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lunes, 29 de febrero de 2016

Por qué me atasco con la Salve

La capacidad del abuelo Venancio para quedarse dormido era asombrosa. Por ejemplo; al acabar de comer, nada más recoger los platos, se inclinaba y apoyaba la frente en las manos cruzadas y posadas sobre la mesa, y se dormía al instante.

Más de una vez le oí decir a la abuela Teresa: “¡Este hombre! Un día se va a quedar dormido en el servicio.” 

(El servicio era el trabajo de mi abuelo, que era policía municipal de Zamora).


Ayuntamiento de Zamora (entre 1927-1936)
António Passaporte (Fototeca del Patrimonio Histórico. MECD)

No recuerdo bien el motivo, pero, durante una temporada, dormí con él. Todas esas noches, me decía al acostarnos: “Ahora, vamos a rezar”. 

Y en voz baja, empezaba con el Padrenuestro, que yo contestaba. Con el Ave María, ya bajaba un poco el tono y yo respondía con la voz un poco más alta. Después, con la Salve, en lo de “… vida y dulzura, esperanza nuestra,..”, se quedaba dormido y, enseguida, comenzaba a roncar suavemente. Y yo, detrás.

Esa esa debe ser la razón de por qué me atasco siempre con la Salve.

martes, 6 de diciembre de 2011

Sombra enamorada

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Al pasar hace unos días por delante del kiosko de prensa de frente al Círculo de Bellas Artes, en la calle de Alcalá, vi expuesto un dvd de la película Sombra enamorada (Nota 1). De repente me llegó un aluvión desatado de recuerdos de más de cincuenta años. Y es que Sombra enamorada fue la primera película que vio el buzo con 5 años, en 1961 al poco de llegar a vivir a Béjar.


Cartel de Sombra enamorada. (The Gift of Love.1958)

Fue en el cine Castilla, hoy desaparecido, que era el segundo cine de Béjar – el primero era el Cervantes. Es posible que antes ya hubiera visto alguna de las sesiones de cine mudo que Don Carlos - sacerdote, coadjutor de la iglesia de El Salvador - nos ponía a los niños del colegio Ronda de Navarra, (ver nota 2), pero fue Sombra Enamorada - de título original, The gift of Love - la primera experiencia de butacas y de fascinación de pantalla grande y sala a oscuras.

No había vuelto desde entonces a verla, pero todos estos años he recordado los rostros de Robert Stack y de Lauren Bacall en cinemascope, (creo),  y technicolor, una película de las de mucho llorar. Un melodrama “fantástico” en que tras el amor entre ambos  y la muerte de Lauren Bacall, ésta vuelve – sombra enamorada – para hacer que Robert Stack  congenie y quiera a la niña que habían adoptado y que nunca aceptó – y menos aún, después de la muerte de Lauren Bacall.


Los protagonistas: Robert Stack y Lauren Bacall

Siempre recordé a la niña, que era bastante redicha, jugando con un caballito de madera y también a Lauren Bacall con blusa blanca y falda oscura amplia con vuelo – muy años cincuenta, claro está. Y todo ello, entre otros muchos recuerdos de mis cinco años, recién llegado a Béjar desde un lejano y minúsculo pueblo del Aliste zamorano sin luz, ni agua corriente. 


Iglesia del Salvador de Bejar 
(Wikipedia Commons. Autor Kayak222)

La industrial Béjar  a comienzos de los sesenta, estaba en su apogeo, era una hermosa y floreciente ciudad, muy moderna y desarrollada: los coches, las luces de los escaparates, la banda de música, el pescado congelado, los tebeos…. El buzo, hace ya mucho tiempo, trató de expresar esas sensaciones en la poesía Veinticinco años de paz, que les copio a continuación.

VEINTICINCO AÑOS DE PAZ

Los ojos del niño
no pierden ripio.
Almacenes PEDRO WHITE,
(pronunciado "Pedro Uvite"),
los soportales bajo la lluvia.

La chica de la armería SACHA
era igual que Katia Loritz.
El terremoto, detrás de la casa
el precipicio, los juegos infantiles
de niño solitario.

La sierra eléctrica, el primer pescado congelado.
CITRANIA.
Los castaños indios del parque,
grandes exploradores, el mar,
el corazón de África.

SOMBRA ENAMORADA, el gordo y el flaco,
la gorra de fieltro con orejeras,
el vaho el frío en el aire de diciembre
por la calle Alojería camino de la escuela.

¿Qué miras desde esa foto?,
pajarita y pantalón corto,
en jarras, la chaqueta
entre el brazo y la cadera.
Se cumplían los veinticinco años de paz,
(¿De qué era ministro Alonso Vega?).
Béjar te veía crecer
y nunca llegaste a ser torero.

Como habrán podido suponer, el buzo compro el dvd de Sombra enamorada y lo verá, con calma, un día de éstos.
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Notas
1. Sombra enamorada es una película, con título original The Gift of Love, de 1958. Fue dirigida por Jean Negulesco y es un melodrama (casi) típico de los años cincuenta. Alguna crítica lo califica como "melodrama correcto pero desprovisto de garra, elegante dentro de su superficialidad.." ; en fin... Pueden ver una ficha de la misma en www.imdb.es. En la página http://thecinema.blogia.com, podrán conocer el argumento en detalle y una crítica extensa. La música es de Sammy Fain e incluía una canción del mismo título, The Gift of Love, interpretada por Vic Damone, sosita y con poca garra, la verdad.

2. El colegio - o escuela graduada, como se decía en la época - Ronda de Navarra estaba ubicado en el antiguo convento de San Francisco, el cual -por lo que veo - está ahora perfectamente restaurado y ocupado por diversas dependencias del Ayuntamiento de Bejar.
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domingo, 24 de enero de 2010

EL DÍA QUE MURIÓ CLIFFORD BROWN


Mi padre tuvo que madrugar aquel día para ir deprisa a avisar al médico. Cruzando el puente de Piedra desde Cabañales debió ver como el Duero bajaba turbio y, a final de junio, todavía con mucha agua. La ciudad comenzaba a iluminarse y desde el puente de Piedra se iba componiendo una estampa clásica de paisaje de la ciudad de Zamora, como un cuadro de Pedrero o de Esteban: el puente, el río y sus orillas y a la derecha la balaustrada de la avenida del Mengue, y tras de ella la visión de los barrios bajos de entre los que sobresalen la torre y la chimenea de la Horta. En el centro el farallón con la ciudad antigua: la subida de Santa Lucía y un poco mas arriba la silueta de la Iglesia de San Cipriano y ya hacia la izquierda, primero, escondida, la torre de San Ildefonso y después la muralla, y por encima de ella, majestuosa, la catedral con su torre rectangular y el cimborrio como broche final, iluminados finalmente con la insólita claridad, (que en Zamora es sabido, es un don), de las claras mañanas de los veranos de Zamora.

Esa misma mañana muy lejos de Zamora, en Estados Unidos, camino de Chicago un coche se salió de la carretera y, dando varias vueltas de campana, se despeñó por un terraplén. Murieron los tres ocupantes del vehículo. El pianista Richie Powell, su mujer Nancy y el trompetista Clifford Brown.

Clifford Brown, graduado en Matemáticas, artista revelación en 1955 según la revista Downbeat, el trompeta firme y lírico que había asombrado a los aficionados esa temporada con el cuarteto de Gerry Mulligan, no había cumplido aún los 26 años. Muchos piensan que nadie en jazz volvió a tocar la trompeta como él: ni Miles Davies, ni siquiera Chet Baker. Cuando mi padre regresó con el médico yo ya había nacido. Ocurrió el 26 de junio de 1956. El día que yo nací. El día que murió Clifford Brown.