Nada mejor para retomar el blog que recordar momentos
agradables del verano. Casi al final, el pasado sábado, después de unas compras
por Segovia y antes de volver a Madrona y sus fiestas, tomando un café
tranquilo en la cafetería La flor de América de la calle Santo Tomás, me encuentro, al hojear
El Adelantado de Segovia, con la viñeta de Madrigal, auténtica columna periodística gráfica con una insólita visión altruista de la crisis, que les pongo a continuación.
Va por delante su estilo de dibujo y pictórico que el vitralista Muñoz de Pablos describió en su día certeramente, indicando que: "(Madrigal) ...aborda su trabajo con arrebato de
colores vibrantes y a veces disonantes, por encima de armonías cromáticas
amables. Sin aprovecharse, sin entretenerse en soluciones conocidas, siempre
con aportaciones sincopadas y directas, con un gran dominio de la aparente
improvisación, como los maestros del jazz”.
El trazo inconfundible, los colores vivos y el argumento. No es sólo - y ya la sorpresa es mayúscula - que a las faldas del Alcázar un pez del Eresma casi se inmole para ayudar a un pescador hipotecado y con hijos. Es que, después, la respuesta del compañero pez de que “se lo piense; que tiene familia”, riza el rizo. Y lo que finalmente parte con la pana - y es guinda para recordar siempre - es que el pez tiene nombre: Bermejo. Es genial, un pez altruista ( y segoviano) llamado Bermejo.
El trazo inconfundible, los colores vivos y el argumento. No es sólo - y ya la sorpresa es mayúscula - que a las faldas del Alcázar un pez del Eresma casi se inmole para ayudar a un pescador hipotecado y con hijos. Es que, después, la respuesta del compañero pez de que “se lo piense; que tiene familia”, riza el rizo. Y lo que finalmente parte con la pana - y es guinda para recordar siempre - es que el pez tiene nombre: Bermejo. Es genial, un pez altruista ( y segoviano) llamado Bermejo.
En resumen: oficio, retranca y genialidad. Tres en uno. El maestro Madrigal sigue en forma.
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