En estas últimas semanas, en las que he tenido un poco abandonado La perplejidad del buzo, ha habido suficientes noticias y eventos como para estar entretenidos. En el ámbito político se han sucedido varios intentos de mociones de censura, movidas por el PSOE y Ciudadanos, que en lo que han desembocado, principalmente, en que va a haber elecciones en la Comunidad de Madrid.
De ellas me ha quedado la expresión en boca del que va a ser candidato por Unidas-Podemos, Pablo Iglesias, calificando de ‘criminal’ a la derecha. Como lo ha hecho sin precisar ni acotar, supongo que se referirá a todas las acepciones y significados de del calificativo y, globalmente, tanto a los partidos de derechas y a sus votantes.
Lo que parece más que desmedido si nos atenemos a las definiciones de ‘criminal’ que nos ofrece el diccionario de la RAE: 1. Perteneciente o relativo al crimen; 2. Que implica o conlleva crimen, 3. Dicho de una ley, de un instituto o de una acción: Destinado a perseguir y castigar los crímenes o delitos y 4. Que ha cometido o procurado cometer un crimen.
En el mismo diccionario se define ‘crimen’ como: 1. m. Delito grave, 2. m. Acción indebida o reprensible y 3. m. Acción voluntaria de matar o herir gravemente a alguien. Ojo a la tercera acepción.
Y todo esto, en medio de la pandemia, (que, como el dinosaurio de Monterroso, sigue estando ahí), con sus incoherencias y la falta de vacunas y de más cosas como los cambios de calles en Palma de Mallorca y el último gran escándalo mediático de las declaraciones remuneradas por Mediaset a Rocío Carrasco que vamos a tener que soportar en las próximas semana en los ‘salvamés’ y otros programas televisivos semejantes.
Buen rollo ¡eh! Este viejo país cainita e ineficiente, algo así
como España entre dos guerras civiles, (Gil de Biedma dixit), es en el que tenemos que vivir. Ya
saben: ajo y agua … y mucha tila.
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