En Segovia me llegó la noticia del
fallecimiento de Gerry Goffin, el letrista americano de los años sesenta. Junto
con su esposa Carole King nos han dejado un puñado de canciones que son de lo
mejor del pop de aquellos años.
Mirador del Pintor Fromkes en Segovia
Más tarde, me encontraba paseando entre
la Plaza Mayor y el Alcazar, por el barrio de Canongías. Y en el Mirador del
Pintor Fromkes me vino a la cabeza Will you love me tomorrow, el primer gran
éxito de King y Goffin con Las Shirelles.
Qué maravilla de canción. Parece que en
un principio, la profesional de la música – compositora – era sólo Carole King
y su marido trabajaba – era químico de formación – en una empresa de pinturas.
Ella le comenzó a tararear melodías y a decirle ¿a ver que letra se te
ocurre? Así comenzaron a trabajar en
pareja en el Brill Building, el mítico edificio de Nueva York en que trabajaban
concentrados para las principales editoras y discográficas los mejores
compositores de finales de los cincuenta y los sesenta.
La canción, si hacemos caso a Juan de Pablos,
parece que estaba destinada en principio a Los Drifters que la rechazaron. Ahí
aparecieron Las Shirelles pero, para dar más suspense a la cosa, Don Kirchner
dueño de la editora que les encargó la canción, se la ofreció a Johnny Mathis que tampoco
la quiso, y así es como finalmente llegó, definitivamente a Las Shirelles. No
sin reticencias ya que a la cantante del grupo, Shirley Ashton, no le gustaba
mucho: que si no iba con su estilo, que si sonaba mucho a country…, pero al
final la grabaron y fue un éxito inmediato, número 1 en las listas de USA en
1961, siendo el primer nº 1 de un grupo
femenino de color en la historia.
Will you love me tomorrow tiene una letra bastante tierna vista hoy día, pero en su tiempo – comienzos de los sesenta – se consideró bastante
explícita sexualmente, ya que la chica se preguntaba con inquietud si él la
seguiría queriendo a la mañana siguiente... Es la inquietud, en suma, de los momentos iniciales del amor en que los enamorados se preguntan si es posible que tanta felicidad pueda perdurar.
Tonight with words unspoken
You say that I'm the only one
But will my heart be broken
When the night meets the
morning sun?
I'd like to know that your
love
Is love I can be sure of
So tell me now, and I won't
ask again
Will you still love me
tomorrow?
La canción de melodía inolvidable, ha sido revisitada a lo largo
del tiempo por muchos intérpretes que la han hecho suya convirtiéndose, de
hecho, en una de las canciones que más versiones ha tenido. Un standard, en
definitiva, que siempre nos gusta volver a escuchar. En el artículo ingles de Wikipedia,
podéis ver una enorme lista – que no es exhaustiva – de versiones.
Después de
la genuina e inicial de Las Shirelles, yo por quedarme con otras tres, elegiría
la de la propia Carole King de su disco Tapestry de 1971, tan natural y
relajada; la de la legendaria Dusty Sprinfield de su primer disco de 1964 que suena elegante, fluido y pop; y una de las últimas, de Amy Winehouse, con su particular y desgarrado
estilo.
En la hora bruja en que estaba acabando
el día más largo del año, cerca de la pensión donde vivió Antonio Machado, el cauce
del Eresma abajo y el monasterio del Parral al fondo, me pareció un milagro de
la cultura, de la historia y de la música poder - en las mismas calles que
pisara Andrés Cabrera, alcaide de la ciudad de Segovia en tiempos de Enrique IV
o la mismísima Isabel de Castilla - disfrutar de una canción compuesta en 1960,
en Nueva York a miles de kilómetros, y que por obra de la era de la comunicación
y la información se puede conocer y disfrutar en todo el universo mundo.
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