Frank Sinatra. Original de Queens (Nueva York) –  que no sólo va a haber italianos en el turístico Little Italy de Manhatan - , nos queda su repertorio inmenso, su gusto musical, el timbre de su voz y, como Sinatra, una vocalización perfecta, como para estudiar inglés.


Lo primero que oyó el buzo de Tony Bennett – y lo que sin duda prefiere - fueron sus magníficas grabaciones como vocalista con la orquesta de Count Basie, sus discos Strike up the Band de 1958 e In Person de 1959, con canciones como Anything Goes o Chicago. Ya entonces, su voz era sabia. También el buzo tararea de vez en cuando la canción insignia de Bennett, su mayor éxito I Left my Heart in San Francisco , casi un himno en dicha ciudad.        

Pero lo que prefiere, por motivos sentimentales y porque da cumplimiento a eso de que “Dios los cría y ellos se juntan”, son sus grabaciones a dúo con el gran Bill Evans de mediados de los años setenta. Sólo piano y voz para reinventar las canciones de siempre. Como, por ejemplo, las inigualables You must believe in Spring o  My Foolish Heart.

Frank Sinatra dijo de Tonny Bennett:

“For my Money, Tony Bennett is the best Singer in the business. He excites me when I watch him. He moves me. He’s the singer who gets across the composer has in mind, and probably, a little more”.

Hay que decir que la devoción era y es mutua, ya que en 1992 Bennett realizó el álbum “Perfectly Frank” dedicado a Sinatra y fundó en 2001 la Frank Sinatra School of the Arts en Queens.


Y hace unos días tan solo, nos enteramos de que la gran Doris Day, con -ojo al dato- 87 años va a sacar también un nuevo album de título My Heart. (Santa indignación le entró al buzo - que es devoto de Doris Day - cuando las locutoras que daban la noticia en Onda Cero se reían - jijiji, jajaja - porque creían que solo había cantado en su vida la famosa Que sera, sera y resulta, ¡fijate tu!, que había cantado más de 650 canciones).


Que cumplan y que graben muchos más, para nuestra satisfacción y deleite. De todas formas, ¡ojo!, hay que ver como vienen los octogenarios en este 2011. Y más, si unimos a lo anterior que la Duquesa de Alba se casa en octubre.

miércoles, 17 de marzo de 2010

A 400M


Vista del Airbus A 400M (imagen tomada de http://www.airbusmilitary.com/)

Retomando el hilo del comentario de la semana anterior y constatando el desinterés general de la sociedad española por la industria, el buzo no se ha visto sorprendido por la escasa atención que se ha prestado en los medios de información de las últimas noticias relativas al avión europeo de transporte militar A 400M. Lo raro, en efecto, hubiera sido lo contrario. La historia de este proyecto pueden verla desarrollada, con más detalle y precisión, en diversos sitios. (Por ejemplo en el artículo Airbus A 400M, de la versión inglesa de Wikipedia).

Pues bien, el día 5 de este mes, (Ver en ABCLos países compradores del avión A400M acuerdan pagar 3.500 millones de euros más ), los gobiernos compradores del nuevo avión de transporte militar han llegado a un acuerdo con EADS para asumir los sobrecostes de fabricación. Aportarán 2.000 millones de euros suplementarios y 1.500 en créditos reembolsables a cuenta de regalías sobre ventas futuras del avión. Se desbloqueaba de esta forma un problema que estaba poniendo en peligro uno de los proyectos industriales europeos más ambiciosos de las últimas decadas. El 11 de diciembre de 2009, en Sevilla, había culminado con su vuelo inicial una aventura tecnológica e industrial de cooperación entre  nueve paises, que había comenzado más de veinte años atrás, y que estaba en el aire, (¡qué ironía!), por falta de un acuerdo sobre la asunción de los sobrecostes.

El nuevo avión, que se fabricará en plantas de 9 paises y que se ensamblará en Sevilla, tiene una cartera de pedidos de más de 180 unidades vendidas y parece presentar unas aceptables expectativas comerciales futuras. Supondrá 20.000 empleos directos, (y otros tantos indirectos), de alta cualificación. Darío Valcarcel terminaba su magnífica columna El avión a400m ha ganado, aparecida en ABC el 11 de marzo, con las siguientes palabras:

"Desde hace meses hemos escrito acerca del A400M. Europa había hecho una apuesta de gran riesgo. Los diseñadores del avión trabajaban desde 1995. EADS pudo desaparecer en uno de esos remolinos del río de la vida. Quizá la hubieran comprado los chinos. La historia ha acabado bien."

Es una muy buena noticia. Hay que apoyar la industria, que está en horas bajas. Y más, industrias como ésta. Si recuerdan, yo les decía que Sarkozy se alarmaba porque la industria suponía sólamente el 16 % del PIB de Francia, (frente al 30% de Alemania), y proponía apoyarla. ¿Qué deberíamos hacer en España?. Según los últimos datos conocidos del INE (diciembre de 2009), la industria española, (incluyendo energía), sólo supone el 14 % del PIB.

Sección musical

SEND ME NO FLOWERS

Send Me No Flowers es el título de una película americana de 1964 dirigida por Norman Jewison y protagonizada por Rock Hudson y Doris Day, que canta la canción de mismo título compuesta por Burt Bacharach. He aquí, la confluencia perfecta de dos debilidades del buzo: Doris Day y Burt Bacharach.



De Doris Day, (nacida Doris Mary Anne Kappelhoff y claramente descendiente de alemanes), la mayor parte de la gente tiene el concepto de rubia maciza pero bobalicona y sosita, (yo no creo que fuera ni tan bobalicona ni tan sosita), que se pasaba la vida persiguiendo a Rock Hudson vestida años 50, en casitas estilo años 50 y que cantó, tangencialmente, Que Será Será. Pues sí. Es eso. Pero sobre todo fue una cantante como la copa de un pino. Nacida en 1922, comenzó su carrera a finales de los años 30 en grandes orquestas como las de Bob Crosby y Les Brown. Participó y luego protagonizó en films en un buen puñado de musicales  como Starlift, On Moonlight Bay, By the Light of the Silvery Moon, ý Tea For Two . En 1953 hizo el musical del Oeste, Calamity Jane, dónde estaba la canción Secret Love. Su carrera cinematográfica fue esplendorosa también. Protagonizó con Frank Sinatra el musical Young at Heart. También protagonizó, en 1956, El Hombre que sabía demasiado de Hitchcock con James Stewart,  donde aparece la que sería "su" canción para siempre Qué será,  será. Y después, sólo después, participó con gran éxito en las tres películas con Rock Hudson. Busquen, busquen: lo cantó todo.. y bien. Vean como cantaba If I Were a Bell en 1950.

¿Y Bacharach?. Un crack. El último gran compositor popular estadounidense, digno sucesor de los Kern, Porter o Warren. Pero se ha hecho ya muy tarde hoy. Hablaremos de él, con calma, mas adelante. Como adelanto, les dejo con Bacharach en estado puro: acordes inusuales, ritmo sincopado y arreglos de fliscorno; con Walk on Bye en la versión, digamos, original de Dionne Warwick en 1963.

miércoles, 3 de febrero de 2010

SE VAN


Se van y se tiene una sensación como de no querer, como de no llegar a creerlo. Habiendo vivido entre nosotros tantos años; habiéndolos querido o admirado tanto tiempo, se trata de personajes que creíamos que iban a estar siempre ahí. Pero se van. Este final de enero ha sido duro. Después de la muerte a los 91 años de J. D. Salinger el 27 de enero, y aún sin reponernos, el día 1 de febrero nos enteramos del fallecimiento de Pernell Roberts, último actor que quedaba del elenco de la serie Bonanza de nuestra infancia.

No voy a hablar ahora mucho de Salinger. Su muerte está bien cubierta con necrológicas diversas. Muchas veces apuntando a los chismes y a las rarezas. A su desaparición la vida pública, a su horror a la fama. Se ha mitificado su vida ó más bien cómo ocultó su vida. Pero Salinger es ante todo, y sobre todo, un gran escritor, de los más grandes del siglo XX. La experiencia de su lectura es única. Que se lo pregunten a los millones de lectores de El guardián entre el centeno, a los devotos de sus cuentos y a los fans de la familia Glass. Si no lo conocén aún, esa suerte que tienen. Lo que disfrutarán leyéndolo por primera vez.

Pernell Roberts era Adam, el hermano mayor de la familia Cartwright de Bonanza la mítica serie, (primera serie del oeste en color), de los años sesenta. Siempre vestido de negro y pelín adusto, tenía ese papel, incomodo, de hermano mayor, siempre responsable, bajo la figura del todopoderoso padre Ben Cartwright, (Lorne Green) y sin poder ser gracioso y amable como Hoss (el gordo), interpretado por Dan Blocker; ni ocurrente e impulsivo como el pequeño Little Joe, interpretado por Michael Landon, (que más tarde fue el padre perfecto de La Casa de la Pradera).

“Y así fue, las historias de La Ponderosa, el rancho más entrañable de Virginia City (Nevada), calaron en lo más hondo del corazón de toda una generación. … . Adam, junto a Hop Sing (Victor Sen Yung), el cocinero chino, era el mejor. Sí señor, Adam fue el favorito de aquellos niños que se emocionaban al ver caer la flecha ardiendo sobre el mapa de territorio de Virginia City, todo ello con la música de Jay Livingston y Ray Evans.”


He reproducido lo dicho Javier Bemba en la necrológica que escribió en El Mundo. Y estoy con él: era mi favorito.

Dos cosas más

Una.- ¿Han caído en la cuenta de que nuestros políticos se han convertido en marxistas? . Todos, (pero es que todos), aplican a rajatabla, (de un día para otro e incluso, a veces, en el mismo día), la famosa máxima de Groucho Marx:

“Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.”

Dos.- He descubierto un libro sensacional: Verde agua y una escritora: Marisa Madieri: clara, entrañable, profunda. Muy grande. En la editorial Minúscula. Les prometo volver a él, con calma, más adelante.


Sección musical

BONANZA (Livingston y Evans). 1959
La sintonía musical de Bonanza fue compuesta por Jay Livingston. Es una composición de estilo country de tempo muy rápido, con una guitarra eléctrica llevando la melodía principal, muy estilo "peliculadelOeste". Suena sobre el fondo de un mapa naïf del rancho de La Ponderosa y de los alrededores de Virginia City, en el estado de Nevada a orillas del lago Tahoe. (Por cierto, en el mundo de la ficción podría ser posible que algún descendiente de los Cartwright le vendiera cien años mas tarde a Michael Corleone la finca en que transcurre gran parte de El Padrino II). Una flecha ardiendo va quemando el mapa y, sobre la sintonía, van apareciendo los protagonistas de Bonanza. Existen versiones cantadas, (a parte de por los actores de la serie, fue interpretada por Johnny Cash), con letra de Ray Evans, letrista habitual de Livingstone.
La pareja Livingston-Evans fue una de las últimas parejas clásicas de fabricantes de canciones populares, disfrutando de grandes éxitos a partir de finales de los años cuarenta, con canciones como Mona Lisa que popularizó Nat King Cole o Whatever Will Be, Will Be (Que sera sera) que sonaba en la película El hombre que sabía demasiado de Hitchcock, protagonizada por James Stewart y Doris Day, que tuvo un gran éxito con esta canción de la que existen innumerables versiones.