Ida
Vitale. Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2015.
EN
EL DORSO DEL CIELO
No es casual
lo que ocurre por azar:
un fragmento de nada se
protege
del no ser, se
entrecruza
de signos, impulsos,
síes y noes, atrasos y adelantos,
trozos de geometría celeste,
coordenadas veloces en el
tiempo
y algo ocurre.
Lazos para nosotros pálidos,
son obvios para lo que no ve
más,
y nosotros la ventana abierta
desde donde la tela blanca
vuela
cubierta de sueños.
Pero uno llama azar
a su imaginación
insuficiente.
Ver más en La alegría de las musas 2.
Respecto del azar, lo que resulta aperplejante, es que se asocia con la suerte (en sentido vulgar), o con algo “más o menos” probable (en su aproximación matemática) sin distinción.
ResponderEliminarSin embargo considero la diferencia entre un azar determinista, que es que trata la matemática y el azar que podemos llamar no determinista.
En el primero, si tiramos una moneda, no sabemos la si va a salir cara o cruz, pero si sabemos que saldrá una de las dos. En realidad podría (yo lo he visto) caer la moneda de canto, o ser atravesada por una bala y caer en pedazos etc. La teoría de probabilidad, para superar estos casos, los denomina sucesos imposibles, y les asigna una probabilidad cero, curándose así en salud.
El segundo caso sería aquel en que no sabemos en absoluto los casos posibles, con lo que no se puede atribuir al suceso probabilidad alguna. A estos sucesos es a lo que ahora se denominan “cisnes negros” en el ámbito económico.
Lo paradójico es que en la vida ordinaria, abundan más los sucesos sometidos al azar no determinista. De aquí dimanan conceptos como los milagros, los sucesos paranormales (que debieran llamarse parafamiliares),etc.
El Observador Perezoso