Hay muchas canciones que tratan o
mencionan la lluvia. Se ve que es un motivo de inspiración para los artistas.
Normalmente no le salen canciones alegres, sino más bien tristes. O, cuando
menos, melancólicas. Al buzo le gustan.
En estos días, sólo desde ayer, en
que parece que ya nos ha dejado por fin la lluvia, podría ser buen momento de
traer alguna canción de lluvia más a La perplejidad. Y elijo dos, ambas de rock
o, más bien, de pop-rock sudamericano.
La primera es de 1968. Es Viento,dile a la lluvia que aparecía en el segundo LP de Los Gatos, una de las bandas
pioneras del rock en Argentina alcanzando un enorme éxito, vendiendo más de
200.000 copias, lo que unido al éxito de su anterior disco, convirtió a Los
Gatos en estrellas del incipiente rock argentino.
En Wikipedia se dice de la canción:
“Musicalmente el tema es una balada
compleja, que recuerda en cierta forma a los primeros temas que en la década
siguiente compondría Charly García para Sui Generis, en la que pueden
detectarse influencias del blues y de la bossa nova”.
Por su parte, su autor y componente
del grupo, Litto Nebbia, comentó de Viento, dile a la lluvia: “Una armonía simple, pero en esa época, muy
pocos sabían los acordes de paso que llevaba. La melodía es una cosa muy
fuerte, de ésas que pueden perdurar cien años. Sumá estos detalles. Era la
primera vez que una canción en ritmo lento llega a ser un hit representativo para
la juventud, y también la primera vez que para referirnos a la libertad se
habla metafóricamente…”
Una delicia de canción que, tenía
razón Nebbia, ha perdurado. De momento casi cincuenta años.
La segunda, Llueve sobre la ciudad,
es chilena y más moderna. Son el grupo Los Bunkers y es de 2005.
La canción
comienza tenuemente con la voz solista y un piano eléctrico, va in crescendo a
una especie de música de carrusel que da paso al estribillo pegadizo y super
pop que se canta a coro. Se repite con variaciones ligeras en la letra. Después, un intermedio con un solo muy apañado del
mismo piano eléctrico da paso otra vez a la música de carrusel y al estribillo:
…llueve sobre la ciudad
ya no queda nada más
llueve sobre la ciudad
ya no queda nada y tu no estás.
que se adorna y alarga hasta el final
de la canción, que en su conjunto es sorprendente y pegadiza, marchosa: pop por la cara. A Gonzalo Garrido seguro que le habría encantado.
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