Se trata de la copia de la sección En pocas palabras del suplemento Babelia de El País de esa fecha, dedicado al poeta Karmelo Iribarren, que es presentado en la sección con el sucinto resumen
<< Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959), exponente de la poesía realista española y autor de referencia para lanueva generación de poetas, ganó el último premio Ciudad de Melilla por "Un lugar difícil" (Visor) >>
Debo decir que En pocas palabras es, actualmente, mi primera lectura en la prensa de los sábados. Voy a las dos últimas páginas de Babelia en la que miro de qué va el artículo de Antonio Muñoz Molina - que es siempre y fija la segunda lectura - y, a continuación, leo En pocas palabras.
¿Por qué? Es corta y ligera; los entrevistados no son obvios pero sí son variados y tienen siempre bastante interés. Ademas hay preguntas, no siempre las mismas, que suelen repetirse. Algunas de las que se repiten con más frecuencia son, por ejemplo:
"De no ser escritor; le habría gustado ser...";
"¿Qué encargo no aceptaría jamás?";
"¿Qué está socialmente sobrevalorado?", ó
"Si tuviese que usar una canción como autoretrato, ¿Cual sería?"
Bueno; pues a esta última Karmelo Iribarren contesta El solitario de Nubes Grises. Lo que me dejó picueto y perplejo pues - además de que podría haberlo contestado yo - jamás podría imaginar que, en entrevista en El País, ningún literato de prestigio contestase así, por poco intelectual que sea. Además, Nubes grises fue un grupo vocal de un modesto éxito en su época y que, ahora sólo está, me temo, en el recuerdo nostálgico del pop de los años setenta.
Y no veo yo a Karmelo Iribarren muy nostálgico. Es oscuro y realista. Si que lo veo, más bien, más bien un bastante de fondo de cabaret o de alma de tango. Y por ahí sí: El solitario de Nubes Grises "parte con la pana". Y a quien esto escribe, esta contestación le hace "pensar en su vida" en tres momentos, desde sus veinticinco años hasta la actualidad.
Principios de los ochenta
Son mañanas de domingo en El rastro, con cazadora de ante, vaqueros y botos, acompañando a mis entonces grandes amigos - melómanos, ocurrentes y socios del Atlético de Madrid - Leonardo G. y Javier P. (este último que ha llegado a ser uno de los más grandes humoristas españoles y aun es hoy un magnífico showman), que se ganaban en esa época "media vida", vendiendo en El rastro cassettes grabados en su casa.
De esa época es la adquisición por mi parte de dos singles de Alicia y Nubes Grises, que, después - supongo - de haber oído por radio encontré en El rastro y que me han acompañado en medio de novias, boda, hijos, mudanzas y oficios estos últimos treinta cinco años y que aún escucho con gusto.
Anteayer
No mucho después de empezar con el blog de La perplejidad del buzo; éste se fue haciendo muy "musical-nostálgico" y ahí apareció una primera entrega sobre Alicia y Nubes Grises en abril de 2011 a la que les enlazo aquí.
De ahí continué con la evolución del grupo que pasó a llamarse, con una nueva vocalista, Nubes Grises a secas; fase de la que di noticia en el blog en febrero de 2012 y que pueden ver en el siguiente enlace.
Ahí me encontré con otro estilo, más pegajoso, modorro y sentimental. Me encontré con El solitario y con otras canciones de corte romántico que tuvieron lugar entre 1974 y 1977. El solitario apareció en una grabación de 1975 de la que escribí lo siguiente:
"Compuesta por Daniel Vangarde - autor entre otras de “Un rayo de sol” - y el propio Antonio Bernal, fue su disco más vendido y ocuparon el número 1 de los 40 principales durante dos semanas consecutivas, con lo que el grupo disfrutó de un enorme éxito lo que se tradujo en multitud de galas y de apariciones televisivas. El Solitario es una canción muy acústica; romántica, lánguida y de tema muy triste; llevada muy bien por los dos vocalistas masculinos, entrando a trío en el estribillo, en el que brilla con luz propia el sorprendente timbre de voz de Joanna."
Ahora: casi primavera de 2020
En que estamos en lo que les he contado anteriormente: en la elección de Karmelo Iribarren de El solitario como la canción que usaría como autoretrato. Todo esto para comentar, por último, tres cosas.
Primero. Parece que se produce cierto encaje de tiempos y de momentos a lo largo de una vida: la mía; en la que más de treinta años después, un recuerdo y una sensibilidad sobre cultura popular sostenida, sigue viva y veo que no elegí mal mis canciones más favoritas.
Segundo. Acérquense a la obra de Karmelo Iribarren, (bastante accesible en internet). Su voz dura, seca y realista alcanza - en poemas breves y cortantes - una hondura y una estremecida sensibilidad que apabulla: poesía sin tonterías, directa al corazón.
Y tercero. Pásense al club de fans y amantes de Nubes Grises y su Solitario , (y resto de temas). Déjense llevar por su tristeza y melancolía. Pásense al equipo de Karmelo Iribarren y de este buzo perplejo que les manda - desde el aislamiento extremo de estos días pandémicos - un fuerte abrazo.
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