De España se ha dicho siempre que era la tierra de María Santísima. También se la podría nombrar como la tierra del jamón, que es el rey de la gastronomía española. Nada produce mayor excitación en un hogar patrio que aparezca un jamón. Mejor regalado que comprado y siempre recibido con, más que ilusión, adoración. Entero, con su pata, sus mazas y pezuñas... y al jamonero.
Lo que sigue es una historia de amistad y agradecimiento entre poetas, y de un jamón con que obsequió el poeta cubano Nicolás Guillén al español Rafael Alberti. Resumiendo, (que para los detalles les enlazare convenientemente al final de este post), Nicolás Guillén andaba en la segunda mitad de la década de 1950 por Europa y no le dejaban entrar - por marxista y revolucionario - en la Cuba precastrista.
A la sazón, Rafael Alberti residía en esa época en Buenos Aires y, gracias a sus gestiones, facilitó que a Guillén lo admitieran en Argentina poco después del comienzo de la presidencia de Frondisi, (octubre de 1958); e incluso le busco trabajillos y colaboraciones.
Nicloás Gullen en 1942 (Wikipedia)
La reacción del poeta cubano fue regalar un jamón,que se adivina de gran calibre, a Alberti con soneto dedicatorio incluido; montándose para el evento la fiesta, cuchipanda correspondiente y soneto de Alberti en respuesta. Ahí van ambos sonetos.
Al poeta español Rafael Alberti, entregándole un jamón (Soneto)
Este chancho en jamón, casi ternera,anca descomunal, a verte vino
y a darte su romántico tocino
gloria de frigorífico y salmuera.
Quiera Dios, quiera Dios, quiera Dios, quiera
Dios, Rafael, que no nos falte el vino,
pues para lubricar el intestino,
cuando hay jamón, el vino es de primera.
Mas si el vino faltara y el porcino
manjar comerlo en seco urgente fuera,
adelante, comámoslo sin vino,
que en una situación tan lastimera,
como dijo un filósofo indochino,
aun sin vino, el jamón es de primera.
Nicolás Guillén Batista (Camagüey, 1902 – La Habana, 1989)
.... la contestación de Alberti...
Al poeta cubano Nicolás Guillen, agradeciéndole un jamón (Soneto)
Hay vino, Nicolás, y por si fuera
poco para esta nalga de porcino,
con un champán que del cielo vino
hay los huevos que el chancho no tuviera.
Y con los huevos, lo que más quisiera
tan buen jamón de tan carnal cochino:
las papas fritas, un manjar divino
que a los huevos les viene de primera.
Hay mucho más, el diente agudo y fino
que hincarlo ansiosamente en él espera
con huevo y papa, con champaña y vino.
Mas si tal cosa al fin no sucediera,
no tendría, cual dijo un vate chino,
la más mínima gracia puñetera.
Rafael Alberti Merello (El Puerto de Santa María - Cádiz, 1902 - ibídem, 1999)
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