En la década de los noventa se produjo un gran avance en el
conocimiento del ozono troposférico, contaminante secundario formado a partir
de Óxidos de Nitrógeno (NOx) y Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), en
presencia de radiación solar. En el área mediterránea y cerca de las
concentraciones urbanas se produce, a finales de la primavera, el aumento de
sus niveles y la superación del umbral de aviso a la población.
"Antes no hubiera ozono, todo limpio,
eran otros los duendes de Madrid,..."
En mayo de
2000, Francisco Umbral, que escribía siempre al hilo de la actualidad, trasladó
en Ozono a lenguaje poético la complejidad del comportamiento del ozono
contaminante - al que popularmente se le dice "ozono malo" - tildándolo de
diablo cojuelo y duende. El poema contiene versos memorables y un sorprendente
final.
Ozono
El ozono es el duende de Madrid,
es un diablo cojuelo y posmoderno.
El ozono es el duende de los niños.
Pero es bueno y es malo, eso según,
y hay señores con barba que estudian el ozono,
y hay señores muy malos que le dejan volar.
El ozono trabaja con la ayuda del sol,
al sol le hace recados convenientes,
peligrosos recados,
y te avisa con tiempo de la contaminación.
Antes no hubiera ozono, todo limpio,
eran otros los duendes de Madrid,
pero este colegial de la escuela del sol
se va siempre de clase y mata a un niño
le da un susto al alcalde,
juega con la gripe, mala chica.
Atención al ozono, niños a esconder,
a ver mayo y el viento si se llevan el duende,
y se aclara Madrid, ciudad de ozono.
En el ozono anda Gallardón.
3-V-2000
Obra poética (1981-2000)
Edición de Miguel García-Posada
Madrid, 2009.
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