jueves, 24 de agosto de 2017

Cielo rojo de Montana

En las amargas tardes de enero de este año, las películas de televisión - de estas antiguas, que vienen en lotes en algunas cadenas - proporcionaban algn rato de incierto descanso que no dejaba de ser un bálsamo. Una de esas tardes, en vez del bodrio de costumbre, pusieron una excelente película protagonizada por Richard Widmark en la que lanzaban a bomberos en paracaídas, con pico, pala y otros artefactos, a pavorosos incendios en montañas. Algún tiempo más tarde identifiqué la película. Era Red Skies of Montana de 1952 que aquí titularon Cielo rojo de Montana. (Aunque también hay carteles de la misma película con el título La montaña en llamas y en italiano se tituló Duello nela foresta)



En la sinopsis de la página cinematográfica Filmaffinity, se resume así el film:

Los “Smoke Jumpers” son los intrépidos bomberos del estado de Montana, cuya misión es combatir los incendios forestales. En un terrible incendio provocado por un rayo mueren todos los miembros de una patrulla, excepto Cliff, que no recuerda absolutamente nada. Uno de sus compañeros lo acusará de haber abandonado a los demás y, entre ellos, a su propio padre. 

Así que ahí tienen; aventuras y drama a mansalva. En cuanto al drama, al joven Jeffrey Hunter se le pone en el entrecejo que Widmark había dejado morir a su padre y otros compañeros. se pone pesadito, pesadito y, al final, se zurran bien la badana entre llamas. En Wikipedia pueden acceder al argumento y, en todo caso, también están fragmentos o la película completa en Youtube.

Un interesante aspecto de Cielo rojo de Montana es constatar lo lejos que nos quedan las tecnologías que aparecen en la película que, sin duda, eran muy adelantadas para la época (1952). 


 Foto de rodaje en blanco y negro con móvil incluido

(Este aspecto de comprobar cómo y cuánto se han quedado de anticuadas las tecnologías que aparecen ne las películas antiguas, es muy interesante y invito desde aquí a que procuren revisar determinado en cine antiguo desde ese punto de vista). Vamos con algunos ejemplos.

Muchas de las órdenes e informaciones que los bombero paracaidistas reciben una vez en la sierra se realizan mediante gigantescos megáfonos operados desde tierra o desde aviones. O el aparato de telefonía móvil que esgrime Richard Widmark para comunicarse con la base: un ladrillo monstruoso con un grueso canuto como antena que ni puedo imaginarme lo que debía de pesar. 



Uno en su ingenuidad perpetua, creía que estos bomberos fueron sólo el fruto de un a época, algo ya anómalo y extemporáneo que habría desaparecido. Pues no. Sigue habiendo este tipo de unidades de bomberos en USA (Alaska, California y Montana); en Rusia y en Canadá. Ver Nota.

Y uno se pregunta si en un país tan extenso y montañoso como España, con el estado actual de sus bosques y arbolado y teniendo en cuenta que ya existe una unidad militar especial creada, podría ser útil alguna unidad especial de bomberos paracaidistas como las que siguen operando en los países mencionados.

Nota
En internet pueden verse vídeos de los Smokejumpers de la época - años 50 - muy interesantes. En cuanto a los actuales, aquí enlazo a la sección Fire & Aviation Management de la página web de la USDA Forest Administration.



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