El mes de enero de 2018 la poesía llevará un crespón negro. Se han ido dos de los poetas más veteranos; el genial y antipoeta Nicanor Parra, fallecido en la ciudad chilena de La Reina el día 20 de enero a los 103 años; y Claribel Alegría la poeta más conocida de Nicaragua que, 2 días después, murió con 93 años en Managua.
Ida Vitale. 2015 en la Texas A&M Univ.
(Wikipedia)
(Wikipedia)
Así que, ahora, en la división de honor de la poesía en castellano, posiblemente sea Ida Vitale, con 94 años, la poeta en pie más veterana. En su libro Reducción del infinito de 2002 se encuentra el poema Arboles que nos trae memoria y sentimiento de (casi) todos los árboles del mundo.
De
Reducción del infinito, 2002.
ÁRBOLES
¿Es la encina de Orlando o son
éstas de Austin?
¿Es el ombú de Hudson o aquel
junto al que el auto
arrastró de la vida a Julio
casi hermano?
¿El baniano de Paz, que era el
de Sakuntala?
¿Sauces de Garcilaso?, ¿el que
planté yo misma?
¿Álamos del amor o aquel del
que en invierno
caían a mis pies pájaros casi
muertos?
¿Las higueras constantes, entre
polvo y jardines?
¿Ese eje en el tropismo de
lunas infinitas,
el eucalipto pálido, de plumón
perfumado?
¿Los de flor color lacre bajo
soles de incendio?
¿Abedul que creí negro, por
ébano/abenuz,
hasta que toqué, blanca, su
corteza anillada?
¿El árbol esencial que
imaginaba Goethe?
¿O aquel con cuya sombra perdí
el mundo
que era rumor de voces
amistosas
y veo pasar un río que sí es el
mismo siempre,
en tanto que lo miro y ya no
soy la misma?
Ida
Vitale (Montevideo, 1923)
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