Frases para la
historia
Cada cerdo
es un mapamundi…
Ana Carbajosa en El cerdo de los despojos de oro. El País el 3 de marzo 2015
El artículo viene ilustrado
con una imagen del contorno de un
cerdito, dentro de la cual se señalan las diferentes vísceras por las que
suspiran los chinos, (intestinos, corazón, estómago, sesos, etc.), y por las que son capaces de mover miles de contenedores desde el ultimo confín del mundo hasta sus mercados.
Ya lo maliciábamos aquí cuando hace tres años, nos hacíamos eco de La guerra de las patas de pollo y nos daba mucho miedo el pensar en los centenares de contenedores
llenos de patas de pollo circulando por esos mares de Dios hasta llegar a
China. Imagínense ahora como estamos; si unimos a las patas de pollo, los
bofes, estómagos, orejas y corazones de los cerditos camino de China.
Camino de China.
Pero el caso es que
ahí están, comprándonos despojos a precio de oro – que no es de oro talmente pero sí
lo es, si tenemos en cuenta que la ganancia, sobre lo que se recibía aquí antes por
los despojos, tiende a infinito al ser el denominador igual a cero – y el cerdo
se convierte en un mapamundi al ir cada parte a los sitios más diversos: el jamón
izquierdo a Móstoles y el derecho a Lugo, las costillas a Copenhague, el estómago a Hong Kong, etc. y, así,(sic): la complejidad de su despiece tiende al infinito. ¿No es maravilloso?
El artículo es
estupendo y le recomiendo vivamente - y subrayando - su lectura. Yo he subrayado lo siguiente.
Primero, los fémures de cerdo se comen, (supongo que después de cocidos y agujereados), chupando con una pajita. Segundo, cuando un chino te pide unas muestras se llevan 20 contenedores de un
tirón; así que cuidadín con ofrecer muestras de balde. Y tercero; aunque resulte inexplicable – repitan
conmigo: i-nex-pli-ca-ble - “resulta más barato exportar ocho
contenedores de oreja a China desde Cártama que una caja de salchichón a Ronda”.
Con todos estos
líos, no resultaría nada extraño que a Mark Zuckerberg le llegara a Menlo
Park un trozo de estómago en vez de lo que esperaba y, por eso mismo, haya
tenido que aprovechar su venida al Barcelona Mobile World Congress de Barcelona para comer jamón. De donde se deduce que los designios del Señor son inescrutables.
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