El buzo ha estado una semana en la
playa; en Cádiz más concretamente. En esa semana se produjo el revuelo de las
declaraciones de Bárcenas a Pedro J. en El Mundo y toda la barahúnda posterior.
Todo esto en un lugar y circunstancias inhabituales, con la prensa a medio leer,
los telediarios a la vuelta de la playa cargado con los papelones de pescado
frito. De forma que todo ello lo veía en una cierta distancia brumosa, sin
entender muy bien las cosas y viéndolo
más bien como algo lejano o como una mala obra de teatro, de esas en las que no
sabes si hay que reír, pasar miedo o llorar.
(Del diario ABC)
En todo caso me venía recurrentemente a la cabeza una noticia de hace más de un año; de esas noticias que el buzo guarda con la intención de comentarla, pero que - de forma incomprensible - finalmente pasó sin pena ni gloria y no tuvo tirón informativo. Me refiero a la noticia del remolino de basura del Pacífico, ese inmenso vórtice de porquería, situado por encima de las islas Hawai, de tamaño tres veces el de España y que no deja de crecer. A la vuelta, me ratifico y pienso que es una buena imagen o metáfora de los que le está pasando a este país en el que a cualquier punto cardinal que mires te encuentras con la inmensa basura de la corrupción: los Eres de Andalucía, lo del Palau, Gurtel….
La gran mancha del Pacífico
(Del Blog Qué verde era mi valle)
Hace poco me comentó un amigo
arquitecto, que ante el panorama de aquí, se ha ido a hacer – con éxito – las américas,
cómo al llegar aquí, al referir que estaba trabajando en México, le solían
decir: “Pero allí, hay mucha corrupción, ¿no?”. A lo que a él no le quedaba más que
contestar: “¡Oye, oye! y aquí, ¿Qué tenemos?”.
Desgraciadamente, no parece que esta
sociedad - que segrega los políticos que tenemos – tenga ningún plan regenerador
y claro de futuro. A este respecto y centrado en las políticas que se están
haciendo en I+D y en Educación, Cesar Molinas, vuelve a escribir un gran
artículo, El “caso” CSIC o la banalidad del mal, en que manifiesta esta grave carencia de
planes de futuro de una clase política extractiva y/o paralizada dentro de la
mecánica interna de los partidos. (Quédense con la dramática frase de Jorge
Wasenberg que cita: “los países
ricos hacen ciencia para ser ricos, mientras que los países pobres creen que
los países ricos hacen ciencia porque son ricos”).
(Del Blog Qué verde era mi valle)
No hay comentarios:
Publicar un comentario