La poesía de Francisco Vighi, el ingeniero
poeta o el "noveno poeta español”, como
lo llamaba Ramón Gómez de la Serna,
se encuentra a caballo entre el postmodernismo y la aventura de las vanguardias
ultraístas, con las que coincidía en su carácter lúdico.
En este último
registro, su estilo resulta innovador, desenfadado, humorístico e irónico; con
imágenes y metáforas audaces en un escenario urbano y moderno: el Madrid de los
años veinte, como puede comprobarse en su poema El tranvía.
El tranvía
En rosario, en
letanía.
Sugerencias del
tranvía.
Paralelepipédico,
acelerado:
mézclese y agítese
tiempo y espacio.
¡Qué cosas diría
un einsteiniano!
En los carriles de la
vía
se lava los pies el
tranvía.
Tejiendo su red,
trabaja
como un arácnido.
Equilibrista de
alambre
cabeza abajo.
Globo cautivo del
cable,
siempre tirando.
Pidiendo va un
avemaría
la campanilla del
tranvía.
Trole al hombro:
¡Buen soldado!
Ligero navío
de un solo palo.
Pescador de caña
en el río urbano.
En el telar del día
la lanzadera es el tranvía.
De "Versos
Viejos", Revista de Occidente, 1959.
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