viernes, 29 de marzo de 2019

De nuevo Granada

Después de 10 años, hemos vuelto a Granada y, de nuevo, de la mano de amigos de Granada cuyo cariño y hospitalidad son algo fuera de serie.


Vista de La Alhambra (Wikipedia)

Suelo empatizar muy fácilmente con todas las ciudades a las que voy, de forma y manera que siempre pienso que me gustaría quedarme más tiempo y vivir en ellas. Y Granada no podía ser menos ya que es tan bella, tan especial y sorprendente que te gana el corazón de forma inmediata y más, si se cuenta con los amigos Coro y Juan como guías y anfitriones; este último granaíno ejerciente, ilustre cicerone y sabio en rincones y lugares, a los que te lleva y te explica el sentido y sentimiento de los mismos.

Uno corre el peligro en Granada de dejarse abducir por la impactante historia y la belleza de la Alhambra. Pero Granada es más.

Está, primero, el espectáculo de los contrastes geográficos y urbanísticos: laderas del Albaicín, colina de la Sabika con el Generalife y la Alhambra, riveras del Genil y del Darro - cubierto, desde la iglesia de San Gily Santa Ana, en la ciudad nueva -, la llanura de la Huerta y ... sierra Nevada al fondo.


Iglesia de Santo Domingo (Wikipedia)

Después, están las sucesivas capas de historia que han formado la Granada actual. Que es, sí, musulmana en varias oleadas; pero que antes fue romana y visigoda (y lo que hubiera antes). Y es, después, renacentista, barroca y cristiana, con esa miriada de iglesias y conventos, y su especialísima Semana Santa.

¿Qué elegir? Todo, sin duda.

Y es que yo creo que Granada es, al final, la ciudad de los magníficos rincones preferidos de cada cual que va y la conoce: la luz en una media mañana soleada subiendo, desde el Realejo, por la calle San Matías; la vista total desde la torre de la Vela al pie de la campana; el jardín del Carmen de los Geranios de Max Moreau, la Alhambra de noche desde el mirador de Las Tomasas; patio de la casa de Zafra; el escaparate de la pastelería López Mezquita...


Carrera del Darro (Wikipedia)

Y si "uno es de bares", Granada es un paraiso insólito en España. Es anómalo; no hay otro modelo igual en España:es maravilloso.Tapas ricas y abundantes preparadas en el momento, trabajo imponente de cocina y camareros. Los altramuces en el campo del Príncipe, bar Ávila -por detrás dela basílica de Nuestra Madre de las Angustias, Blanca paloma junto al Ayuntamiento o La esquinita de Javi cerca de Santo Domingo, (de la que, una vez dentro, uno se siente tentado de quedarse allí todo el día y no salir)...tantos. Tantos y tan buenos bares. Insólitos espectáculos para satisfacción de clientesde de estómagos agradecidos y que son tratados como "santos bebedores".

Y, por esta vez, basta. Ya contaremos más.

jueves, 14 de marzo de 2019

Soy una feria. Gracia Montes.

La serie Arde Madrid nos ha traído la copla Soy una feria de los maestros Solano y León que se que se convirtió en el himno de la carrera artística de la cantante Gracia Montes.




Aparece en el primer capítulo de la serie. Primero, como una ráfaga de música que suena en el bar Chicote, como fondo de una de las juergas de Ava Gardner en aquel Madrid de los primeros años sesenta en que transcurre la serie. 

De forma totalmente extemporánea pues Soy una feria apareció en 1974, más de diez años después del transcurso de la acción de Arde Madrid. También, al final del capítulo, suena completa como fondo de los títulos de crédito.




Gracia Montes 
(en cantaoresdecoplayflamenco.blogspot.com)

Aún con la extemporaneidad indicada, Soy una feria es perfecta, con su chispeante letra, para subrayar el indómito carácter, la vitalidad desatada y las ganas de juerga de Ava Gardner.

Si quieres que te diga que yo te quiero
alegrame la vida compañero
dejate de penas y miserias
olvidate de negros sin sabores
y viste tu bandera de colores


Pues yo quieras o no soy una feria
soy una feria, soy una feria, soy una feria


La melodía y el ritmo repiqueteante de rumba flamenca del tema, con la orquestación de Gregorio García Segura, y la velocidad de entonación y la increible voz de Gracia Montes con su pellizco flamenco y su timbre tremolado y un poco metálico tan especial, convierten Soy una feria en una de las cimas del arte de la copla.

Arte y estilo de Gracia Montes que ahí han quedado: únicos. Arte y estilo de Gracia Montes que podían haber abierto caminos y tendencias; pero no fue así.

A partir de mediados de los setenta, la copla de más exito evolucionó hacia un manierismo imitativo de los estilos más clásicos de Concha Piquer y Juana Reina y, con ello, a una decadencia plena; impidiendo una posible evolución a futuro que podía haber ido más en las líneas de Dolores Vargas, Lola Flores, cierta Marifé de Triana y, sin duda, Gracia Montes con su repertorio y su tempo, su trémolo contínuo y su increible timbre de voz.

Soy una feria y Gracia Montes para siempre.

miércoles, 13 de marzo de 2019

La encorvada y la altiva. Ramón de Basterra.

Puede que tenga cierta lógica el que, a principios del siglo XX,  fuera un poeta bilbaíno quien mandara callar a los animales en las fábulas para dar voz, en ellas, a las máquinas


Ramón de Basterra

Por ello, Ramón de Basterra es un autor digno de mención en cuanto a su intento de modernizar la fábula mediante la transformación de los personajes tradicionales en máquinas que aleccionan al hombre. Es lo que hace en las Nuevas fábulas, incluidas en el poemario Virulo Mediodía de 1927, de las que hemos seleccionado La encorvada y la altiva.

La encorvada y la altiva

Girando con el día.
desde el levante al ocaso,
alargaba la grúa su trompa de cadenas.

Resoplaba vapor al volverse.

Topó con la vertical inflexible
del talle de la chimenea.

- “Qué bien se ve de lejos al ocioso que fuma
mientras yo peno encorvada.”

No obstante al encumbrado
le coronaba el halo fogoso de los santos.

- “Mis entrañas son brasas”- dijo,
y sembró en surcos de humo
un trigo de centellas.

No se engañen los ojos
por la ajena apostura.
Bajo el vertical ocio
hay congojas de fuego .

Ramón de Basterra, (Bilbao, 1888 –Madrid, 1928).


domingo, 3 de marzo de 2019

Ya no hay Flor de Pasión

Hace unas semanas, una tarde de sábado, puse una cinta de cassette en Madrona - Segovia. Una vieja cinta de principios de los ochenta, de esas que muchos grabábamos directamente de la radio y con toda seguridad, en mi caso, del programa Flor de Pasión



Sonaron seguidos dos temas, un poco alejados de las principales tendencias incluidas, normalmente, en Flor de Pasión: doo wop, pop de los sesenta, pop francés e italiano,etc. Pero el programa era así, con sorpresas insólitas, muestra del eclecticismo, la sensibilidad y el buen gusto de Juan de Pablos, ese peculiar mago de las ondas.

El primer tema era Ruidos de Massiel, grabada en 1967, (cuarta canción del EP de Rosas en el mar), una canción triste muy de la época, con un aire folk y recitados, donde luce mucho la voz de la cantante que, con unos inicios deslumbrantes, creo que no llego a cuajar la gran carrera que esperaba el pop nacional.



El segundo era Dulces momentos de ayertema compuesto e interpretado por Juan Gabriel que estaba incluido en su album Recuerdos de 1980. Lento, entre himno y balada nostálgica, recuerda el año 1966, (en que Juan Gabriel tenía 16 años); en él se rememora el mítico local Noa Noa de Ciudad Juarez - México, en que bailaba hasta el amanecer y se divertía una generación. Era el tema que, en el album Recuerdos, precedía a El Noa Noa, que era otro de los temas del album y que se convirtió en emblemático y fijo en las actuaciones de Juan Gabriel hasta el final de sus días.



Escucho con gusto y mucha nostalgia ambas canciones a las que, como a otras muchas contenidas en esas viejas cintas no he dejado de acercarme, intermitentemente, todos estos años.

Y esa nostalgia se acrecienta, junto con cierta tristeza, en estos días en que ya no hay Flor de Pasión; repito, ya no hay Flor de Pasión.  Juan de Pablos ha anunciado que se retira después de tantos años pastoreando nuestra sensibilidad musical que es, en gran parte, la suya. 

Retirada que me resisto a creer y espero que, como los grandes viejos (y pertinaces) toreros, Juan de Pablos anuncie, en breve, su reaparición.





viernes, 1 de marzo de 2019

Informativos compost.

Frases lapidarias
  
Un compost de "información" sin jerarquía en lo que todo vale por igual.

En el artículo También yo cambiaría de colchon de la sección Sillón de orejas de Manuel Rodríguez Rivero en BABELIA - El País de 22 de febrero de 2019.


Por circunstancias de la vida, me he estado convirtiendo, en los últimos meses, en un asiduo de los informativos televisivos de mediodía. Bueno; esto es un decir, porque he observado, en todas las cadenas, un recliclaje - con repetición casi al 100% - de los informativos diurnos en los nocturnos; de forma que tanto da ver los de mediodía como los nocturnos.

Llevaba un tiempo barruntando como podría explicar la perplejidad, sordidez y vergüenza (tanto propia como ajena), que me producía esta visión continuada, cuando de forma providencial, una de las secciones  de prensa a las que soy asiduo: Sillón de orejas de Manuel Rodríguez Rivero, vino en mi ayuda para aclararme las ideas. En el primer párrafo de  También yo cambiaría de colchón, está todo desbrozado, explicado y más que claro, "clarinete"

La consolidación de lo anecdótico como núcleo de la información, la presentación de lo universal como un magma de situaciones anecdóticas e imprevisibles que prevalece sobre una lectura vertebradora y la competencia de los informativos con lo que se hace viral en las redes sociales son las tres características principales de los informativos actuales de televisión. Lo que da como resultado una mezcla indigesta que siendo abono (compost) nos dan como alimento.

Imitemos a Manuel Rodríguez Rivero que dice que para ficción y realidad, libros o, como me dijo un carpintero que vino a casa: " Yo, desde hace mucho tiempo, nunca veo los informativosde la tele... ¡anda y que les den!"