Que en los mismos días en que se está barruntando la creación, (o recreación, porque ya se hizo en 1983 por
idénticos motivos), de una empresa nacional de autopistas , (para absorber las pérdidas de unas empresas privadas,
concesionarias de algunas autopistas de peaje cercanas, según dicen, a la
bancarrota por motivos que nos explican echándole la culpa, básicamente, a los
justiprecios finales de las expropiaciones dictados por los tribunales y a la
falta de usuarios); el presidente de la Patronal de Concesionarios de Autopistas
vaya vendiendo la burra de lo bueno que sería que el estado se planteara cobrar por el uso de las actuales autovías , que “lógicamente” serían explotadas
bien por las actuales concesionarias, o bien por la supuesta empresa nacional
de autopistas que, de este modo, cubriría las pérdidas motivadas por el rescate
de las autopistas actualmente con pérdidas, es de una desfachatez tan increíble,
que más parece un argumento de vodevil o
de un musical bufo de Broadway.
AP-41. Madrid-Toledo
(en una entrada sobre las declaraciones de J. L. Feito)
Más valdría que, ya puestos a nacionalizar, alguien fuera
desempolvando las memorias técnicas y económicas y las exposiciones de motivos de
los decretos de creación, en su día, del Instituto Nacional de Industria y
después se montara algo parecido, para promover que la industria nacional no
desaparezca. Que es lo que va a pasar en este país, mientras tocamos la
bandurria del turismo rural, creamos (otra vez) empresas nacionales de
autopistas y recibimos, como los de Villar del Río de Bienvenido Mr. Marshall,
a los americanos de Adelson y sus casinos.
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