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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Con Eliseo Parra en Segovia

Noche de folk en Segovia. Y fiesta mayor. Porque en la Academia de San Quirce le entregaban el pasado sábado 17 de noviembre a Eliseo Parra el XXIII Premio Europeo de folklore Agapito Marazuela. 

Y es que no hay nadie ahora mismo, en el ámbito del folklore, con más merecimiento que Eliseo Parra para recibir este premio en honor del gran Agapito Marazuela.




Eliseo Parra en 2010
(Foto de Emilio Fraile en laopiniondezamora.es)

El gran hombre de música que es Eliseo Parra dice a veces con humor algo así como que él escuchaba a los Beatles y se le apareció Agapito Marazuela. Y es que, a principios de los ochenta, con todo un bagaje como músico de rock (grupo Mi generación), de jazz-rock (grupos Blay Tritono y Rondalla de la costa), o como acompañante de lujo de grandes intérpretes (como María de Mar Bonet), lo deja todo y comenzó a investigar la música tradicional castellana. 

Funda el grupo Mosaico con los que grabó dos discos, (el primero de ellos un homenaje al repertorio de Agapito Marazuela). A partir de los años noventa inicia su carrera en solitario, caracterizada por  revisión del folklore tradicional español desde parámetros musicales contemporáneos, con influencias de músicas de otros países y del jazz y del rock. 




Su música comienza a sonar de otra forma: luminosa, dinámica, con la percusión y su extraordinaria voz en el centro de todo. Y sus composiciones: muchas de las cuales con esa divina cualidad de sonar ya al nacer como si fueran verdaderamente del acerbo popular.

Su album Tribus hispanas de 1998, (con sus dos temas insignia: Van por el aire y La llave de la alegría), fue un antes y un después en el folk nacional. Desde entonces, siempre a más, como, por ejemplo Brillante de su album Viva quien sabe querer de 2002. 

 Y la experiencia Coetus. Y en los últimos años el fabuloso artefacto que son Las piojas: la música que nuestros abuelos aprendieron de los suyos, transmitida con toda la fuerza del canto en común y compañía. 




Y allí que estuvimos. Nos obsequió con tres canciones y entregados, como en todas sus  actuaciones que son comunión para sus fieles, pudimos tararear y dar palmas en Van por el aire. Y hubo abrazos y felicitaciones.

Y luego algunos - más algunas que algunos - nos fuimos a tomar un par de vinitos en la noche segoviana y quedamos para la siguiente actuación.

lunes, 16 de junio de 2014

¡Lo que tendrá la copla!

Idolatrada por unos pocos, denostada por otros e ignorada por la gran mayoría, la copla nos continúa sorprendiendo, y más cuando vemos la influencia que ha tenido en la formación de algunos de nuestros mejores músicos actuales.

Hace quince días, volviendo a casa desde la Feria del Libro, escuchaba el magnífico
programa de Radio Nacional que es Siluetas en el que entrevistaban en profundidad – eso es el programa Siluetas - al cantante Eliseo Parra que es, además de un gran percusionista, el mejor intérprete actual de música folk de España.



Eliseo Parra

Contaba Eliseo en la entrevista como fueron los inicios de su vocación musical, primero en su Sardón de Duero natal y, más tarde, en Valladolid a donde se fue a vivir con su familia. Adoraba el baile y cuando le preguntaban que qué quería ser de mayor, no lo sabía, pero estaba todo el día cantando. Y ¿qué escuchaba y cantaba?: copla, escuchaba y cantaba copla.

Relató como, de pequeño, cuando no aparecía por el pueblo y su familia quería que volviese ponían en el pick-up a todo volumen una canción y él volvía raudo y se echaba un baile con ella. La copla era El cabrerillo de la cantante Gloria Romero. Muy desconocida la copla y casi tanto la cantante, folklórica tardía que tras algún éxito incipiente, en los años cincuenta y los sesenta que se retiró muy pronto.


Después Eliseo Parra mencionó a Marifé de Triana, (“Cantaba mucho canciones de Marifé de Triana”, decía en la entrevista), que fue la última gran cantante folklórica, que seguía y completaba la estela de las clásicas Concha Piquer y Juana Reina. Tenía unas dotes extraordinarias y una voz clara y potente, dominadora de todas las situaciones líricas y con un gran dramatismo en su interpretación, por lo que se la conocía como "La actriz de la copla".



Yo no sé cuáles de las muchas coplas de Marifé de Triana cantaría Eliseo Parra pero si yo tuviese que elegir una, (que no fuera María de la O que ya trajimos en su día a este blog), sería Te he de querer mientras viva, de León y Quiroga de 1960: melodrámática y desgarrada, la esencia de un género; sensacional. Lo mejor es ponerla en dos versiones, la del disco original que es la que tanto oíamos en la radio en los sesenta y otra en directo, en la que poder apreciar la vis dramática de la cantante sevillana.



¡Lo que tendrá la copla! Al igual que otros grandes cantantes españoles, como Juan Manuel Serrat o Joaquín Sabina, Eliseo Parra echó los dientes oyendo copla.
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