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martes, 10 de mayo de 2011

Primermundismo

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Al buzo que, por edad, le tocó vivir hace muchos años en una España animosa y pobretona, (sólo les diré, a modo de ejemplo, que cuando iba a comprar aceite, el señor Manolo le daba vueltas a una manivela y, lo cual, que así se llenaba la botella que se llevaba uno de casa; y que los huevos se envasaban al momento en cucuruchos de papel de periódico - mayormente del diario YA -), le cuesta trabajo digerir estos alardes de orgullo del primer mundo que tanto abundan en estos momentos  y que todos los días nos ofrecen los medios. Les pongo dos ejemplos. El primero es el anuncio siguiente que apareció ayer en el diario digital Que. Vayan, por favor a la página 6. Dice así:

¿Intenta ocultar su 
PAPADA?
Si es así, puede que le interese el
Estudio de la Papada.

Luego sigue y resulta que es un llamamiento a participar en un estudio clínico para probar un medicamento inyectable - en la papada, por supuesto, ... ¡qué escalofríos me entran! -, ".. para reducir el exceso de grasa que se acumula debajo del mentón frente a placebo". Pues nada; ya saben: en la frontera de la medicina social. Si alguno de los amables lectores le interesa: a apuntarse y a disfrutar haciendo un beneficio a la humanidad.



Djokovic. Ganador del abierto de tenis de Madrid. (Foto de EFE)

El segundo es el modelo que nos han diseñado para el trofeo del gran premio este del tenis que hemos tenido estos días en Madrid. A su visión el buzo se ha desmayado y le han tenido que traer sales. Desde luego, a modernos: ¡¡NO NOS GANA NADIE!!. No se sabe si es una espina de pez tridimensional, - Rosa Belmonte dixit, ¡que divertidas sus crónicas en ABC! - o un moldeador de pelo con incrustaciones de Swarovsky. También podría ser un arma letal de caza mayor para atontar cochinos o una herramienta de jardinería de lujo para escardar cebollino.

Como los extremos se tocan, estas muestras de orgullo del primer mundo se deslizan hacia, (y se acaban convirtiendo en), ejemplos tercermundistas. Pero sobre El orgullo del tercer mundo, el buzo no puede hablar. Era y es, por méritos propios, terreno exclusivo de Faemino y Cansado.
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