martes, 31 de julio de 2018

¡Ay de los vencidos! Vae Victis

En el año 387 a C. los senones, que a comienzos del siglo y procedentes de la Galia habían cruzado los Alpes y se habían establecido al norte de Italia, vencieron a los romanos en la batalla de Alia, tras lo cual, entraron en Roma, la saquearon, mataron a casi todos los senadores y sitiaron a los últimos defensores que se habían refugiado en la colina del capitolio. Para acabar con el asedio se llegó al acuerdo de que los senones recibirían 320 kilos de oro como condición para deponer las armas.

En un momento dado del pesaje del oro, los romanos se dieron cuenta de que las pesas estaban amañadas porque los senones querían cobrarles de más. Por lo que se quejaron y protestaron. Entonces el caudillo galo Breno arrojó su espada junto a las pesas y proclamó: Vae Victis o ¡ay, de los vencidos!, o: esto es lo que hay, o lo tomas o lo dejas.

Breno arrojó su espada en la balanza
(Wikipedia)

No deja de ser idéntica la situación en que ha quedado una buena parte del Partido Popular después de estas sus primeras primarias que le han dado el poder a Pablo Casado. Hubo promesas varias de integración post-proceso, pero, al final, los ganadores han impuesto las condiciones y la petición de que se respetara - para los cargos - el porcentaje de votos habido, (57% para el ganador y 43% para el perdedor), no se ha cumplido. 

¿Proporcionalidad hasta el final?; o ¿todo para el ganador?.  Lo que ha ocurrido es lo último: The Winner Takes It All, como en la canción de Abba¡No se dan cuenta que hemos ganado!, en frase de alguien cercano y afín a Casado. Y ha faltado tiempo para un serio aviso: No admitiremos corriente en el Partido Popular. Los vencidos quedarán, quien sabe por cuánto tiempo, fuera de la historia.


Pablo Casado (Alicante Press)

Para finalizar este comentario querría apostillar dos anotaciones. En primer lugar la histora del Vae Victis que nos llega de Roma es un ejemplo de esos momentos en que la Historia, (a nuestros ojos de hoy día y con la documentación escrita que nos ha llegado), bien podría haber dado un vuelco significativo: podría haber dado lugar a la inexistencia de Roma tal y como hoy la conocemos. Bien podrían los senones haber tenido un poco más de fuerza, de ambición o de inteligencia y haber acabado con Roma; con lo que tendríamos en los libros de Historia, la del Imperio de los senones y, a saber lo que habría dado de sí la evolución del mundo hasta hoy.

En segundo lugar, el final del episodio entre Roma y los senones es menos conocida. Lo que ocurrió es que, al poco tiempo, los ejércitos romanos al mando de Camilo –al que habían dado poderes de dictador-, compuesto por los supervivientes de la batalla, fugitivos y otros elementos de distinta procedencia, derrotaron a los senones. En su encuentro el romano Camilo dijo: Non auro, sed ferro, recuperanda est patria o, lo que es lo mismo: la patria no se recupera con el oro, sino con la espada.

Así que, ¡ánimo Soraya!

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