Veo el sábado pasado Julieta de
Almodovar, después de haber leído el día anterior la fundamentada aunque airada,
(o quizás, ¿vitriólica?), crítica de Carlos Boyero en El País y de ver por televisión, esa misma noche del viernes, Volver, en
homenaje a la genial y llorada Chus Lampreave, recientemente fallecida.
Bastante de acuerdo con Boyero en el
sentido de que no me creo los personajes ni en su definición, ni en sus
circunstancias y comportamientos; y las frasecitas que sueltan – lo del
festival de música de Fez es la bomba – me sobrepasan y no digamos lo del
ciervo, que me acaba pareciendo tan kisch como los cuadros de idems, lago y
arbolillos de salón comedor de Cuéntame.
En los últimos quince
minutos la película comienza a interesarme, porque empieza a tener una chicha
inesperada – que no se deduce, en absoluto del desarrollo anterior - y me interesa,
como no, la tragedia que se plantea; pero sé que el film va a acabar y llego a la conclusión de que he perdido
una hora y pico de tiempo.
El lunes, en el mismo periódico, salió –
como un “caballo blanco” en la OPAS o un “salvar al soldado Pedro" – otra crítica,
esta vez laudatoria, de Vicente Molina Foix - que no comparto - en la que se
afirma que Julieta es un guion magistral sobre la pérdida y el dolor en general, y de la
mujeres en particular, y el ¡¡mejor de Almodóvar!!; por lo que se supone que deberíamos elevar la peana en la
que está ya instalado el cineasta manchego.
Queda de esta crítica la estupenda definición,
en un término acuñado por Molina Foix, del almodrama o “variante original y mestiza de los melodramas mayores de Hollywood,…,
formada de quiebros tonales, registros contrapuestos y brotes de humorismo
salvaje, todo ello acompañado por un concertante de boleros, coplas, chanson
francesa y piezas de la música pop más impertinente y desbocada”. Definición
que nos gusta y se ajusta a las películas que más nos gustan: Mujeres al borde
de un ataque de nervios, Qué he hecho yo por merecer todo esto, La flor de mi
secreto, Volver…
En ella se indica la presencia de la música pop más impertinente y desbocada.
Y aquí quería yo llegar porque todo lo anterior es una excusa para llamar la
atención y traer aquí A Good Thing, la canción que, en Volver, bailan los del cine en la
terraza del bar de Raimunda, del grupo indie Saint Etienne que es sumamente electrónica,
desbocada y pegadiza. A mi me parece una joya que espero que les guste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario