Me parece recordar de los tiempos de la transición, aunque
no puedo recordar en boca de qué periodista, la expresión de “la espuma de las noticias” para
aludir a las inconsistentes e inútiles, pero simpáticas y dicharacheras,
noticias rosa – cotilleos y demás – de la prensa del corazón.
Me parece, también, que ahora hay demasiada espuma de las noticias
a nuestro alrededor; y no sólo en la prensa del corazón sino, también, en el
resto. Así, a modo de ejemplo, esta semana pasada, hemos tenido la entrevista a
Aznar, que con todos los respetos, ha invadido la actualidad toda, pareciendo la
espuma de aquella escena de la película El guateque; que invadía toda la casa
y reinaba entre los invitados, incluidos el patoso protagonista, (el actor hindú
que encarnaba el impagable Peter Sellers), la rubia colgada, un elefante y el resto de la peña.
Toda esta espuma de esta actualidad tan rabiosa, batida en
las implacables túrmix de las tertulias y de los tertulianos en un eterno “vuelta
la burra al trigo”, inevitablemente
ocupa espacios y tiempos, (ahí tienen sin ir más lejos a Almudena Grandes, dando estopa, pero confesando que lleva una semana pensando en Aznar), e impida, quizás, que otras cuestiones más
provechosas e interesantes se abran espacio.
Por este motivo, modestamente, me permito recomendarles la
lectura de la Tribuna de opinión- ver Nota - escrita en EL PAÍS por Rosa García, presidenta
de Siemens España, de título “La cuarta revolución industrial”, en la que
detrás del título, (que, por cierto, echa un poco para atrás), se presenta una
defensa razonada de por qué se debería apoyar cuanto antes el fomento de la
industria en España. Lo que no es fácil, si tenemos en cuenta que estamos en un
país que, económicamente, parece que no está nada más que para trifulcas
financieras y para cantar al turismo rural. No precisa de más glosas porque es redondo y claro: se entiende todo. Comienza con:
Hablar de industria es
volver a los principios básicos de una economía real, que ofrece soluciones
tangibles a los problemas a los que se enfrenta la sociedad cada día. Hablar de
industria es aferrarnos a una tabla de salvación, que se ha mostrado muy fiable
en medio de la tormenta económica que vivimos.
Y finaliza de la forma siguiente:
Si hablar de industria
es hacerlo de calidad de vida, riqueza y desarrollo económico, ¿por qué nos
empeñamos en seguir evitando el debate?
Nota
La principal Tribuna de opinión de EL PAÍS, se denomina Cuarta página, lo que resulta incomprensible ya que aparece en una página indetereminada: como a la mitad del periódico. O sea, cuando toca: en la página 27 ó la 31 ó la 38 o similares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario