Hace
veinte años que Wislawa Szymborska
ganó el Premio Nobel, han pasado cuatro ya desde su fallecimiento y nos gusta recordar su poesía breve y precisa, directa al sentimiento pero sin
chantaje emocional.
En
estos primeros días de junio, volvemos a ella con su poema Autotomía, que nos emplaza frente a
tres conceptos: muerte, identidad y supervivencia a través de la poderosa imagen
de algunas especies de holoturias, que se desprenden de parte de su cuerpo, en
situaciones de peligro frente a sus depredadores.
Wislawa Szymborska
AUTOTOMÍA
La
holoturia se divide en dos ante el peligro:
suelta
un yo a la voracidad del mundo,
con el
otro huye.
En el
acto se bifurca en fatalidad y salvación,
en
multa y premio, en lo que fue y lo que será.
En
mitad de su cuerpo se abre un abismo
con
bordes al acto convertidos en dos desconocidos.
En un
borde, la muerte; en el otro, la vida.
Aquí,
desesperación; allá, aliento.
Si hay
balanza, no se desnivelan los platillos.
Si hay
justicia, ¡hela aquí!
Morir
lo imprescindible, sin pasarse de la raya.
Y, del
resto salvado, rebrotar lo necesario.
También
nosotros sabemos dividirnos, es verdad.
Pero
sólo en cuerpo y en susurro que se quiebra.
En
cuerpo y en poesía.
La
garganta a un lado; al otro, la risa,
ligera
y al pronto sofocada.
Aquí,
oprimido, el corazón; allá non omnis
moriar,
sólo
tres palabras, tres plumas al vuelo.
El
abismo no nos escinde.
El
abismo nos rodea.
Wisława Szymborska
(Kórnik- Polonia, 1923 –
Cracovia- Polonia, 2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario