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viernes, 8 de diciembre de 2017

You don't know what love is. Dinah Washington.

Jueves Jazz
Si hoy es jueves - o así - aquí hay jazz: Jazz porque sí. Para ti que te gusta el jazz, la música del siglo XX.

You Don't Know What Love is

Uno va a FNAC a ver cámaras y al final sale, más contento que unas pascuas, con un CD triple con las grabaciones que Quincy Jones produjo y arregló  para la gran Dinah Washington - tres discos - entre 1956 y 1961.






De 1955, entre marzo y junio, es el disco For Those in Love. El grupo acompañante es magnífico:  nada menos que Clark Terry a la trompeta, Jimmy Cleveland en el trombón, Paul Quinichette al saxo tenor y Cecil Payne ¡bien! al saxo barítono, el solvente Winton Kelly al piano y la gran sorpresa de Barry Galbraith, sobrio y muy elegante a la guitarra, Ketter Bets al contrabajo y Jimmy Cobb en la batería.


Quincy Jones está a las máquinas; y el resultado es una música fluida y agradable, que a veces es imperial alrededor de la vibrante, potente y un poco metálica voz de Dinah Washington, esa gran señora del jazz que voló desde el gosdpell al estrellato, en el incipiente pop de los sesenta. En otras ocasiones, parece una tranquila jam session en que cada cual se divierte y enhebra sus cuidadas interpretaciones - y la voz un instrumento más - alrededor de estandards inmortales. Como ocurre en este You don't know what love is



Dinah Washington; casi siempre mi cantante preferida. Aparece en un poema de Luis Alberto de Cuenca que copio a continuación.

Advertencia al lector

Oyendo a Dinah Washington –son las diez de la noche 
de un veintitrés de octubre–, se me ocurre decirle 
al presunto lector de mi «literatura» 
que procure evitarla como se evita a un huésped 
molesto –un erudito, una rata en el baño–, 
y que si, por alguna razón que se me escapa, 
quiere seguir leyendo, que entienda lo que lee 
como lo que es: un grito (o un susurro) de angustia 
y soledad.

Jazz y poesía. Continuará. 


sábado, 17 de junio de 2017

The Peacocks. Bill Evans

Jueves Jazz
Si hoy es jueves - o así - aquí hay jazz: Jazz porque sí. Para ti que te gusta el jazz, la música del siglo XX.

The Peacocks

The Peacocks es la composición más conocida del pianista Jimmy Rowles que fue grabada en el album de mismo título de 1975 con Stan Getz.  La cantante de jazz británica Norma Winstone le puso letra - añadiendo como título Timeless Place - y la grabó acompañada por Rowles en su album Well Kept Secret. 



El tema, con su melodía primero ascendente y, después bajando en cascada, es una delicia que se convirtió en un standard tardío, siendo grabado por muchos intérpretes y cantantes de jazz.

Todo lo anterior ha surgido de una visita esporádica en el blog Como cantaba mayo en la noche de enero -  donde se difunde mucha música de jazz con un gusto exquisito -   en la que me topé con con una insólita versión del tema The Peacocks sólo con armónica y piano por Hermine Deurloo Rembrandt Frerichs. 




Bill Evans. Festival de Montreux. 1978 (Wikipedia)


Y me ha llevado a Bill Evans, que grabó The Peacocks en 1977  con Eddie Gomes al contrabajo y Elliot Zigmund a la batería y que apareció incluida en su último album de estudio You Must Believe in Spring, que se publicó en 1981, constituyendo desde entonces uno de sus temas favoritos y que no dejaría de ser habitual en las últimas actuaciones del gran pianista fallecido en agosto de 1980.

Muy Evansen una composición que le va como un guante a su estilo, pleno de lirismo y sensibilidad, siempre dejándonos la sensación de que toca sólo, exclusiva e individualmente para cada uno de nosotros.






lunes, 24 de abril de 2017

Tete Montoliu. I Should Care.

Jueves Jazz
Si hoy es jueves - o así - aquí hay jazz: Jazz porque sí. Para ti que te gusta el jazz, la música del siglo XX.

I Should Care

Recuperando CDs me encuentro con Recordando a Line, album grabado por Tete Montoliu en 1971. En la portada vemos al músico con barba de varios días cara al mar en una solitaria y gris playa catalana.



Con 38 años, a la mitad aproximada de su vida, en los textos del disco se nos habla de Line, una chica - creo recordar que danesa - que pasó por su vida. Y el disco es una maravilla en que, además de  una notable composición propia, Blues for Line que es extraordinaria, desfilan algunos de los mejores standards del jazz: My Funny Valentine, I Can't Get Started, Body and Soul...; pasados por el tamiz de su talento y su manera peculiar y única de tocar el piano y de interpretar el jazz.

Tete Montoliu fue único, el mejor músico de jazz que ha dado este país. Era ciego, era brillante. Sus frecuentes colaboraciones con los mejores interpretes del panorama del jazz, están ya en la historia. 

Yo me quedo con la breve y fascinante versión de I Should Care, que es, sencillamente, perfecta. Y lo mejor de todo es que, tras unos tiempos que no han sido fáciles, me he vuelto a encontrar con un amigo.




lunes, 21 de noviembre de 2016

A Day in Vienna. Dexter Gordon y Slide Hampton.

Jueves Jazz
Si hoy es jueves - o así - aquí hay jazz: Jazz porque sí. Para ti que te gusta el jazz, la música del siglo XX.

A Day in Vienna

En mi época más jazzera de los ochenta Dexter Gordon y Slide Hampton fueron dos de mis músicos favoritos; y en especial este album A Day in Copenhagen, grabado en marzo de 1969.

Aquí en España apareció en 1980 en aquella gloriosa colección que recogía parcialmente los catálogos de las compañías MPS, Stop Jazz y CFE, coordinada por el gran Juan Carlos Cifuentes, "Cifu",  que también escribía o traducía la contraportada original, junto con José Ramón Rubio que hacía crítica musical en Triunfo y en La Revista de Occidente.

Algo común a ambos músicos era que se habían instalado en Europa, donde parece que estaban más a gusto que en su país; en que eran malos tiempos para los músicos de color en el mundo del jazz. Hampton estaba recién aterrizado; había llegado en 1968 y permanecería en Europa hasta 1977. Dexter Gordon había llegado en 1962 y no volvió a USA hasta 1976.




El autor del texto de la contraportada del album, Joachim E. Berendt – traducido por el gran “Cifu”- define el tipo de jazz disco como “algo totalmente ortodoxo y tradicional dentro de los cánones del jazz moderno en el  que, tanto Dexter como Slide y sus demás colegas de la sesión crecieron”. Lo dice en concreto para A New Thing, uno de los temas originales compuestos por Hampton para el disco; pero vale también para el resto.

Y es que en un tiempo en que lo más en jazz iban a ser las tendencias híspidas y duras del free jazz y el post bebop, estos dos amiguitos, que podían tocar todo y entender todo, tenían un retrosabor clásico y un sonido siempre afinado.

Nos encontramos con un conjunto de músicos pletórico en lo mejor de su carrera con un Dexter Gordon inmenso, Dizzy Rice en la trompeta y con Slide Hampton que hace honor a su apodo de slide: deslizante y suavísimo es su toque en el trombón, a mayores de sus composiciones y del arreglo de todas los temas del disco, (salvo la versión de The shadow of your smile, improvisada intervención de Gordon con la rítmica). Y la sección rítmica, por cierto, es de primera división pues es la que solía acompañar a Dexter Gordon en el Montmartre Jazz Hus de Copenhagen: Kenny Drew al piano, Niels-Henning Oersted Petersen, considerado en ese momento el mejor contrabajista europeo, y Art Taylor, a la batería.


Dexter Gordon en 1978 (De Wikipedia)

Posiblemente haya temas mejores o más conseguidos en el disco, como el citado A New Thing o la versión del estándar You don’t Know What Love Is - con su bella melodía y el recuerdo de Billie Holiday – pero he elegido A Day in Vienna que es una belleza en el tema principal, en los solos y en el telón de sonidos de tramos intermedios y a propósito de la que Berendt indica que “es un ejemplo típico de la riqueza de sonidos que se pueden conseguir con tres instrumentos de viento”.

Y además, pasa que he estado hace poco en Viena y recuerdo con mucho gusto los tranvías, las calles limpias, los señores mayores en patinete y los caballos lipizzanos de la Escuela Española de Equitación.


jueves, 20 de octubre de 2016

Jazz-Band. Concha Méndez.

Jueves Jazz
Si hoy es jueves - algún jueves - aquí hay jazz: Jazz porque sí. Para ti que te gusta el jazz, la música del siglo XX.

El jazz es la música del siglo XX; pero no es sólo música. Su espíritu ha impregnado la sociedad y ha estado presente influyendo en otras manifestaciones artísticas. En la literatura por ejemplo. Muchos poetas desde los años 20 y 30 se han mostrado fascinados por el jazz, llevándolo a sus poemas. 

Por ejemplo la poeta de la generación del 27, Concha Méndez que en su poemario Inquietudes de 1926 incluía este Jazz-Band que mostramos a continuación.

Jazz- Band

Ritmo cortado.
Luces vibrantes.
Campanas histéricas.
Astros fulminantes.

Erotismos.
Licores rebosantes.
Juegos de niños.
Acordes delirantes.

Jazz-Band. Rascacielos.
Diáfanos cristales.
Exóticos murmullos.
Quejidos de metales.

El jazz asociado a novedad, a modernidad y a vanguardia.




Duke Ellington y su orquesta

Puesto que se trata de una jazz band, que mejor que traer a esta misma página a Duke Ellington que por ese mismo año grabó con su orquesta Red Hot Band; y en 1928 Jubilee Stomp.... y así sucesivamente.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Milestones. Miles Davis.

Jueves Jazz
Si hoy es jueves - algún jueves - aquí hay jazz: Jazz porque sí. Para ti que te gusta el jazz, la música del siglo XX.

Milestones

No podríamos empezar mas que con este tema que estaba incluido en el album Milestones del trompetista (hagan genuflexión, por favor), Miles Davis, publicado en 1958.  Junto con Kind of Blue (1959) es considerado una «muestra imprescindible del jazz moderno de la década de 1950».




Miles venía desde el bop y desde el cool y al concepto musical que nos ofrece en Milestones llegó en 1958. Lo llaman jazz modal lo que, básicamente, viene a ser no estar totalmente encorsetado por la tonalidad ni en la composición inicial, ni en las cadencias de la interpretación y las improvisaciones.

Milestones: una base rítmica potente y constante, un tema llamativo y sorprendente y las improvisaciones salen por Antequera. Brutal. En la web lineassobrearte.com - donde se ofrece un competente análisis completo del album - se define el tema Milestones del modo siguiente:

Sobre una base rítmica rápida y constante, la trompeta de Miles Davis comienza a desarrollar una melodía que en un principio parece seguir todos los parámetros clásicos, pero que pronto empieza a desdibujarse con la entrada del saxo de Coltrane para saltarse los acordes lógicos. A éste le da la réplica la trompeta de Miles, ya liberada del dictado de la melodía, para después volver a cederle el testigo y recuperarlo finalmente para acabar retomando el hilo melódico del comienzo.

El conjunto de músicos que acompaña a Davis es sobresaliente. Nada menos que "Cannonball" Adderley al saxo alto, John Coltrane al saxo tenor, Red Garland en el piano, Paul Chambers al contrabajo y Philly Joe Jones a la batería.




Miles, Adderley y Coltrane

Detalles: 1) Philly Joe Jones a la batería que lleva el ritmo incansablemente, de forma muy clara y sin desmayo, con un muy bonito sonido de los platillos. 2) El solo de John Coltrane es sorpresivo, exagerado y exhuberante, manteniendo al oyente enganchado y en tensión que no cesa hasta que finaliza. 3) Cómo retoma Miles el tema después del solo de Coltrane: templa, relaja y Milestones se encamina gloriosamente hasta el final.  

Ted Gioia, que incluye Milestones en su libro El canon del jazz, al reseñar otras versiones del tema, recomienda oír otras versiones posteriores del propio Miles Davis, en especial aquellas en que, acelerándola, fuerza a la composición al límite; como por ejemplo esta de 1964 en directo en Berlín, con  Wayne Shorter  al tenor, Herbie Hancock en el piano, Ron Carter al bajo y Tony Williams en la batería.




Recomienda también la versión de, (se me quitan el sombrero, por favor) Bill Evans con el trío mágico: Scott LaFaro al bajo y Paul Motian en la batería; grabado en el club Village Vanguard de Nueva York el 25 de junio de 1961. 

Final
Con Milestones abría su programa Jazz porque sí, el llorado Juan Claudio Cifuentes "Cifu", fallecido hace año y medio, al que seguimos recordando.