En estos días de "mediovacaciones" que nos traen las Navidades, es posible que a alguno de los lectores de estas notas, se le ocurra hacer una excursión a Segovia o a Zamora. Por si eso ocurre, me gustaría darles noticias de dos interesantes exposiciones que en esas ciudades están abiertas en estas fechas y que merecen mucho la pena.
Si van a Segovia habrá, obviamente, que pasar por la Plaza del Azoguejo y arrodillarse ante el grandioso e inigualable acueducto. Habrá luego que subir por la calla Real hasta la plaza y también deberían, luego, bajar hasta el Alcázar y fantasear con todos los hechos allí sucedidos en los tiempos del rey Enrique y de su hermana y sucesora, la reina católica.
Como entre medias habrá que hacer sitio al cochinillo o al lechal, les sugiero que madruguen o que alarguen el día para poder visitar la Casa de la Moneda, recientemente restaurada. Fábrica de moneda automatizada, con ayuda de la energía hidráulica del río Eresma, en tiempos de Felipe II que, con sus trazas de Juan de Herrera, luce esplendorosa frente al monasterio del Parral.
Por si lo anterior fuera poco, la Casa de la Moneda alberga, en estos días, la exposición “Artifex. Ingeniería romana en España” que acerca al público el formidable legado técnico del mundo romano, mostrando los saberes en los diversos campos de la tecnología y sus aplicaciones en la Ingeniería civil.
Por si lo anterior fuera poco, la Casa de la Moneda alberga, en estos días, la exposición “Artifex. Ingeniería romana en España” que acerca al público el formidable legado técnico del mundo romano, mostrando los saberes en los diversos campos de la tecnología y sus aplicaciones en la Ingeniería civil.
Hablar de esta exposición – y también de la Casa de la Moneda, cuyo estudio y restauración impulsó desde la Fundación Juanelo Turriano – es hablar de su creador Ignacio González Tascón, ingeniero de caminos e insigne humanista, impulsor (¿creador de la disciplina?) de la historia de la ingeniería en España.
Catedrático de Estética e Historia de la Ingeniería Civil en Granada, estudió ejemplarmente las fábricas hidráulicas españolas, la historia del transporte o la ingeniería de ultramar y nos dejó prematuramente, tan joven y con tanta vida y obra por delante, en 2006. El nuevo montaje de esta exposición debería ser un aldabonazo para hacer revivir otras magnas exposiciones de las que, en su día, fue autor y que se cuentan entre lo mejor que se ha hecho en España para difundir la Ciencia, la Ingeniería y su historia.
Catedrático de Estética e Historia de la Ingeniería Civil en Granada, estudió ejemplarmente las fábricas hidráulicas españolas, la historia del transporte o la ingeniería de ultramar y nos dejó prematuramente, tan joven y con tanta vida y obra por delante, en 2006. El nuevo montaje de esta exposición debería ser un aldabonazo para hacer revivir otras magnas exposiciones de las que, en su día, fue autor y que se cuentan entre lo mejor que se ha hecho en España para difundir la Ciencia, la Ingeniería y su historia.
Con el trajín de las visitas, y en una ciudad rompepiernas con tanta cuesta como es Segovia, habrá que hacer alguna “parada técnica” para darle alegría al cuerpo serrano. Dos sugerencias: José María con su pobladísima barra y “su rivera” Pago de Carraovejas, y Divino, más recoleto y con mucho que probar y degustar.
PD. Quede lo de Zamora para otra entrada.
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