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lunes, 4 de julio de 2016

Estamos como queremos

En estos días de trabajo intenso y atropellado me queda poco margen – digamos que es una combinación de falta de tiempo, ganas y oportunidad - para comentar noticias de actualidad. Y eso que muchas son de aúpa.

Y si no se hace alusión a las noticias graves - ¿Qué puede añadir uno a ellas si no sabe gran cosa? – cómo ponerse a comentar frivolidades, como esa - que corre por algunas redacciones y por internet -  del loro Bud de Michigan, testigo, al parecer del asesinato de su dueño, del que están pensando si utilizar la frase que al parecer repite con insistencia: “¡No dispares!”, como evidencia para el juicio.


Y la última, con calificación de "aurora boreal", es lo de Vueling; representación elevada a la enésima potencia de la pesadilla que en que se pueden acabar convirtiendo actuales empresas de servicios aparentemente modernas.

Y encima, seguimos con un calor descomunal. Estamos como queremos.

viernes, 15 de marzo de 2013

Desfachatez


Que en los mismos días en que se está barruntando la creación,  (o recreación, porque ya se hizo en 1983 por idénticos motivos), de una empresa nacional de autopistas , (para absorber  las pérdidas de unas empresas privadas, concesionarias de algunas autopistas de peaje cercanas, según dicen, a la bancarrota por motivos que nos explican echándole la culpa, básicamente, a los justiprecios finales de las expropiaciones dictados por los tribunales y a la falta de usuarios); el presidente de la Patronal de Concesionarios de Autopistas vaya vendiendo la burra de lo bueno que sería que el estado se planteara cobrar por el uso de las actuales autovías , que “lógicamente” serían explotadas bien por las actuales concesionarias, o bien por la supuesta empresa nacional de autopistas que, de este modo, cubriría las pérdidas motivadas por el rescate de las autopistas actualmente con pérdidas, es de una desfachatez tan increíble, que más parece un argumento de vodevil  o de un musical bufo de Broadway.


AP-41. Madrid-Toledo

Porque señores, hay una patronal de concesionarias de autopistas, ASETA; cuyo presidente es José Luis Feito, que es, también, presidente de la Comisión de Política Económica y Política Financiera de la CEOE y del Instituto de Estudios Económicos; y que es el mismo que manifestó hace un año aquello de que “Laponia es un país muy bonito, con trabajos de temporada muy bien remunerados”, abundando en su idea de que no se pagara desempleo a quienes rechazaran ofertas de trabajo no cercanas a su domicilio actual.


(en una entrada sobre las declaraciones de J. L. Feito)

Y es que esta patronal, que representa los intereses directos de media docena de grandes empresas e indirectos de otra media docena de bancos, tiene una idea cortijera del liberalismo consistente en un libre mercado basado en concesiones administrativas con todo atado y bien atado, (y ahí tenemos, también como interesados, a otra media docena de grandes bufetes y consultoras de tronío), de forma que si hay pérdidas, vocean una suerte de alarmismo apocalíptico; ("esto se hunde y, …¡lo que va a arrastrar; ojo!"), y pregonan este, digamos, comunismo conmiserativo para nacionalizar “sus pérdidas”  y que pague el gobierno con el dinero de todos los contribuyentes.

Más valdría que, ya puestos a nacionalizar, alguien fuera desempolvando las memorias técnicas y económicas y las exposiciones de motivos de los decretos de creación, en su día, del Instituto Nacional de Industria y después se montara algo parecido, para promover que la industria nacional no desaparezca. Que es lo que va a pasar en este país, mientras tocamos la bandurria del turismo rural, creamos (otra vez) empresas nacionales de autopistas y recibimos, como los de Villar del Río de Bienvenido Mr. Marshall, a los americanos de Adelson y sus casinos.
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martes, 5 de marzo de 2013

Que bajen los precios


Nos encontramos en un extraño país en el que, en bastantes sectores, el comportamiento de las empresas y las instituciones reguladoras contradice las leyes generales del mercado. Por ejemplo, en las autopistas.


Señal de autopista de España

El uso de las autopistas de peaje se desploma con la crisis, de manera que a principio de 2013 nos encontramos al mismo nivel de 1997, y sin embargo, sorprendentemente, no dejan de producirse subidas de los precios: 2 en 2012 (“la habitual” de enero y la de la subida del IVA) y, en 2013, “la habitual”, de enero. Digo “la habitual”, porque es dogma que en todos los servicios siempre se revisan, al alza claro, los precios a principio de año.

Deben suponer – gobierno y empresas concesionarias - que la demanda es rígida y que, por tanto, va  a haber el mismo número de usuarios sea cual sea el precio, por lo que a aumento de precios, aumento de recaudación. Falso.


Señal de autopista en Italia

El precio de los peajes está por las nubes, (4,35 euros  cuesta atravesar el túnel de la AP-VI – unos 3 km de peaje); con lo que el personal las utiliza menos, (por lo que el verano del pasado año había atascos serios en la subida y en la bajada del puerto de los Leones, travesía de San Rafael incluida); se recauda menos y entonces viene lo de el uso de las autopistas de peaje se desploma con la crisis…. y - ¡sálvenos, ministro! - el sector vuelve a pedir – y se le concede de forma habitual - nuevas subidas de las tarifas.

Que se bajen los precios  a ver qué pasa. Como han hecho por fin en el AVE. Y si no lo hacen, que expliquen por qué.