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domingo, 22 de marzo de 2015

Sursuncorda en Madrona

Se ha hecho realidad la presentación de Sursuncorda, la última ilusión hecha conjunto  musical de José Luis López de Madrona; ese hombre de música que lleva toda su vida con su ilusión y oficio en diversos apartados de la música popular. Dulzainero y maestro de dulzaineros, infatigable animador de fiestas, pregonero, cantador de coplas y romances; buena persona y mejor amigo.


El cartel

En los últimos tiempos se ha enamorado de ese raro instrumento milenario que entró en España por el camino de Santiago; la zanfona que aquí tenemos por partida doble en este Sursuncorda, fruto de sus últimos sueños, que hoy se ha presentado en Madrona en su primera actuación en directo.

Forman el grupo además de Jose que, aparte de cantar – cada vez mejor, por cierto - y de la zanfona, le da al pito segoviano; Lucas, su discípulo de zanfona; Sandra Puerto a la guitarra y voz y, completando el equipo, el ínclito Pajares que domina todas las artes de la percusión tradicional.

El concierto fue de menos a más, según se fueron deshaciendo los nervios iniciales y, también, según fue afinando Jesús el sonido y las mezclas, que con un instrumento como la zanfona son especialmente complicadas, (y más con dos zanfonas a la vez). El concierto se empezó a venir arriba con Resalada y después con los dos romances, el de Mariana y el del Pastor, cuya cadencia y tempo parecen especialmente apropiados para el acompañamiento de zanfonas.


En la actuación

Después llego el milagro del Vals Parisien, instrumental que sonó precioso, guitarra y zanfona sincronizadas en todo momento y que nos hace plantearnos, una vez más, cómo pueden llegar a formar parte de los repertorios de música popular determinados temas que parecen en principio tan lejanos. A continuación sonaron dos clásicos ya conocidos por actuaciones anteriores, interpretados por Jose en solitario; El vendedor de nabos y El romance del donante  - con letra de Camilo José Cela y música original del propio José Luis López – ambos de letra pícara, jocosamente interpretados que hacen la delicia del personal.

En el tramo final del concierto – al que se añadió el entrañable Juanma, (“Matías”), a reforzar  los coros - se interpretaron tres temas del folklore popular que, por su tempo y melodía, creo que eran idóneos para una formación como Sursuncorda: La molinera, Ya no va la niña a la fuente y la jota del Grupo Candeal que repetía en el estribillo eso de: “La vi, la vi debajo de los laureles”.


José Luis López de Madrona

Gloria pura fue ese final con el que acabó su primer concierto Sursuncorda. No está mal el invento del “chico del sacristán”, José Luis, y la compaña. Auguramos y les deseamos todo el éxito que se merecen y que nosotros lo veamos y disfrutemos muchas veces.

Nota.
A falta de imágenes del concierto ahí va en solitario José López cantando un romance de ciego.

miércoles, 30 de julio de 2014

Hexacorde en Madrona

El 19 de julio último fue un día especial en Madrona. No sólo por el hecho de ser sábado de julio, día de ocio, amigos y paseos, sino porque iba a actuar el grupo Hexacorde - con la cantante Vanesa Muela – que, aparte de ser uno de los más principales y modernos grupos de folk de Castilla León y centro de España en general, cuenta entre sus miembros con dos chicos del pueblo: Héctor y Sergio López, (hijos a su vez del querido José Luis, dulzainero, zanfonista,  animador continuo y, sobre todo, buen amigo).


En el último CD. Agarraos

Creo yo que fue una actuación muy especial, porque el grupo Hexacorde vino a Madrona a echar el día y a convivir con todos nosotros, apareciendo por el pueblo a media mañana con sus familias, niños incluidos. 

Nos regalaron un coloquio celebrado en el salón a las 12.30, en el que, después de romper el hielo Héctor, se fueron presentando cada uno de ellos y los diferentes instrumentos que iban a sonar por la noche en la actuación. Fue una clase – además de magistral - amigable y entretenida  en que vimos de cerca y escuchamos los sonidos de flauta, dulzainas y pito castellano; la gaita, el safón y clarinete, la guitarra y el cistro y las percusiones: de la pandereta a la batería, pasando por las exóticas djembé y darbuka, y por otras tan de aquí como panderos, castañuelas y cucharas de cocina, estas últimas sonadas con salero y maestría por Vanesa Muela.


Madrona con la mujer muerta al fondo

También explicaron, a los que allí estuvimos, los orígenes y el sentido de su música: la recuperación y re-interpretación de la música popular. Música popular que empieza en el ritmo y en el canto; música popular para el trabajo y para la fiesta y el baile, que va añadiendo instrumentos; y que por estos pagos cristaliza, fundamentalmente, en las formaciones de dulzainas que amenizaron hasta mediados del siglo XX estas tierras. Y es esa música popular la que Hexacorde descubre, recoge y reinterpreta electrificando, añadiendo armonías  y haciéndola posible en el siglo XXI.

Por la tarde, vino a tocar en suerte – y no es exageración - el único día todo el mes de lluvia del mes de julio y la actuación, después de dos intentos fallidos, no pudo realizarse en la plaza de San Antonio y hubo de llevarse al salón, dónde hubo calor y apreturas pero, también, cercanía y un sonido menos amplificado y más natural. Hubo división de opiniones: que si habría sido mejor fuera, que vaya lástima... A quien esto les cuenta le pareció de perlas. ¡A ver en que otra ocasión voy a estar a dos metros de Vanesa Muela cantando y dándole a la pandereta o de Fernando Llorente soplando la dulzaina, que casi sentía que soplaba yo y que ponía los dedos en las llaves!


Hexacorde. Abbey Road "agro"

La actuación, de  dos horas largas, fue extraordinaria porque lo es el repertorio y porque todos los componentes de Hexacorde son unos intérpretes formidables, virtuosos que suenan como en sus discos o incluso mejor. Destacaría personalmente una apreciación general y dos momentos.

Algo que me encanta en muchos temas de Hexacorde como, por ejemplo, Las seguidillas de Ávila y del Tío Tocino o La jota del Henar, es el modo en que se va preparando poco a poco, pasando de un instrumento a otro, metiendo poco a poco más percusión o cambiando armonías, un climax creciente hasta que, al final, acaba llegando inevitablemente el potente y bestial sonido de la dulzaina que estalla en el aire y nos transporta a esas mañanas de alboradas y pasacalles. 

Un primer momento especial ocurrió cuando al oír la canción que dice lo de “Solo de cuatro colores tengo de pintar el ramo…”, dije de pronto: "¡Coño, si esto es de Aliste!" Y así era: La muerte y el casamiento enfrentados procedía de San Vitero, en la comarca de Aliste en Zamora, (el pueblo en que nació mi padre y en el que yo viví mis primeros 5 años).  El ritmo incesante de pandero y la gaita ancestral que yo oí de niño en aquellos pueblos. 

El segundo momento es el de la joya escondida: La casa delos locos, en la que lloré. Difícil encontrar un verso de amor más sencillo, más duro y más tierno:

Si tú te mueres mi vida, si tú te mueres salero
La casita de los locos ha de ser mi paradero

La melodía inesperada y reposada, que se va espesando y a la que se va añadiendo intensidad hasta un exaltado y desesperado final que estremece y deja al personal sin aire.

Gracias Hexacorde. Una actuación memorable.

Nota
Los enlaces de las canciones proceden del concierto en radio 3 celebrado el 4 de diciembre de 2012

jueves, 17 de mayo de 2012

Dos y pingada


Aquí estamos. Con una primavera esplendorosa y caliente, (lo que es un decir, porque en Madrid más que primavera lo que hay, a estas alturas, es ya verano puro). Caliente no sólo de temperaturas, sino, también, de primas de riesgo disparadas, “bankias” nacionalizadas, Tomás Gómez desaforado - ¡hace falta valor, después de cómo ha dejado Parla!-, el dúo Montoro - de Guindos dale que te pego, (cada uno a lo del otro y  Beteta con la tijera), y Rajoy que no recibe, (el duelo se despide en la iglesia). Demasiado frenesí para el buzo qué observa como el barullo cortijero habita entre nosotros, llevado al paroxismo porque, a estas alturas, ya nadie sabe quien es el amo. 

Por eso le apetece escribir sobre algo sencillo y sólido. Por ejemplo, sobre el plato que cierra la Semana Santa de Zamora; los dos y pingada del Domingo de Resurrección. 



Cristo Resucitado. Ramón Álvarez. 1872. 
Cofradía de la Santísima Resurrección. Zamora

Proviene este plato, del almuerzo que los cofrades de la Santísima Resurrección celebraban después de la misma. Esta procesión cierra la Semana Santa de Zamora y mucha gente, tanto de dentro como de fuera, no la aprecia ni considera, ya que, al fin y al cabo, ni tiene "capuchones", ni pasos de Cristo en la Pasión. ¡Error! Toda la Semana Santa sólo tiene sentido si acaba con esta procesión en que salen por separado Cristo, con un cortejo, ya alegre desde el principio, con música de flauta y tamboril y cofrades con trajes endomingados y sus varas metálicas ornadas con flores; y la Virgen que comienza su procesionar sola, triste y con capa de luto. Al cabo se encuentran en la Plaza Mayor y la virgen pierde su capa negra que se transforma en manto azul y, entonces, es la apoteosis con salvas de escopetas, cohetes sonando hacia el cielo y toda la música alegre de jotas y dulzainas.  

A partir de este momento, Cristo y su madre se van juntos, calle Balborraz abajo, hasta la iglesia de la Horta, cerca del río, y la procesión se convierte en la primera romería del año.


Virgen de la Alegría. Higinio Vázquez 1993.
Cofradía de la Santísima Resurrección. Zamora.

Pues bien, acabada la procesión, es el momento de ir con familia y amigos, a la casa propia o a bares y restaurantes, a tomar los dos y pingada. Lo dice el romance

Ya resucitó el señor
y repican las campanas.
Prepara el almuerzo, chica,
y fríe dos y pingada.


Dos y pingada. 
(De loscaprichosdejorge.blogspot.com)

El plato es simple. Se trata, por persona, de freír dos huevos y pasar por la sartén, en ese mismo aceite, dos lonchas de jamón poco curado (o magras). Se come recién hecho con una buena rebanada de pan - que puede ir tal cual, o pasada por la plancha o frita en el mismo aceite en que se frieron los huevos - y a muchos, nos parece la gloria misma.  (Hay quien dice que debería nombrarse el plato como dos, pingada y una tajada, entendiendo por pingada el pan y añadiendo lo del cerdo como “tajada”. No vamos a discutir).

Puesto que se trata claramente de romper con la cuaresma y su abstinencia y ayuno, pueden imaginarse que las variantes del plato consisten en sustituir las magras, que pueden resultar saladas, por chorizo o lomo de cerdo; o, para los más golosos, no sustituir sino añadir, a discrección, lo dicho.

Plato sencillo y sólido, a la par que socorrido, no hay porque esperar a la Pascua del Señor para disfrutarlo. Por ejemplo, en las fiestas de finales de agosto de Madrona (Segovia) en honor al Cristo de la Salud, el mozo y las tres damas ofrecen - cuatro días seguidos a primerísima hora de la mañana - este desayuno de  huevos fritos con chorizo, (antes de ir a descansar después del baile y los traqueteos nocturnos), a todo el mocerío que se presente.



Venta Pinillos
(De foro.kdjoteros.com)

También, sin que sean fiestas, pueden ir a la Venta Pinillos del pueblo segoviano de Pinillos de Polendos, (cerca de Cantimpalos). Allí,según se entra, se ve la cocina con una gran sartén en que se fríen huevos y dos monumentales cazuelas arrimadas al fuego. El camarero sólo pregunta que cuántos, (refiriéndose a huevos, chorizo y lomo). Uno, uno y uno es poco, francamente. Lo más habitual es dos, dos y dos. Ya es vicio ir más allá y, además, que el colesterol, dicen, no es bueno.

Volviendo a Zamora y al Domingo de Resurrección de este 2012, cuando el buzo dejaba la Plaza Mayor camino de sus dos y pingada, al principio de la calle de Balborraz, todavía quedaban dulzainas y tamboriles tocando jotas y gente bailándolas. En esas tocaron la  Campanera y al buzo, por muchos motivos, se le hinchó el corazón y sintió que había llegado por fin la primavera que, en Zamora, comienza, justo, ese día.