El arquitecto veneciano Giovanni Battista Piranesi, fantástico
artista del grabado y uno de los primeros arqueólogos, con su fascinante y enigmática personalidad, sigue sorprendiendo y entusiasmando a los 300 años de su nacimiento.
Es el
protagonista del poema de título homónimo escrito por Guillermo Carnero, perteneciente a la corriente de los novísimos y uno
de los mayores poetas españoles del siglo XX. Serenidad y elegancia, cultura e
inteligencia y hermética claridad caracterizan su relevante obra poética.
GIOVANNI
BATTISTA PIRANESI
Aquí el espectador se ve forzado
a una actitud esencialmente equívoca
pues la calzada que allá abajo cruza
el valle, nebulosa, lejanísima,
arranca a sus pies.
Y así es
menor que exista
un obelisco alzado sobre cuatro columnas
que corona un tritón con cabeza de lince
o el arco de triunfo rematado
por un bosque de cedros y de sauces
llorones.
Y dijeron de él parva imaginación
esclava del pasado – su genio, si lo
tuvo,
pereció bajo el peso de la bibliografía.
Y le llamaron “arqueólogo”.
(De Variaciones y figuras sobre un tema de La
Bruyere. 1974)
Guillermo
Carnero. (Valencia,
1947)
Más información en el blog La Alegría de las Musas 2
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