Creo que en San Pedruco, el
mayor de los escarpados islotes que cierran por el este la playa de Ris,
mora el alma del apóstol San Pedro. No puede
estar en mejor sitio, cuidando la belleza y la bondad del mundo.
Islote de San Pedruco en la playa de Rís (Noja). Agosto 2015
San Pedro que se hace de carne mortal y baja de
San Pedruco cuando mueren los papas. Y allá
que se va a Roma, a pastorear a sus
eminencias reverendísimas, a quienes orienta y
guía según le dictan su humor y su
santo caletre.
Nada más salir la fumata
blanca vuelve a Cantabria, a San Pedruco, dónde vuelve a ser sólo alma. Luego los papas salen como salen, que para eso – como es sabido desde San Agustín de Hipona – los católicos
llevamos, desde nacidos, el libre albedrío puesto.
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