viernes, 7 de agosto de 2020

¿A qué estamos: a rolex o a setas?

Trato en estos días de descansar y de abstraerme (alienarme) de la fea realidad en la que estamos envueltos y revueltos. La evolución de la pandemia y sus multiples rebrotes por doquier; la economía: con la caida del PIB más elevada de todos los países europeos; la galopante desaparición de la solidaridad en todos lo ámbitos: internacional, interrregional y local y el fantástico desgobierno que tenemos, que sólo está para la más vacuo y pomposo autobombo y para hacer declaraciones interesadas que parecen no tener más fin que acabar con este país que conocemos y que ahora se centra en cargarse la monarquía y  el régimen democrático que surgió de la transición.

Así, hoy mismo nos encontramos con que parte del gobierno y la oposición rivalizan en descalificaciones sobre la salida de España de Juan Carlos I. Desde el vicepresidente Iglesias a Ada Colau, pasando por la inaudita ministra de trabajo. Parecen no tener ocupaciones profesionales de sus vicepresidencia, alcaldía y ministerio respectivamente y constituirse en tertulianos agitadores. (Ver el articulo Podemos hace caso omiso a Sánchez y mantiene el pulso por la Monarquía en ABC).

En dicho artículo se indican las declaraciones que la ministra de trabajo Yolanda Díaz realizó en Canarias:

«Hoy la sociedad española, en el siglo XXI, quiere ejemplaridad, quiere comportamientos limpios, quiere instituciones que estén en niveles hiperexigentes y me parece que este debe ser también el comportamiento que rija la actuación de la Casa Real. La imagen es muy mala para nuestro país»

Efectivamente, queremos niveles exigentes en la administración, en los ministerios "competentes" de cada cosa; y en el caso del ministerio de trabajo que funcionara sirviendo correctamente a los ciudadanos: el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), concretamente. Hartos estamos de oir que todo se va haciendo, que si ha cobrado ya el tantos por ciento, etc. y nos encontramos más adelante en el mismo periódico con el artículo El Gobierno sigue sin pagar el complemento por hijos de los ERTE. Léanlo, no tiene desperdicio.

En él, además de enterarnos de que unos 150.000 trabajadores aún no han recibido sus subsidios por la regulación de empleo, aunque la ministra Díaz asegura que todos han cobrado, nos enteramos de la chapuza de que los datos de una buena parte de los trabajadores españoles no están actualizados en el SEPE, de forma que pueden no constar el número de hijos, con lo que se sigue sin pagar los complementos por hijos de los ERTE.

Me entero, por allegados, que en el SEPE nadie coge el teléfono, nadie contesta y, eso si, puedes registrar y guardar las veces que has solicitado información y no te han atendido.

¿A qué esta la ministra? ¿a rolex o a setas?. Uno cree que a lo que tendría que dedicarse mayormente la ministra de trabajo es a que su ministerio funcionara y sirviera mejor a los ciudadanos. Pero parece que le va más lo de su revolución pendiente.





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