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miércoles, 31 de octubre de 2018

Lluvia mansa

Hoy ha sido un día de lluvia mansa y continua en Madrid. 

Lluvia mansa y continua sobre todo el trajín y barullo persistente en este otoño bravío. Con un presidente del gobierno que por sus actos, visages y broncas y viajes continuos parece una parodia del gobernante modelo "gran timonel"




Desde la cúpula de La Almudena
(En la web http://rayoverdeviajes.es)

Lluvia mansa y continua sobre la catedral de la Almudena donde - mira tu por donde - la familia Franco-Martínez Bordiu es es dueña de un panteón en su cripta y puede que le salga un tiro por la culata al "gran timonel": de Cuelgamuros a 200 metros de la la plaza de Oriente parece, en este momento, el viaje más probable de los restos de Franco.

Lluvia mansa y continua sobre el último chantaje del supercomisario Villarejo, con su despacho - como me parece que he leido hoy o ayer, no se - tipo camarote de los hermanos Marx. donde entran y salen personajes, que dicen, que no dicen, que solicitan, que quieren espiar... 

Hoy ha sido un día de lluvia mansa y continua en Madrid... y ya, resbala todo.



Y Rain de José Feliciano. Desde 1969, un clásico.

Listen to the pouring rain
Listen to it pour...


jueves, 29 de mayo de 2014

Have You Ever Seen the Rain. CCR

El agua de mayo. Lo que tendrá el agua de mayo. “Agua de mayo, pan para todo el año” en España, que  alude a que mayo es un mes en el que la lluvia es fundamental para que las plantaciones de cereales y los árboles frutales florezcan con su mayor esplendor. Si hay suficiente lluvia en esos meses, normalmente se asegura una buena cosecha que nos dará alimento hasta el próximo año. Por eso es tan importante y tan necesario que llueva en mayo.


La lluvia en mayo es a días y a ratos, y es lluvia alegre porque puedes tener lluvia  e inmediatamente sol, o sol y lluvia a la vez y los mejores arco iris son en mayo. Have You Ever Seen the Rain? de Credence Clearwater Revival (el grupo de rock con el nombre más bonito: Creencia en el resurgir del agua clara), es una canción de lluvias de mayo. Lo dice su estribillo.

Quiero saber: ¿alguna vez has visto la lluvia
cayendo en un día soleado?

"Have You Ever Seen the Rain?" es una canción escrita por John Fogerty y estaba contenida en el álbum Pendulum de 1970, sexto disco de estudio del mítico grupo californiano. Fue lanzada en formato single en 1971 con un enorme éxito, llegando al número 1 de las listas en Canadá y al 8 en la lista Billboard de Estados Unidos.


Credence Clearwater Revival en 1968 (Wikipedia)

Posiblemente sea la canción que más ha permanecido en el tiempo de todas las de Credence y, desde luego, una de las más valoradas. Si nos atuviéramos al gran número de versiones que se han realizado de la misma – en la Wikipedia en inglés se mencionan 35 versiones desde Johnny Cash a Los Ventures y Los Ramones, pasando por Rod Steward o Bonnie M o Héroes del silencio – podríamos calificar Have You Ever Seen the Rain? como un auténtico estándar.

La letra, que es muy sugerente y puede entenderse de un modo literal, ha sido sometida a varias interpretaciones: guerra de Vietnam, desvanecimiento de los sueños e ideales de los primeros tiempos de la cultura del rock and roll o la temprana disolución del grupo por la marcha anunciada de Tom Fogerty, hermano de John.

Musicalmente es de tempo medio, muy acústica y con una base sencilla pero muy potente del bajo. Siempre la peculiar voz de John Fogerty. Después del estribillo, poco a poco se va abriendo paso desde el fondo el sonido de un órgano Hammond que empasta y le da más densidad al sonido. Después del segundo estribillo, la canción acaba: poco más de dos minutos y nos gustaría que durara más.

Pero a principio de los años setenta, el rock – roots rock de la Credence era así: pim-pam-pum se acabó. Rápido y a otra cosa: lo bueno, si breve… Una canción eterna.

lunes, 7 de abril de 2014

Dos canciones de lluvia

Hay muchas canciones que tratan o mencionan la lluvia. Se ve que es un motivo de inspiración para los artistas. Normalmente no le salen canciones alegres, sino más bien tristes. O, cuando menos, melancólicas. Al buzo le gustan.

En estos días, sólo desde ayer, en que parece que ya nos ha dejado por fin la lluvia, podría ser buen momento de traer alguna canción de lluvia más a La perplejidad. Y elijo dos, ambas de rock o, más bien, de pop-rock sudamericano.

La primera es de 1968. Es Viento,dile a la lluvia que aparecía en el segundo LP de Los Gatos, una de las bandas pioneras del rock en Argentina alcanzando un enorme éxito, vendiendo más de 200.000 copias, lo que unido al éxito de su anterior disco, convirtió a Los Gatos en estrellas del incipiente rock argentino.


En Wikipedia se dice de la canción: Musicalmente el tema es una balada compleja, que recuerda en cierta forma a los primeros temas que en la década siguiente compondría Charly García para Sui Generis, en la que pueden detectarse influencias del blues y de la bossa nova”.

Por su parte, su autor y componente del grupo, Litto Nebbia, comentó de Viento, dile a la lluvia: “Una armonía simple, pero en esa época, muy pocos sabían los acordes de paso que llevaba. La melodía es una cosa muy fuerte, de ésas que pueden perdurar cien años. Sumá estos detalles. Era la primera vez que una canción en ritmo lento llega a ser un hit representativo para la juventud, y también la primera vez que para referirnos a la libertad se habla metafóricamente…”

Una delicia de canción que, tenía razón Nebbia, ha perdurado. De momento casi cincuenta años.

La segunda, Llueve sobre la ciudad, es chilena y más moderna. Son el grupo Los Bunkers y es de 2005. 


La canción comienza tenuemente con la voz solista y un piano eléctrico, va in crescendo a una especie de música de carrusel que da paso al estribillo pegadizo y super pop que se canta a coro. Se repite con variaciones ligeras en la letra. Después, un intermedio con un solo muy apañado del mismo piano eléctrico da paso otra vez a la música de carrusel y al estribillo:

…llueve sobre la ciudad
ya no queda nada más
llueve sobre la ciudad
ya no queda nada y tu no estás.

que se adorna y alarga hasta el final de la canción, que en su conjunto es sorprendente y pegadiza, marchosa: pop por la cara. A Gonzalo Garrido seguro que le habría encantado.

Al buzo le suenan Los Bunkers, un poco, a The Eels. No se explica, sin embargo, cómo este pedazo de grupo es tan poco conocido en España.

jueves, 13 de febrero de 2014

Fire and Rain

Llevamos una temporada larga de lluvias y, además, frío intenso. Los cortos días de invierno se suceden monótonamente, casi sin luz y sin ver el sol. Hay que reconocer que la lluvia en invierno es triste. En días como éstos nos vienen a la memoria canciones tristes de lluvia que, por otra parte, tanto nos atraen. 


Es el caso de Fire and Rain, la canción que compuso y grabó James Taylor en 1970. Es una canción – salvo el estribillo - enrevesada y crítica en su letra, sujeta a muchas interpretaciones que el propio JT ha ido variando. Según estas interpretaciones, en la canción se hablaría de suicidios próximos al autor, de crisis nerviosas y su tratamiento, (el fuego representaría los electro-shocks y la lluvia, las duchas frías posteriores) y de los estragos de las drogas…O sea que la alegría de la huerta es poco. Afortunadamente la canción se sostiene con la calidad de su melodía y el estribillo la lleva arriba en música y letra.

He visto el fuego y he visto la lluvia
He visto días soleados que pensé que jamás terminarían
He pasado momentos solitarios, cuando no podía encontrar a un amigo
Pero yo siempre pensé que te volvería a ver

Sin embargo al buzo esta canción le llega a través del grupo de jazz-rock, Blood Sweat and Tears que, en su tercer álbum también de 1970, hacía una gran versión de Fire and Rain. Versión que ganaba con una instrumentación alejada del estilo country original y con la voz a la voz peculiar, potente y rasposa a la vez, de David Clayton-Thomas cantante del grupo. 


Ese disco fue uno de los primeros que compré y por ello, con cuatro discos que tenía uno, lo escuchaba una y otra vez. Cienes de veces. Curiosamente, la recuerdo como una canción de verano; de Cullera en concreto.

Sin embargo es, claramente, una canción de invierno. Por eso la traemos aquí este 13 de febrero.

martes, 19 de noviembre de 2013

Let it rain. Diana Krall

Con dos semanas de retraso sobre el refrán y casi dos semanas antes de San Andrés, (1), ha llegado la nieve a las montañas de Castilla y a toda España lluvia. Como en Madrid el pasado domingo, en que llovió mansamente, con cierta pereza pero sin parar todo el día, viniendo a templar algo las frías temperaturas de los dos días anteriores.

¡Deja que llueva!, ¡deja que llueva!, sentía el buzo que susurraba el día, como Let it Rain, la vieja canción rescatada por Diana Krall en su último disco, Glad Rag Roll, editado a finales del año pasado.


En él, Diana Krall se aleja de lo que ha sido su pauta habitual de rehacer, interpretar y poner su inconfundible estilo en los stándares más conocidos de la música popular americana, para adentrarse en un mundo personal e intransferible: vérselas con los viejos discos y partituras del desván familiar, temas y artistas que escucharon sus padres y sus abuelos y, también, ella misma de pequeña. Viejas canciones de los años veinte y treinta: blues blanco, country, música de variedades… que Diana Krall recupera y nos ofrece, en su peculiar estilo de jazz, en el siglo XXI.(2).

Hay que reconocer que hace falta valor para atreverse en 2012 con una canción como Let it Rain, compuesta por unos desconocidos Dyson y Kendis, que interpretó Gene Austin, (compositor y cantante de grandísimo éxito en los años veinte y treinta y calificado por muchos como el primer crooner de la historia), en un estilo propio de música de variedades  y con una letra, en principio, bastante cursi.

Pues Diana Krall lo hace y se produce el milagro. La canción se convierte en una especie de country-jazz lento y contenido, muy piano y sin estridencias, dejando que surja de forma natural la magia de la música y que los versos pasen a volver a tener justo el significado exacto y desnudo que tienen las palabras, quedando ahuyentados los prejuicios y la cursilería con que se entiende la canción, en su versión vaudeville, que es como sonaba en la voz de Gene Austin.

Así comienza la canción y suenan los versos:

The angels are crying, they are shedding their tears,
that's why the rain falls from the sky.

Se hace el milagro, la música de Let it Rain comienza a fluir con piano, guitarras y la voz, la sabia voz de Diana Krall. Y el estribillo

Let it rain, let it rain, let it rain,

se va a quedar con nosotros para identificar a una nueva y mítica canción de lluvia para el futuro. Desde el pasado - hace más de ochenta años hasta hoy - para el futuro.

(1) El refrán "Por Los Santos, la nieve en los altos y por San Andrés, en los pies", hace alusión a las primeras nieves del año.
(2) Ver por ejemplo el artículo sobre Glad Rag Doll en Allaboutjazz.com.


sábado, 23 de febrero de 2013

Noche de lluvia en Madrid


Los Modelos fueron un grupo de la movida madrileña de vida fugaz, de apenas un año entre 1980 y 1981. Representaron – aunque eso, todo el mundo lo vio más tarde – la quintaesencia del pop adolescente y tierno que surgió en la movida madrileña en la que esta tendencia se promocionó a tope en 1978 y 1979 y de la que fueron ejemplo otros grupos como Mamá; Nacha Pop, en cierto sentido y, sobre todo, Los Secretos cuya carrera y éxitos han durado hasta la actualidad.

Como escribió en su día Diego A. Manrique, las compañías discográficas habían visto en este tipo de grupos algo de “nuevos Brincos” y apoyaron la entrada fácil a bastantes de ellos; pero la cosa no funcionó y hacia 1981 pararon los fichajes y los ingenuos del pop se encontraron fuera de onda: había surgido la onda siniestra, que repudiaba su música y los clasificaba (muy certeramente) como “los babosos”.


Los Modelos: actuación en El Jardín
(De rockdelux.com)

Esa es la historia de Los Modelos, que surgieron en 1980 a impulso del guitarrista y compositor Ramón Garrido – a la sazón, hermano del locutor de Radio España FM, Gonzalo Garrido - y de su compañera de facultad, Casilda Fernández, que sería la cantante del grupo. Grabaron unas maquetas y realizaron varias actuaciones en las que siempre se destacó su buen sonido y que sabían tocar, (lo que no era lo habitual). No grabaron ningún disco y el grupo se deshizo a mediados de 1981.

En 1983, (con reediciones en 1985 y 2010), se editaron algunas de las maquetas antes grabadas y desde entonces, y a lo largo de todos estos años, se ha venido revalorizando su legado. Entre sus canciones, dos destacan especialmente, Gafas negras y, sobre todo, Noche de lluvia en Madridque es joya y pieza de culto del pop español.

L. S. Daniel, en lafonoteca.net, la describe así:

..nos conduce por la madrugada madrileña, mágica, iluminada con neones, llena de recuerdos reales o soñados, deambulando por la ciudad que ya no es gris sino llena de claroscuros pero extrañamente acogedora y protectora de esa fina lluvia que cala no sólo los cuerpos sino los espíritus. Una noche como las demás pero tan única que nunca podremos olvidarla. Un tema maleable que ha conocido excelentes versiones como las de Clyde o la de Pulsar, pero en las que faltaba un puntito, la voz de Casilda que cala tanto como la propia lluvia.


Y, en Rockdelux, dijo de ella Diego A. Manrique:

En su canción más melosa, “Noche de lluvia en Madrid”, la aniñada voz de Casilda evoca “las noches mágicas de lluvia y neón”, cuando se empiezan a abandonar las casas familiares en busca de unas gentes y unos lugares para aprender a vivir, los primeros atisbos de la libertad. Es… (medito el adjetivo)… BONITO.

jueves, 20 de septiembre de 2012

September in the rain


Como estamos en septiembre, vamos a recordar canciones que traten de este mes en que llega el otoño. Cuando se escribió este texto que va a continuación, (ver Nota), no acababa de terminar el invierno y el buzo añoraba el mes de septiembre aunque fuera con lluvia. En estos días tan cálidos que tenemos ya nos gustaría que - aunque sin pasarse - comenzara a llover.

Y no deja de llover. Ni de nevar. Ni de granizar. Vaya fin de invierno que llevamos. Hasta el buzo, que es bastante acuático, está aburrido. He creído oportuno ilustrar esta entrada con una canción que hable de lluvia. Y me he ido a septiembre. A la lluvia en septiembre o a septiembre en la lluvia. A September in the Rain.

September in the Rain fue compuesta en1937 por Harry Warren. Nacido Salvatore Guaragna en 1893 en Brooklyn, Nueva York, fue uno de los once hijos de un matrimonio de emigrantes italianos, su padre adoptó el apellido Warren cuando Salvatore era aún un niño. Fue uno de los primeros compositores que empezó a escribir de forma exclusiva música para el cine. En 1915 ya trabajaba en unos estudios cinematográficos.


Al Dubin y Harry Warren

Escribió entre 1918 y 1981, como quien no quiere la cosa, más de ochocientas canciones. Nunca tuvo la fama de los más grandes y conocidos: Gerswin, Porter, Kern… ; pero tuvo más éxitos y números uno que ellos. Fue nominado al oscar en 11 ocasiones y lo ganó tres veces. Sus canciones aparecen en unas 300 películas. Entre ellas Calle 42 de Busby Berkeley. Otras canciones de Warren son: I Only Have Eyes For You, Chattannoga Choo Choo (que dió lugar al primer disco de oro de la Historia), Jeepers Creepers…. Mike Joyce en Jazztimes.com, con motivo de la grabación de un disco de David Berger sobre canciones de Warren, dice: 

He wrote countless songs between 1928 and 1981, ..... , and had more pop hits than any of his peers—Berlin, the Gershwins, Porter, Carmichael, et al. But as far as the vast majority of listeners are concerned, Harry Warren has always been The Man Who Wasn’t There. Invisible. Anonymous. Unheralded. 

September in The Rain es una hermosa y triste balada cuya letra fue escrita por Al Dubin. La letra juega con las hojas marrones que caen, con la puestas de sol, (como una brasa encendida), y con la lluvia de septiembre.

Though spring is here to me it is still September
That September in the rain

Os presento cuatro versiones. Mi preferida es la de Peggy Lee. Es una versión muy en clave de jazz de cantante blanca. También están en esa línea, pero menos en jazz, otras de Doris Day, Jo Stafford, o Brenda Lee. Aunque los arreglos de la versión de ésta última nos llevan a otra versión, la de la gran y extravagante Dinah Washington.


Peggy Lee

Para finalizar una instrumental del gran pianista George Shearing. Por último, una curiosidad. Fue grabada por los Beatles, antes de que entrara Ringo como batería, en unas pruebas que hicieron para grabar con Decca, (dónde no entraron), antes de fichar para la discográfica EMI, donde transcurrió toda su carrera. Espero que os gusten.

NOTA

En los inicios de La perplejidad del buzo las secciones musicales no eran independientes y estaban junto con otros contenidos. En concreto estos comentarios sobre September in the rain estaban incluidos en la entrada de título Es la industria, estúpidos del 8 de marzo de 2010. Creo que es mejor que estén separadas. Poco a poco se irán independizando estas partes musicales de las entradas antiguas.


domingo, 29 de abril de 2012

Días de lluvia


Me gustan estos días de lluvia mansa. Piensas que no vas a salir de casa y después, te encuentras fenomenal, con la gabardina y el gorro de agua, yendo al mercadillo, a por el pan y el periódico, a la tintorería. Es lo que tiene abril: te sorprende con aguaceros pero te regala estos días de lluvia tranquila en que haces las paces contigo mismo y con el mundo.


Carpenters. 1971

De forma natural te viene a la cabeza Rainy days and mondays de Los Carpenters, que es una canción luminosa de letra triste, y se tararea sola.

También, temiendo pasados y futuros aguaceros, recuerdas la canción A hard rain’s a-gonna fall de Bob Dylan. Y piensas en su estribillo:

"And it’s a hard, and it’s a hard,
and it’s a hard, and it’s a hard,
and it’s a hard rain’s a-gonna fall."


Bryan Ferry. These Foolish things. 1973

Pero la que recuerdas, es la versión de Bryan Ferry de 1973, la de su primer disco en solitario These Foolish Things. Cantada por Dylan es rural y casi medieval.  Bryan Ferry la convierte en obsesiva, en salmodia o pesadilla de ciudad dura. Pero sin énfasis y con elegancia. Muy Bogart.