El pasado 30 de agosto apareció la siguiente Fe de Errores en el diario ABC:
En la Tercera de ayer del profesor Ramírez se produjo un error de edición que llevó a publicar << El mismo Napoleón así lo reconoce en Santa Elena: “Esa guarra desgraciada me ha destruido”>>. Aunque el contexto general del artículo permite asumir que el término correcto sería <<guerra>>, conviene aclararlo para evitar los equívocos históricos a los que se presta el error.
Con la sonrisa puesta he recordado La Cárcel de Papel de Evaristo Acevedo en La Codorniz y, también, al insigne Luis Carandell, que llevaba , en ocasiones, este tipo de erratas a Celtiberia Show o a otras de las secciones que escribía en diversas publicaciones. (Ver nota 1).
Portada del libro Celtiberia Show
No sé si ha sido casualidad que el error tipográfico indicado se haya producido el 29 de agosto, décimo aniversario del fallecimiento de Carandell, al que viene bien recordar en estos momentos.
Lo que podía leerse en Celtiberia Show
Para seguir disfrutando con su obra polifacética y divertida, (ver nota 2), y para recordar su bonhomía, cordialidad e inteligencia. También, para pensar, por ejemplo, cómo podría ser una sección Celtiberia Show del siglo XXI o cómo podría volver a promoverse el Premio al tonto contemporáneo, que inventaron él y otros compinches en la tertulia de la Taberna del Alabardero, (ver nota 3). ¿Alguien se anima?.
Nota 1. El buzo cree recordar, reproducido en Celtiberia Show, el inolvidable anuncio que decía: “Se vende chalet con magníficas vistas al Coño de Doñana”.
Nota 2. La revista Triunfo, en la que colaboró Carandell desde 1968, se encuentra digitalizada y se puede acceder a sus secciones Silla de pista y Celtiberia Show.
Nota 3. En el prólogo que escribió Luis Carandell del libro de Luis Lezama, Historias y recetas de mi taberna, se indica que los clientes de la taberna podían proponer candidaturas al premio , (sic) “.. acompañadas de pliego circunstanciado en el que se demuestre que los candidatos son: a) españoles conocidos en el ámbito nacional; b) tontos; c) contemporáneos”.
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Tengo este libro, que disfruté en su día, y otro de Carandell, que se titula "Tus amigos no te olvidan", publicado en 1975, y que yo compré en una librería de segunda mano en 1987 por 250 pesetas. Es una joya el recorrido que hace Carandell por los cementerios, las esquelas, las necrológicas, los epitafios, las funearias... Una delicia aquel humor suyo, que a veces consistía en "saber mirar", tan difícil.
ResponderEliminarComo unapequeña muestra del libro:
En la esquela de un señor, debajo de su nombre, figuraba "Sargento de la Armada jubilado. Excautivo por Dios y por españa), o de otro, "Asiduo lector de ABC"; un epitafio: "Se vio en su rostro después de la muerte un dulce reflejo de la serenidad de su alma", y ejemplos donde no hay humor, sino reflexión sobre la muerte y el dolor de los que quedan: "¡Miguel! No respondes a tus padres. ¡Qué espantoso silencio!".
En fin, un libro que vale la pena leer. Supongo que habrá habido alguna reedición posterior a la mía. El libro está ilustrado con numerosas fotografías.
Un saludo, amigo buzo.
Pedro