Cuando volví a Madrid en 1980, después de pasar
año y pico en Melilla y Chafarinas en una mili curiosa, el panorama había
cambiado radicalmente en muchos aspectos - yo, incluido. En lo musical había
dejado una ciudad de Tequila, Burning y Dolores y al llegar comenzaba a campar
la movida, con Radio Futura, Los Pegamoides, Nacha Pop…
El clima invernal extremo de estos días me ha
recordado una canción de ese años, la inolvidable Amor en frío, de Las Chinas
que triunfaron ese año con un disco de dos canciones en el que además de la
anterior, estaba Hombre salvaje, que también tenía su punto.
En lafonoteca.net, L.S. Daniel las describe
estupendamente:
“Su
puesta en escena es arrebatadora, con una imagen muy definida. Todas ellas
provenían de ambientes intelectuales madrileños y la música era una especie de
rebelión contra todo lo que les precedía. Su inequívoco aspecto y sonido
nuevaolero les granjeaba tanta admiración como envidia.”
Amor en frío,
que estaba compuesta por Kiko Rivas en la letra y Santiago Auserón en la
música. Música que es al principio como una marcha tribal y se hace más íntima en el estribillo. Con la voz muy en
primer plano, base rítmica potente con una batería machacona, muy buen
funcionamiento de la guitarra y los teclados solo sugeridos. Pop puro de los ochenta.
La letra es muy de la movida: irónica, pero tierna
y moderna, y chocante, con esa sugerencia sobre la congelación de los
sentimientos y referencias espaciales.
En frío las palabras valen más,
en frío no se pierde el control,
mira cómo brilla la estrella polar,
en frío,
amor en frío,
amor en frío.
Ven corazón mío
de Madrid al frío,
ven corazón mío
de Madrid al frío.
De Madrid al frío… Así es como estamos en estos
días: en pleno y gélido invierno; esperando que escampe.
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