Me gustaría llamar la atención sobre una noticia
que apareció ayer en ABC que supongo que en días próximos aparecerá y será desarrollada, también, por otros medios . El titular era Condenan a la Generalitat por cesión ilegal de trabajadores. El caso es un ejemplo palmario de los extremos a que ha
llegado la subcontratación y cesión a empresas privadas de trabajos que realiza
la administración.
La cosa es sencilla. La administración catalana
necesita trabajo de informáticos. Primer paso: en vez de tener funcionarios o
personal laboral contratado de esa especialidad se forma una empresa pública - Centro de Telecomunicaciones y de Tecnologías de la Información (CTTI) se llama la de la Generalitat de Cataluña.
Segundo paso, esa empresa en vez de hacer la contratación de personal
informático, lo que hace es subcontratar con empresas privadas que son las que
acaban contratando a unos técnicos que trabajan directamente en sedes
administrativas, frecuentemente, a las órdenes directas de personal de la administración.
En que acaba el embrollo. Pues en que a la
administración – la catalana en la noticia - le sale por 81.000 euros al año el
coste de un técnico al que se le paga unos 25.000. El negocio es palmario: en negativo
para las arcas públicas y para los contratados; y en positivo para las "empresas de servicios”.
El método admite al menos dos variantes. La
primera: que no haya empresa pública intermedia y que sea la administración la
que subcontrate directamente a las empresas. La segunda variante es que las
primeras empresas contratadas subcontraten, a su vez, a otras que sean las que
contraten a los técnicos informáticos.
Teniendo en cuenta que servicios como los
informáticos han venido para quedarse, ya me contarán dónde está el ahorro en
la externalización de los servicios informáticos por parte de la administración.
Y es que ya vemos que - además de un sano
beneficio de empresa de servicios honrada de, pongamos, un 15 % - con eso de que: la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte
contratante de la primera parte – Ver la los hermanos Marx –, y la parte
contratante de la primera parte será considerada en este contrato… etc.; la talega
de los beneficios de algunos subcontratantes parecen llenarse en demasía: de 25.000 a 81.000
euros por trabajador contratado.
Nada menos.
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