viernes, 28 de junio de 2019

El calorín


En estos días de olas de calor, no está de más afianzar conceptos meteorológicos y su clasificación.

Más en estos tiempos en que algunas cadenas de TV han convertido la información meteorológica en “programas” de más de media hora, con abundancia de mapas de todo tipo: los de las flechillas del aire y los vientos, los de incremento de las temperaturas máximas, los de incrementos de las temperaturas mínimas… y otros muchos que no recuerdo; junto con las consabidas fotos finales que envían los espectadores.



Los mapas del tiempo modernos con flechillas

También es cierto que otras cadenas de TV parece que están empezando a recorrer un camino inverso de soles o “huevos fritos” – o, caso contrario, de paraguas y o nubes con gotitas – que espero nos vaya llevando a  los orígenes con aquellos mapas al estilo de Mariano Medina, (que incluían al barco “K” pintado en el Océano Atlántico y que glosó Joan Margarit en su poema Los viejos telediarios).



Mapas del tiempo menos modernos

Pues para estas cadenas que pretenden ofrecer una información sencilla y para gente inocente como este buzo, les ofrezco la clasificación del calor que hoy mismo le he escuchado en las ondas a ese gran periodista que es Tico Medina y que había aprendido de su madre.

La clasificación en calor en sentido creciente es:
  1. El Calor
  2. LA Calorporque ya se sabe que el femenino es más fuerte.
  3. Los Calores porque son plurales
  4. LAS Caloresídem a lo dicho en 2, y
  5. EL CALORÍNQue es cuando puede llegarse al caso de que los pájaros posados en los árboles sucumban.

Yo, desde luego, me pienso aplicar y utilizar esta sabia clasificación.


miércoles, 26 de junio de 2019

Estadísticas sobre innovación

Aunque este buzo ya no está laboralmente activo, conserva cierta afición a seguir indicadores estadísticos - en concreto de I+D+I - que utilizó abundantemente a lo largo de la vida laboral.

Como la Estadística sobre actividades de I+D de 2017 del Instituto Nacional de Estadística (INE) se publicó en noviembre de 2018; siguiendo lo ocurrido en pasados años, imaginaba la publicación de los datos de la Estadística sobre innovación en las empresas de 2017 saldría como un mes o mes y medio más tarde.





Pues no. Siete meses después sigue sin publicarse. Brujuleando en la página del INE, encuentro que la previsión es que conoceremos  la Estadística sobre innovación en las empresas de 2017 en septiembre de este 2019. 

O sea, que los datos sobre de innovación en España de 2017 van a estar en .... ¡septiembre de 2019! Para unas prisas.

No es este el sitio en el que extenderse sobre el tema, pero a mi me gusta, (teniendo los datos de las dos encuestas mencionadas), calcular el gasto total de I+D+I como porcentaje del PIB que no es muy utilizado; ya que el que se utiliza - como un mantra - es el de gasto total de I+D, (solo de I+D, sin la segunda I de innovación) como porcentaje del PIB.

Para el conjunto de España, los porcentajes de PIB que supusieron los gastos totales de I+D+I realizados en 2015 y 2016 fueron del 1,82 y 1,85 %. (A modo de comparación, digamos que los porcentajes de PIB que supusieron los gastos totales de I+D - sólo los de I+D, sin innovación - realizados en 2015 y 2016 fueron del 1,23 y 1,22%). Y al nivel de Comunidades Autónomas, también podríamos verlo.

Bueno; pues todavía no lo podemos calcular y saber para 2017. A ver si es verdad que los tenemos en septiembre.


viernes, 21 de junio de 2019

Giovanni Battista Piranesi. Guillermo Carnero.


El arquitecto veneciano Giovanni Battista Piranesi, fantástico artista del grabado y uno de los primeros arqueólogos, con su fascinante y enigmática personalidad, sigue sorprendiendo y entusiasmando a los 300 años de su nacimiento.




Es el protagonista del poema de título homónimo escrito por Guillermo Carnero, perteneciente a la corriente de los novísimos y uno de los mayores poetas españoles del siglo XX. Serenidad y elegancia, cultura e inteligencia y hermética claridad caracterizan su relevante obra poética.

GIOVANNI BATTISTA PIRANESI

Aquí el espectador se ve forzado
a una actitud esencialmente equívoca
pues la calzada que allá abajo cruza
el valle, nebulosa, lejanísima,
arranca a sus pies.
                                    
Y así es menor que exista
un obelisco alzado sobre cuatro columnas
que corona un tritón con cabeza de lince
o el arco de triunfo rematado
por un bosque de cedros y de sauces llorones.

Y dijeron de él parva imaginación
esclava del pasado – su genio, si lo tuvo,
pereció bajo el peso de la bibliografía.

Y le llamaron “arqueólogo”.

(De Variaciones y figuras sobre un tema de La Bruyere. 1974)

Guillermo Carnero. (Valencia, 1947)

Más información en el blog La Alegría de las Musas 2

miércoles, 19 de junio de 2019

Big Noise from Winnetka

He aquí un agradable descubrimiento. Resulta que gracias al cambio de compañía telefónica me he encontrado con dos canales musicales: Mezzo y Festival 4k en los que se puede escuchar música clásica y jazz. Y en Mezzo, en una actuación del grupo de jazz del contrabajista Kyle Eastwood, (es hijo de Clint Eastwood), surgió este tema Big Noise from Winnetka que me encantó. 





La presentó como "un tema de los años 40" y comienza con un silbidito. Después hay unos interesantes y variados diálogos entre contrabajo y batería y el metal sonaba poco y sobrio, realzando los diálogos anteriores. Y al final..., volvía el silbidito. (El enlace anterior corresponde a la grabación de estudio de 2004 y aquí a otra versión en directo de 2012).

El brujuleo posterior - Wikipedia mediante - me llevo a la historia de Big Noise from Winnetka . Como pueden ver, fue compuesto en 1938 por el bajista Bob Haggart y el batería Ray Bauduc que eran miembros de The Bobcats, subgrupo de la Orquesta de Bob Crosby. Y también, encontré un video con la versión original: simplemente un duo de los dos autores.





Una delicia que te cambia la vida. Debería ser obligatoria su escucha diaria, nada más levantarse, para que la alegría acompañe. Un silbidito, un bajo y una batería sabiamente conjuntados y ... ¡a vivir!

Recomendable, también, en estos días de tanto pacto y tanto postureo poselectoral. ¡Ay ...! Si antes de las reuniones se la pusieran y movieran un poco el esqueleto; mejor les (nos ) iría.


lunes, 10 de junio de 2019

Mi España particular. Edgar Neville.


Hay un libro que me ha fascinado en estas últimas semanas. Se trata de Mi España particular, escrito por Edgar Neville en 1957, (edición de la Ed. Taurus), reeditado en 2011 por la editorial Reina de Cordelia.



Es una guía turística de España totalmente atípica y fascinante “Guía arbitraria de los caminos turísticos y gastronómicos de España”, reza su segundo título – en la que, además de monumentos, museos, iglesias, catedrales o paisajes, etc. incluyó un tema que yo creo que fue muy novedoso en su época: unir la gastronomía al turismo. En la actualidad ninguna guía se puede considerar como tal si no contempla, de alguna manera, temas gastronómicos y Neville lo hizo en 1957.

Edgard Neville fue un bon vivant, de una familia aristocrática de mucho dinero, (era conde de Berlanga de Duero). Fue abogado y diplomático; después acabó en Hollywood trabajando en el cine – con Charles Chaplin, entre otros y acabó siendo un  gran autor de teatro y, yo diría, que un estajanovista director cinematográfico con una filmografía extraordinariamente extensa con películas muy relevantes como La torre de los siete jorobados, Domingo de carnaval, La vida en un hilo o El baile, entre otras.



Neville con Charles Chaplin en el rodaje de candilejas

Esta guía tiene cosas que la hacen especial y única. La primera, por ejemplo, es el planteamiento inicial y provocador que hace, (sorprendente en esta época actual de corrección política), manifestando que para hacer turismo, tal y como se explica en la guía, hay que tener dinero. Tiene Vd. que tener dinero: si no tiene dinero ya puede quedarse en casa ahorrando. Bastante definitorio de lo que era ese espíritu provocador y risueño que lo caracterizaba junto - con sus compañeros de aquella “otra generación del 27”, la de los humoristas: Mihura, Tono, Jardiel, Herreros, etc. que definida por el dramaturgo José López Rubio, en su discurso de entrada en la RAE).

Por otro lado, no hay nada que defina mejor al personaje que las fotografías que aparecen en la segunda portada y contraportada, del año 1955 y en Londres, en que aparece apoyado en un flamante cochazo Jaguar y se le ve con cara de felicidad.



Después, sus juicios y descripciones gastronómicas son brillantísimas y con un gran sentido del humor. Como cuando habla de la cocochas:

“Las cocochas son una parte del organismo de que las merluzas llevan en el cuello; probablemente le servirán para algo, pero al cocinero vasco le sirven para preparar unas cazuelitas, con salsa espesa y perejil, verdaderamente exquisitas.”

O de las angulas:

“Sobre la vida de la angula y sus amores se ha escrito mucho: Sobre sus peregrinaciones por el Atlántico y por el Mediterráneo, sobre su costumbre de venir, a dejar que las cojas por lo visto, a los ríos españoles. Pero a nosotros no nos interesa la vida de la angula, sino su muerte, y por eso, cuando se nos presentan humeantes, ante su defunción nos quitamos el sombrero y gritamos ¡Bravo!”

Y así podríamos seguir con muchos ejemplos de los que solo mencionaremos su obsesión – lo menciona más de una vez en el libro – de que la paella sólo se pude comer buena en Valencia; porque resulta que Valencia tiene un agua malísima que es lo que le va bien a la paella y, por eso, cuando se hace con agua más limpia, clara y pura sale fatal. Por eso, hay que ir a Valencia a tomarla.

Más detalles; sus juicios – de 1957 – sobre los vinos españoles es profética. Su opinión era que en España había muy buenos vinos pero que le faltaba una mejor elaboración, cuestión en la que se ha ido, afortunadamente,  perseverando y mejorando hasta hoy.

Es una guía muy divertida y el primer capítulo, que refiere su particular guía desde la entrada de Francia por el País Vasco hasta Madrid, es especialmente fascinante y entretenidísima. Y el resto de capítulos –con algún altibajo – siguen el mismo tenor.

Por otro lado, al hilo de su paso por diferentes lugares, hace reflexiones muy interesantes sobre el carácter de los españoles. Por ejemplo, su opinión de que los españoles nos caracterizamos por la continua falta de acuerdo entre nosotros es taxativa: cada español tiene su opinión…y ¡punto! O su descripción del carácter melancólico y contemplativo de los castellanos, que es tremendamente sugerente.

“(….) pero para vivir en Castilla no hace falta ser rico y por eso los castellanos no se dan cuenta que son pobres. Miran la infinito y están en comunicación con las estrellas (….) Rodar por Castilla es haberse salido ya del mundo, porque Castilla no se parece a nada, ni siquiera al desierto, porque el desierto es una zona deshabitada y Castilla está llena de presencias más o menos visibles (…) Si a cualquiera de ellos le dais una fortuna, su vida no ha de variar (…) ¡Para qué vamos a dejar de mirar al horizonte como esperando lo sobre natura, que es elo que verdaderamente hay que hacer en Castilla!”

Otra cuestión importante es la honestidad de su guía, sosteniendo que, a lo mejor, puede fallar en algún detalle de fechas o de historias pero que no va hablar de nada que no haya visto y pateado; por lo que es una especie de “guiamichelín” en que sólo se habla de restaurantes, bares, merenderos y hoteles en los que ha estado personalmente.

Y así se va pasando el libro que tiene cierta irregularidad. Pero en todos los capítulos hay algún detalle de originalidad, o de buen gusto; alguna salida de pata de banco o alguna cosa que te hace reír o alguna genialidad.

Es, en definitiva, una obra - no menor - de un gran escritor, de una figura cultural inmensa que está esperando que crítica y público lo sitúen donde le corresponde en la historia de la cultura española del siglo XX y que no puede ser más que en los lugares más altos.