Complicados días estos en que parece que ande suelto Belcebú. La masacre del avión de Malasya Airlines con la cobarde negación de los culpables y el entorpecimiento de la investigación, con el espectáculo dantesco de los cadáveres descomponiéndose el los campos del este de Ucrania. Y también la eterna guerra en el Oriente Medio que es como un sueño de la marmota macabro. Nos seguiremos despertando años tras años y el Oriente Medio será un avispero, la guerra perpetua.
La perplejidad es pasmo y el pasmo pasa a ser asco y dolor. A parte del asco y del dolor que podemos sentir, ¿Qué decir, que se le puede a uno ocurrir ante estas salvajadas? Pero, si no escribimos de éstas cosas y permaneciendo bloqueados, ¿cómo vamos a escribir de otras?
Es necesario y es imprescindible seguir.
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