En este mes de mayo, se está tramitando en el congreso la reforma
del Código de la Circulación, de la que parece que lo único importante es si va
a ser o no, obligatorio que los ciclistas usen el casco en las ciudades.
Sorprendentemente parece que muchos ciclistas, y sus asociaciones, no quieren
que sea obligatorio. En general, la
argumentación para esta postura reconoce que, en efecto, el uso del casco
mejora la seguridad pero ponen por delante la promoción del ciclismo: si se
obliga el uso del casco, dicen, nunca crecerá el número de ciclistas y ellos
quieren que cambie el modelo de transporte en la ciudad, lo que unen a la
mejora del medioambiente, etc.
No entiendo la postura de estos grupos, (que hay que reconocer que tienen, a tenor de los hechos, bastante fuerza), ya que creo que, en general, la seguridad debe primar como objetivo en la regulación de la sociedad; y, en particular en lo que se refiere al ciclismo profesional, se ha producido desde hace años una evolución en el sentido de aumentar la seguridad de los corredores, haciendo del casco un elemento obligatorio en todo tipo de competiciones a fecha de hoy. Pero es lo que hay y es respetable: particulares que prefieren una opción más insegura.
Lo que no parece de
recibo, es la actitud de unos veinte ayuntamientos, entre ellos los de
Barcelona y Madrid, que han adoptado mociones en las que se manifiestan en
contra del uso obligatorio del casco. Primero, porque no sé a qué santo tienen
que gastar el tiempo en ese tipo de cuestiones que no les competen y, en ese
sentido, no cabe más que interpretarse como intentos de presionar al
legislativo. En segundo lugar, no pueden
poner en segundo término la seguridad: son administraciones públicas. Los
ciclistas, ellos verán, como particulares sí pueden. Las administraciones, no. Tienen que poner por delante la seguridad. Me pregunto, caso de que finalmente se
legislara como no obligatorio el uso del caso, qué van a argumentar esos
ayuntamientos ante el primer ciclista fallecido en accidente en ciudad por no usarlo.
Es una muestra de este
nuevo tipo de política, muy común en estos días, en que se actúa para adular y/o no contrariar
a grupos específicos de votantes - a menudo incómodamente reivindicativos - sin tener en cuenta el bien general. La
administración “colegui” o administración para “amiguetes”, que se supone que más adelante
estarán contigo.
Courtois en la final de la Copa del Rey 2013.
(Foto Andrés Ballesteros. EFE)
Por otro lado, se va hoy este mes de mayo que ha
hecho cierto el conocido refrán del sayo, y desde Madrid podemos ver nevada la
sierra de Guadarrama a estas alturas del año. En este mes de mayo también han
florecido de forma especial las orillas del Manzanares, porque el Atlético de
Madrid ha vuelto a ganar la Copa del Rey, (gracias Courtois), diecisiete años
después. Un sueño para los atléticos.
¡Que dure!
Por el contrario, en economía
no hay sueños de momento. Ni horizontes de recuperación, ni brotes verdes y el paro a lo suyo, es decir: sigue sin
bajar. ¡Ah, si pudiera Mr Sandman traernos un sueño!
Mr Sandman,
bring me a dream
Como empezaron a cantar Las Chordettes en 1954 y desde entonces están en nueva memoria. Menos conocida es la versión instrumental que grabó Chet Atkins el año siguiente. La bordó y confío en que Mister Guitar, desde ahora, también permanezca en vuestra memoria.