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miércoles, 25 de abril de 2018

Artimética amarilla. Gabino-Alejandro Carriedo.

En estos inicios de la tardía primavera de 2018, con toda clase de líos desparramados por doquier,  hasta las matemáticas se han vuelto un poco locas y la aritmética se ha puesto amarilla. 


Carriedo entre Federico Muelas (izda) y Ángel Crespo (dcha)

Una de las categorías clásicas de la poesía de contenido científico es el uso metafórico, simbólico o de imágenes de los números dentro de los poemas. A esa categoría pertenece Aritmética amarilla del poeta palentino Gabino-Alejandro Carriedo, uno de los poetas más valiosos, insólitos y secretos de la segunda mitad del siglo veinte.

Aritmética amarilla

10 + 12, 24
es lo matemático.
10+2, 22
es lo que dice Dios.
10 + 1, 21 es lo que dice ninguno.
10 + 0 es el número primero
después de 9, que es número
par, que es número
múltiplo de 9,
múltiplo del número de nieve,
y así que le quitas 2
es múltiplo de 7,
así que le quitas 3
es número 6,
y así que le quitas 4
es número de teatro,
5 para todos menos para mí,
puesto que para mí es 3,
que es lo que dice el ciempiés;
es 2,
que es lo que dice Dios;
es 1,
que es lo que dice ninguno.

Gabino Alejandro Carriedo. 
(Palencia, 1923 – San Sebastián de los Reyes, 1981).




martes, 10 de febrero de 2015

Cálculo decreciente para Eduardo Torroja. Gabino-Alejandro Carriedo.

Desde mediados de los años sesenta, a la influencia no única pero sí predominante del poeta portugués Joao Cabral de Melo, se unió en Gabino-Alejandro Carriedo, por afición y por dedicación profesional, el interés por la obra de arquitectos, escultores y pintores españoles y universales contemporáneos, dando como resultado el libro Los lados del cubo publicado en 1973. En él se incluía el poema elegíaco Cálculo decreciente para Eduardo Torroja, que rendía homenaje al insigne ingeniero civil, proyectista, científico, gestor y docente; nacido prácticamente con el siglo y fallecido prematuramente en 1961.


 Eduardo Torroja Miret. (En Fundación Eduardo Torroja)

Cálculo decreciente para Eduardo Torroja.
Gabino-Alejandro Carriedo.
 
1
Entre el puente de hormigón
pretensado
(construido aguas arriba
de su corazón valiente)
y la cubierta circular,
expiró el ingeniero.

2
Ni la luz de aquel vano
alzado en vigas longitudinales
prefabricado por dovelas
salvarlo pudo
de las sombras.

3
Ni los cordones de los cables
de redondo
calculados para tan fiel tensión
evitaron su rotura.

4
Su vida matemática
concluyó
exactamente.

5

Cosido transversal,
definitivo anclaje.

6
In situ.


De Los lados del cubo Ed. 'Poesía de España' (Madrid, 1973)

martes, 18 de septiembre de 2012

Domesticar a un avestruz


Abrumados por el barullo ambiente y en plena enésima primera huelga del transporte del otoño en Madrid, surgió de pronto, borrándolo todo, la noticia bomba de la dimisión de Esperanza Aguirre.  Se va, se ha ido pues un gran animal político, como muchos comentaristas se han apresurado a resaltar, gran dominadora de la política madrileña y referente de los conservadores españoles.


Fotografía oficial de Esperanza Aguirre. Enero 2011
 (De Wikipedia)

Así que ya no tendremos a diario la combinación de visión, pasión y decisión que la caracterizaba junto con su indudable carisma y, también,  la paciencia que no debe faltar a ningún corredor de fondo.

En estos día el buzo ha estado repasando la poesía de ese gran olvidado poeta del realismo mágico que fue Gabino Alejandro Carriedo y le parece que estas características que he mencionado se aproximan bastante a las que deberían adornar a un buen domesticador de avestruces, como verán a continuación en el poema Recomendaciones para domesticar a un avestruz, de su libro Los animales vivos, de 1951. Dice así:

Primero se le coge de una pata, 
luego se le propina un puntapié, 
más tarde se le da un terrón de azúcar 
y acto seguido pan y leche y palos.

Transcurridos seis meses por lo menos
diciendo abracadabra se le cuelga
de un árbol muy frondoso de tal guisa
que pasar pueda ver los autobuses


Después de encomendarle a San Pancracio
- patrono de las aves de corral -,
se le cortan las alas, se le pinta
de amarillo y azul la cresta y basta.

Y a esperar, esperar… Todo en la vida
ya sabemos que es cosa de paciencia.
Si esto hacéis, yo os prometo que algún día
podréis llevar a un avestruz al  cine.

El gran problema que tiene ahora el Partido Popular es encontrar a alguien adecuado que llene cuanto antes el hueco que Aguirre va a dejar y que debería de acabar siendo capaz - siguiendo con el símil - de llevar a un avestruz al cine. El buzo no ve en el papel descrito - y menos a medio y largo plazo - al que parece, en principio, el elegido. Si ve en el papel a alguna de las últimas apuestas de Aguirre; pero quizás sea pronto y no dé tiempo. Veremos.