miércoles, 10 de mayo de 2017

Clásicos de la prensa en primavera

En esta temporada en la que diversas circunstancias ocurridas en los últimos meses han paralizado mi actividad en La perplejidad del buzo, en el momento "Begin the beguine" actual, se nota uno bastante atascado y dubitativo, con pocas fuerzas para seguir. 

Creo una de las cosas que anima es comprobar cómo en el mundo sigue ocurriendo lo de siempre y que hay temas que aparecen por estas fechas en la prensa sí o sí; porque, igual que La Violetera, son "Como aves precursoras / de primavera."

Me refiero, en concreto, a lo que son ya dos clásicos en la prensa nacional por estas fechas. En primer lugar está el artículo contra la Semana Santa de Javier Marías, y más cercanos a San Isidro, la columna antitaurina de Manuel Vicent, que lleva a fecha actual, la friolera de xx años seguidos. Empezamos con Marías.



Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora
(En semanasantadezamora.com)

Tengo que confesar mi admiración por Javier Marías cuya columna semanal en el dominical de El País, es una de mis lecturas favoritas. No porque sea de mi cuerda o esté siempre de acuerdo con lo que dice. Al revés; muchas veces no comparto sus opiniones, pero su columna dominical me parece original,  bien escrita y, por lo general, bastante divertida. Este año, en su artículo A calles tétricas, festín pagano, del  2 de abril volvió a gruñir, enfurruñado y enfadado - a estas alturas - por las las semanas santas del pasado que, pese a las exageraciones - por cierto, con lo de comparar "aquellas Semanas Santas" con los territorios hoy controlados por el Daesh o los talibanes  se ha pasado de frenada - es, al final, un ejercicio de nostalgia y un canto de cariño a las películas de romanos que vuelven siempre por estas fechas del año.

Soy nieto, hijo y padre de congregantes; y me gusta la Semana Santa por muchos motivos. Podría estar muy cabreado con este artículo. Pero no. El papel de comecuras, (de curas de hace 50 años), me resulta un poco cansino y echo en falta empatía y un poco de sentido del humor. 

Como por ejemplo el humor de Manolito el pollero, que no le debía gustar la Semana Santa y escribió el brillante e irónico poema Semana Santa.

Jueves santo,
Viernes santo,
duelo y llanto.
Tanta aflicción es de espanto;
no sé ni cómo la aguanto,
ni soporto ni resisto,
ver al hombre, ver a Cristo
tragar hiel ¡está tan visto!
y en filas indias detrás
y delante nazarenos,
nazarenos,
nazarenos,
unos diez mil, indio más
indio menos,
el interminable lote;
por docena, un iscariote,
de agudos de capirote;
el impenitente brote
de unicornios
de bicornios
de tricornios;
la teoría del cuerno
rogándole al Padre Eterno
que nos libre del Infierno.
Y el blandón, el cirio, el hacha,
y el hacha, el cirio, el blandón,
y suma y sigue la racha,
y ¡toma!, más procesión,
y otro paso, y otro envite,
hasta que Dios resucite.
y, ¡que tonos!
la semana está de monos.
y va, que arde, de cera
litúrgica la carrera;
la de Cristo nos espera;
muchos,
muchos,
muchos,
muchos,
¡¡cucuruchos!!

Y no es que le tuviera tirria a la religión. Todo lo contrario, ya que escribió uno de los villancicos mas bellos del siglo XX.


“Cuando con los otros niños
de niño jugabas Tú,
¿sabías o no sabías
que eras el Niño Jesús?”

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