A Inma, después de los 31 primeros años de amor.
En la generación del 27, abundante en versos libres, Fernando Villalón fue, sin duda, el verso más suelto. Aquel señorito de Morón de la Frontera, terrateniente, ganadero y marqués de Miraflores de los Ángeles, era un hombre profundamente popular - del que se decía que perseguía criar toros de lidia con ojos verdes - y, en palabras de Sanchez-Mejías a Alberti, el mejor poeta novel de toda Andalucía.
Entre sus poemas de orientación vanguardista, escritos al final de su vida, encontramos este Dos rectas nuestras vidas, sorprendente y delicioso poema de amor y geometría.
DOS RECTAS NUESTRAS VIDAS
DOS
rectas nuestras vidas
matemáticamente.
Tú
y yo en el zenit
de
lo bello y lo justo,
con
blancura de nieve,
azul
puro de nieve.
Dos
rectas nuestras vidas :
azul
de puro aire,
blanco
puro de nieve
matemáticamente.
Y
el amor ¿ en la nieve ?
Y
el amor ¿ en el aire ?
Curva
tu recta exacta
y
hacia el amor decae
¡
Amor ! ¡ Curva parábola !
en
la nieve y el aire.
Fernando Villalón
(Sevilla,
1881 – Madrid, 1930)
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