martes, 3 de marzo de 2015

Si fuera estudiante de Medicina...

El País Semanal del 1 de marzo, nos obsequia con una estupenda entrevista realizada por Anatxu Zabalbeascoa a Deyan Sudjic, un personaje de auténtica categoría. Este intelectual europeo,  nacido en Reino Unido, de padres que emigraron desde Yugoslavia, sostiene que su autobiografía le ha servido para relatar sus múltiples reinvenciones. Arquitecto y profesor de arquitectura, periodista y director del Museo de Diseño de Londres desde 2006. De pensamiento amplio y penetrante, su capacidad de análisis es extraordinaria, descubriendo con sus intuiciones y opiniones parcelas diversas y distintas de la realidad, que interconecta iluminando y haciendo clara la realidad que nos rodea.


Museo de Diseño de Londres (flickr.com)

Como muestra de lo anterior, al comentario de la entrevistadora y pregunta consiguiente: “El paso de lo analógico a lo digital está transformando nuestros rituales cotidianos. ¿Qué vamos a ver cambiar?”; (yendo varios pasos por delante y pasando de hablar de los móviles el internet y la telefonía, que sería lo obvio), contesta:

Si fuera estudiante de Medicina, estaría nervioso. La digitalización y la robótica van a llegar allí. Tras la música, la edición, el diseño… les ha llegado el turno. Mi cardiólogo cambió de profesión. Se convirtió en dermatólogo. Cuando le pregunté por qué, me contestó que la medicina en su antiguo campo se había convertido en algo tan mecánico que el contacto con el paciente estaba desapareciendo.

Aviso a navegantes que ya podemos comprobar a diario. Hoy mismo he ido a una consulta médica en hospital. El doctor me ha hablado y mirado lo justo; atareado como estaba en mirar el ordenador, teclear y recuperar mi historial médico: otras consultas anteriores de otros servicios, resultados de análisis y pruebas, etc.; preguntarme de vez en cuando, volviendo a anotar… He salido de allí con los análisis encargados y la próxima cita puesta. Y todo ello, ya almacenado en el gran magma informático en que, posiblemente para bien, se esté convirtiendo la relación médico-paciente. Tal y como lo había intuido Sudjic.

Pienso que hay déficit de personajes como Deyan Sudjic y debemos aprovecharlos: son vitales y absolutamente necesarios para comprender mejor este movido, confuso e incomparable mundo actual.

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